miércoles, 16 de abril de 2014

Colors - Melody and Harmony Episodio 2.

El cielo se vestía de un majestuoso color naranja anunciando que el atardecer recién comenzaba.
Hacía ya un buen tiempo que la compañía de nuestro padre solía realizar  invitaciones para celebrar con todos sus empleados la buena racha que perduran. Conmemorando a las grandes personas que hacían un buen trabajo dentro y fuera de la compañía y esta vez era turno de los Hermanos hacer entrega de sus premios y dar las gracias a cada uno de los invitados.

A medida que el vehículo se acercaba al lugar, Junsu apreciaba el paisaje a través de la ventanilla del copiloto. Sentía una extraña sensación de relajación. La visión del color anaranjado en el cielo producía en él un efecto vigorizante. Como si hubiera recibido un aporte importante de oxígeno a su cerebro.
No entendía el porqué de ello, pero así era. Y la idea de visitar la compañía y  estar ocupado y no pensar en Yoochun no le desagradaba para nada. Al contrario. No era la primera vez que encabezaba en su mente algo como eso, aunque tuvieran en el mismo recinto sabio que sería pocas veces que podría encontrarlo o simplemente estaría ocupado para pensar en él y en su tortuoso amor.

Yoochun no experimentaba una sensación diferente. Conducía el vehículo con tranquilidad, después de todo no había apuro alguno en llegar. El brillo cálido del sol bañaba su piel dándole un agradable toque su piel blanca lo hacía lucir aun más hermoso. Aquello le gustaba. Las emociones negativas habían desaparecido de él, sintiéndose menos inseguro, menos detestable y más predispuesto a experimentar los buenos momentos del día a día.

Cuando llegaron a la Compañía el recibimiento de los empleados y de las autoridades fue bastante grata quienes agradecieron por la ayuda desinteresada. Durante un largo rato Yoocun platicó con una que otra persona importante para después dar tregua a sus ambiciones por la Chicas como no las hermosas  hijas de los empresarios que se veían bastante feliz y por supuesto el también, mientras Junsu era arrastrado de un lado hacia otro por un mar de Señores y Señoras quienes excitados por su presencia, decían que ambos hermanos eran demasiados guapo para ser solteros y una que otra invitación, en la cual Junsu rechazaba tajantemente. Ya se empezaba a sentir afligido.

Más cuando el cielo comenzó a a brillar por las hermosas estrellas y una luna totalmente llena fue que Junsu entendió que debían marcharse. Fue en busca de su hermano para que lo llevara a casa ya que el no había traído su vehículo. Busco en cada rincón y lo encontró muy acaramelado con una chica muy hermosa, decir que su corazón no dolió seria mentira, rabia celoso fue lo que pasó por su cabeza, pero tenía que controlarse, no aria una escena de celos y más con qué derecho, si eran hermano no podía.
Se dio la media vuelta apretando fuerte sus manos y morder su labio hasta sangrar. Para que esa lagrimas no salieran de sus ojos, le dolía ver a su amor con alguien que no fuera el , pero que podía hacer el, si él no eligió enamorarse de su hermano.
Camia lo más rápido que dieron sus pies y alejarse de la triste realidad que lo estaba matando día a día.

Sintió un brazo tomar el suyo, no era necesario darse la vuelta para saber ah quien le partencia ese calor.

-Su a dónde vas.
-Me largo, solo venía a decirte que nos fuéramos, estoy agotado.
-Pero si acabamos de llegar hace unas horas, y aun  hay mucho por disfrutar.
- Bien quédate tu yo me largo.

Sus pasos tomaron rumbo a la salida, con la cabeza agachas sin mirar al frente ya era demasiado aguantar y no pudo retener mas esas lagrimas, sentir que Yoochun prefería esa fiesta o mejor dicho esas chicas le dolía mas que mil puñaladas, camino más rápido alejándose completamente de su hermano, seco una de sus lagrimas y un fuerte golpe hizo perderte toda estabilidad mandándolo al suelo.

-Lo siento, creo que ambos veníamos distraídos

Junsu levanto su rostro al escuchar una voz, encontrándose con un Chico de piel morena y una sonrisa brillante y tan guapo como Yoochun, se ruborizo cuando esos pensamientos pasaron por su cabeza.

-Te sientes bien, te hiciste algún daño, déjame ayudarte.
-Si, si estoy bien gracias.
-Oh mira tú labio está sangrando.

El Chico de piel morena saco un pañuelo de su elegante traje y se agacho a la altura de Junsu y coloco aquel pañuelo en el labio de este, Junsu no reacciono a tal gesto, no se sentía incomodo algo muy dentro del le decía que ese Chico era de fiar.
El Chico tomo de la mando para que ambos se pusieran de pies sin quitar la otra del pañuelo que cubría la herida de su labios.

-Ven vamos a curar esa herida.

Junsu no dijo nada solo se dejo ser guida por el Chico recién llegado, pero antes de que pudiera cruzar la puerta del lobby una agarre en su brazo lo hizo voltear bruscamente.

-Para donde crees que vas Junsu.

miro sorprendido a la persona frente del, porque estaba ahí sí tendría que estar pasandolo bien con las chicas, arrugo el entrecejo y se zafo del agarre de Yoochun.

-Nada que a ti te importe.
-discula!!! siento interrumpir pero yo solo estaba ayudando, Soy Jung Yunho un gusto

Yoochun miro con aborrecimiento al Chico frente del, que estaba ayudando a su hermano pero que le había pasado, de igual manera respondió al saludo.

-El es mi hermano yo lo cuidare ahora, puedes seguir con lo que estabas haciendo.
-Entiendo pero realmente no estaba haciendo nada, hasta que choque con tu hermano.

Yoochun no siguió l conversacion solo tomo la mano de Junsu y la jalo fuerte para alejar a ese Chico de su hermano, algo en su estomago le incomodaba como ese tal Yunho miraba a su Junsu.

-Hey!!!!... ambos hermanos miraron al llamado.
-No me dirás tu nombre, yo soy Yunho.
- Heee… Claro soy Junsu….
-Un gusto Junsu espero verte nuevamente… le dijo con un giño.

Ese Chico le estaba coqueteando a su hermano, que asco era hombre era un maricon y porque Junsu se coloco tan nervioso y estaba podía jurar que sus mejillas se pusieron rojas.
Apretó la mano de Junsu la cual sostenía inconscientemente sobre el acto preservado y se lo llevo más rápido de lo que pudo.

-Puedes soltarme me estas lastimando.
-Lo siento, dime qué fue lo que te paso en el labio, alguien te golpeo.
-Solo tropecé y ya….
- Y porque dejaste que ese Chico te tocara Junsu, se nota que es Maricon y te estaba coqueteando, te cuidado en este vida no se puede fiar de nadie.

Esas palabras tan frías y el asco que mostraba el rostro de Yoochun al referirse a Yunho como maricon le dejo claro, que jamás aceptaría su condición si solo supiera que tiene un hermano Gay y que peor fortuna que está enamorada estúpidamente del.

-No me interesa si es gay o no fue muy atento conmigo.
-Ni se te ocurra buscarle para darle ese sucio pañuelo.
-Lo buscare y se lo entregare y eso a ti no tiene porque impórtate es mi vida.
-Pero Su él puede hacerte daño, si quiere sobrepasarse contigo.
-Bueno no creo que haga nada de lo que yo no quiera.


Ya ambos dentro del vehículo en dirección a su hogar, uno con cara de muy pocos amigos y el otro más herido aun, si es que era posible.
El camino se hizo eterno ninguno dijo nada, cuando por fin estuvieron en casa cada uno se fue directo a su habitaciones Junsu pensaba en que ya no podía hacer nada, solo tenía que olvidar ese amor enfermo que sentía por su hermano, ya no podía seguir aguantando cualquier día de esto podía comer una locura y eso no se lo perdonaría.
Por otro lado Yoochun acostado en su cama pensando en las palabras de Junsu, y porque había tenido esa actitud con alguien que no conocía, y ese incomodidad al ver a Junsu con ese Chico.
Amaba a su hermano, han sido muy unidos desde siempre, el solo quiere protegerlo para que nadie lo lastime porque odiaría ver sufrir a su hermano por cualquier tipo de causa.


Colors - Melody and Harmony

Las horas transcurrían con lentitud cuando caminaba por el bosque con tranquilidad. Despejar su mente era su principal objetivo. Olvidarse aunque por solo unos pocos minutos su realidad. Aquella que le tocaba vivir y enfrentar día tras día. La vida en la mansión no era sencilla y esta nueva oportunidad de vivir que se les había otorgado solo traía consigo incontable cantidad de noches para rememorar todo lo ocurrido y realizado en el pasado.
Las deudas podrían estar saldadas más no los recuerdos y las culpas.

El viento se colaba entre las copas de los árboles generando un sonido arrullador que lograba calmar su ansiedad. Sentimiento que invadía sus entrañas de una manera más continúa en las últimas semanas. 
Frotó con una notada suavidad sus brazos descubiertos ante la refrescante brisa de la mañana. El verano estaba a punto de finalizar y con ello la frescura, tanto de los ambientes como de los alrededores, era cada vez más notoria. No obstante, el clima del mediterráneo siempre le agradaría. Y solo él sabía lo mucho que lo había extrañado cuando paso sus años bajo el mar.

Elevó ambos brazos por encima de su cabeza inspirando con profundidad en el proceso. La sensación era exquisita. Aquella vitalidad que recorría cada fibra de sus músculos era magnífica.
     
Disfrutó el sonido de sus pies caminar por la incontable cantidad de crujientes hojas secas que adornaban el camino por donde transitaba. El bosque que separaba la mansión era extenso y adquiría un hermoso color rojo en las primeras etapas otoñales.
Tomando una hoja entre sus manos continuó con su paseo al mismo tiempo que jugueteaba con ella entre sus manos.

Ahora que se encontraba solo podía permitirse analizar muchas cosas con mayor detenimiento. Como por ejemplo el significado que el color rojo que se abría con gran magnificencia sobre su persona, simbolizaba en su vida.

Amor y odio.

Sonrió casi al instante al darse cuenta de que esas fueron las primeras palabras que invadieron su mente. Porque solo una persona lograba imprimir tales emociones en lo más profundo de su corazón. Tanto buenas como malas. Hacía demasiado tiempo que aceptó sus sentimientos por su hermano. Aunque no lo admitiera Yoochun era el ser que mas amaba. Aquel que lo complementaba a cada minuto de cada hora. Generando que cada gota de su sangre se alterara y subiera a su cabeza y rostro, ruborizándose. Ya sea por timidez o por un inocente enamoramiento.

No se sorprendió cuando sintió sus mejillas arder en un calor leve.

Y por Zeus si no hubo intentado negar aquel malsano sentimiento. Porque el amor que profesaba siempre osciló entre alegrías y sufrimientos.

Una vívida imagen de Yoochun  sudoroso encima de su cuerpo erizó su piel. Hacía tiempo que también había aprendido a aceptar la manera en como su mente lo traicionaba con visiones como estas. Humedeció sus labios ante la repentina resequedad que experimentó. Un castigo bastante dulce si alguien pedía su opinión.

Observó como un remolino de hojas se originó justo delante de su camino. Lo admiró con fascinación. Las diferentes tonalidades rojizas parecían fusionarse en una armonía perfecta.

Junsu había llegado a la conclusión que el color rojo le pertenecía a Yoochun por excelencia. Un color que exudaba intensidad afectiva y pasión, impregnado de ciertos tonos de violencia y explosividad. Lo que lo llevaba a ser un color relacionado con los instintos primarios.

Sonrió de lado.

El sabían a la perfección sobre aquellos impulsos tan básicos que podía llegar a imaginar. En donde era llevado a la cama no solo el eterno amor sino que, además, se hacía presente una dulce y angustiosa agresividad.

Una intensa corriente de aire atravesó el sendero llevándose consigo una gran cantidad de hojas que aun permanecían unidas a los árboles. Pronto Junsu vio cubierto por aquella lluvia colorada y traviesa. Viéndose recubierto por el color de lo prohibido que lo seducía a una profunda tentación y a la tan ansiada cercanía que Yoochun le generaba.
Completando un complemento único e irrepetible. Imposible de remplazar. Dramático y poderoso. Arrogante pero con una potente confidencia y calidez que rebosaba de pura energía.

Con Yoochun experimentaba las experiencias más fuertes. Pecado, deseo, virilidad y por sobre todo tristeza por querer ser amado por él y sintiéndose sucio por amar a su propio hermano, como símbolo de una pasión ardiente y desbordada.

Rió ante tal pensamiento.

Tal vez era divertido admitir aquel loco impulso por codiciar con ansias lo que brindaba la intensidad y la abundancia de vivencias. Porque ambos tenían un historial muy amplio de situaciones vividas, pero en terrenos del amor él era un principiantes dando sus primeros pasos.

Un ruido en los arboles llamó su atención. Un hermoso pájaro negro parecía buscar un lugar para pasar la noche.
Sus cejas se arquearon con incredulidad cuando observo el resto del paisaje. El sol casi se había puesto y lo que antes era un bosque rojo intenso por la lluvia, ahora vestía colores burdeos. Las sombras que tan bien conocía ahora eran notoriamente marcadas. Los rayos de luz se despedían para dar paso a las primeras estrellas en el cielo.

Quizás ese era el momento de regresar a su hogar. Con suerte la chimenea se encontraría encendida y Yoochun lo estaría esperando con algo caliente para cenar. Más decidió y no ilusionarse. Últimamente Yoochun pasaba mucho tiempo fuera de casa con quien sabe quien esta vez.

Dando media vuelta emprendió su camino de regreso. Pateó una pequeña piedrecilla del camino. Tal vez ambos no pasaban demasiado tiempo junto. Pero las horas que compartían eran tan idóneas e intensas en todos los sentidos, que todo valía la pena. Siempre y cuando pudiera compartir su vida junto a Yoochun.



Tomo una nueva y pequeña hojita roja con una de sus manos. La forma de la misma era perfecta. Sería un regalo muy simple para su hermano pero sabía que le gustaría. El era demasiado detallista y se maravillaba cuando lograba encontrar ese tipo de cosas en la naturaleza.

Si, Chunnie era especial y así lo llamaba siempre.

Esa diminuta hojita le sacaría una sincera sonrisa.  Y obtendría un beso o un fuerte abrazo como recompensa.

La vida en la mansión no era sencilla, pero situaciones como estas contrapesaban el dolor volviéndolo más dulce.


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The Castle Of Count Cap. 10

Las horas pasaban lentamente para Yunho, el solo quería llegar a la mejor parte para escuchar los gemidos del príncipe, estaba completamente desesperado, los minutos no pasaban para él, se sentía realmente en llamas y no dudaría en tomarlo sin estimulación alguna.

Yunho: -acariciando el miembro del menor sobre su ropa- Mmmh… ¿de verdad quiere que pare?
Prince: No…-mirándolo sensualmente- s. Siga…
Yunho: así me gustas…-bajando lentamente, tomando entre sus manos el miembro del joven, metiéndolo todo dentro de su boca-
Prince: ahmm…. –cerrando con fuerza sus ojos, tomando la cabeza del mayor con fuerza, para que miembro entra aún más en su boca-
Yunho: haam, no que nunca lo había hecho –un poco ahogado
Prince: –una sonrisa malvada se dibujó en sus labios- no quiere jugar…. Juguemos…
Yunho: -lamiendo y chupándolo con fuerza- mmhh…. Príncipe…
Prince: ohmm…es bueno conde… -tirando la cabeza hacia tras- siga así…Aahh esto es delicioso… -tomando con fuerza el cabello del contrario-
Yunho: -subiendo rápidamente, atrapando los labios del menor- gírate….gírate ahora… -con necesidad-
Prince: -negando- el que se dará la vuelta primero será usted –besándolo con desesperación, colocando al conde contra la muralla, acariciando su entrada suavemente-
Yunho: haam… -una sonrisa malévola se formó en su rostro- no sabe lo que hace señor… ahmm –sintiendo como la punta de ese trozo de carne le rozaba tratando de entrar-

Prince: claro que se. Lo que hago...-besando su cuello- como me dijo… solo disfrute conde… este, será nuestro secreto…

The Castle Of Count Cap. 9

Prince: me alegro conde –sonriendo-
Yunho: me permite acompañarlo en su paseo –mirando al rey-
Prince: claro conde, pero supongo que veremos los mismos lugares que observo hace unos momentos con mi padre
Rey: no te preocupes hijo, creo que el conde no recorrió todo
Prince: oh ¿en verdad? Bueno seré su guía
Yunho: me gusta cómo suena –colocándose a su lado derecho- comencemos
Rey: vayan con cuidado y ustedes –mirando a los guardias- no se separen del príncipe
Soldados: ¡No señor!
Prince: sabe que nunca lo hacen señor
Rey: nunca está de más repetirlo hijo, ve con cuidado

Lo que que rey nunca presintió, fue lo que pasaría luego de esa mañana, su adorado hijo cambiaría por completo, quizás se pondría de parte del conde o simplemente mandaría todo al demonio porque ya no le importaría el trono que tanto deseo para cambiar las cosas en el pueblo.

Yunho: príncipe, tiene algún lugar secreto dentro de este pueblo
Prince: ¿Por qué es pregunta? Creo que todos tenemos lugares secretos en donde nos escondemos, cuando queremos pensar
Yunho: me agrada su pensamiento, solo quería conocer ese lugar
Prince: -sonriendo- déjeme pensarlo y luego veré si lo llevo a ese lugar
Yunho: no se arrepentirá –levantado una de sus cejas lascivamente-

Yunho tenía solo una intención, era poder seducir y tomar el cuerpo del príncipe, para lograr su cruel objetivo, necesitaba tomar el poder de la manera que fuese para destruir al rey de la peor manera y sabía que la única forma era por medio de su único hijo.
Por otro lado, el príncipe, de estaba dejando llevar por las buenas acciones y agradables palabras que salían de la boca del conde, el sentía una gran sinceridad y un gran aprecio al pueblo solamente que esto era un gran engaño.

Prince: conde… -mirándolo- porque le llama tanto la atención el pueblo
Yunho: eh? –Suspirando- no creo que sea el pueblo
Prince: no es el pueblo…entonces que es
Yunho: antes de decírselo, lléveme a su lugar secreto –sonriendo-
Prince: ¿cree que esto es una forma de transar una respuesta tan simple?
Yunho: para mi es más que una respuesta, es la forma en la que se lo puedo demostrar
Prince: ¿de qué forma?
Yunho: no se arrepentirá señor, usted solo confié en mí
El joven príncipe creyó en sus palabras, el sabia bastante bien que al lugar donde lo llevaría no podía escucharlo nadie, mucho menos podía llegar ayuda para salvarlo si es que algo malo le ocurriese, se confió de esta bestia, que con sutiles mentiras lo había engatusado, lo llevo donde nunca deberían haber entrado, dejando a sus soldados bastante lejos, tomaron rumbo hacia aquel lugar…
Un lugar donde el príncipe iba de descargar sus emociones, una enorme cueva, bajo tierra que ni el conde ni nadie del pueblo conocían más que él, ¿cómo se generó?, ¿de dónde salió?, nadie sabía de su existencia, un lugar espantoso a simple vista, pero un lugar realmente maravilloso si pasaba largas horas dentro de ella.

Yunho: es maravilloso –mirando su alrededor, sin notarlo sus ojos tomaron un leve tono rojizo-
Prince: este es mi escondite… ahora dígame ¿Qué le llama la atención del reino?
Yunho: usted príncipe… -acercándose sigilosamente- usted y su poder… si lo pensamos –colocando una de sus manos sobre el hombro del joven- podríamos hacer una buena dupla, para reinar
Prince: ¿Qué? –Riendo- de que está hablando conde –quitando la mano del mayor- usted sabe perfectamente que las cosas en el pueblo se pueden manejar perfectamente solo con un cerebro pensando 2 sería un desperdicio de tiempo
Yunho: no hable así señor –acariciando su cintura- creo que cambiara de opinión luego de que…
Prince: ¿luego de qu… –Siendo interrumpido por unos labios cargados de pasión-
Yunho: -sin poder contener sus impulsos, pego con fuerza sus caderas a las del menor, haciendo leves pero sensuales movimientos-
Prince: -tratando se zafarse del agarre del mayor- ¡c…conde! –Agitado y un poco asustado- ¿Qué cree que hace?
Yunho: solo deje llevar príncipe, por lo que veo no le desagrado mucho lo que hice –sonriendo acercándose- solo digamos que será nuestro pequeño secreto, quedara aquí en estas paredes
Prince: paredes….pero que cree que soy… un juguete el cual puede ocupar en el momento que usted desee…. Está completamente equivocado señor –siendo atrapado contra una de las rocosas murallas de la cueva-
Yunho: si el príncipe no me da lo que quiero –suspirando molesto- toda su gente, que tanto ama –puchero fingido- morirá lentamente…fría y lentamente-
Prince: -mirándolo con seriedad a los ojos- con qué derecho… ¿hum? ¡Con cual derecho!
Yunho: con el que tengo desde antes que el principito naciera…. Si su padre no me hubiese pedido ayuda hace tiempo atrás usted no tendría que estar sufriendo esto ahora, si tan solo me hubiesen matado hace algunos millones de años atrás, usted gobernaría tranquilamente ahora, ¡solo quiero lo que me pertenece!
Prince: ¿y tengo que suponer que una de esas cosas que usted está reclamando soy yo?

El joven príncipe había dado justo en el blanco, los ojos de Yunho se iban tornando más rojos con cada palabra que salía de los labios del joven, y las sentía como leves estocadas las cuales solo ponían más agresiva a esta maldita bestia que no dudaría en matarlo. O simplemente usarlo como su juguete y dejarlo tirando en aquella cueva.

Yunho: -asiente- ahora solo dame lo que necesito –acercándose para sentir el aroma de su cuerpo-
Prince: -sintiéndose incomodo- mmh
Yunho: -besando su cuello recorriéndolo con delicadeza, subiendo lentamente hasta los labios del menor-
Prince: -apretando con fuerza sus puños, al sentir sus labios sobre los suyos- ahmm…. –recordando aquel sueño que había tenido durante la noche, se sentía exactamente igual de excitante-
Yunho: ¿Qué pasa señor? ¿No lo estoy haciendo bien? –Notando como la entrepierna del contrario comenzaba a despertar-
Prince: de…deténgase por… por favor –colocando sus manos en el pecho bien formado del mayor-

Las horas iban pasando los soldados se estaban preocupando, la situación se estaba poniendo tensa, el príncipe y el conde no aparecía, ellos no sabían en qué lugar exactamente se habían metido ambos hombres, así que si se trataba de hacer una búsqueda, sería difícil encontrarlos.
El príncipe sabía perfectamente que por más que gritara y por más que llamara a sus soldados ellos jamás llegarían aquel lugar, tenía claro que ese esa solo su lugar de encuentro con el mismo y que por un error había llevado a Yunho.

Prince: aléjese –agitado- se lo suplico aléjese por favor
Yunho: su voz lo pide, pero su cuerpo y mente no me dicen lo mismo –acariciando con sensualidad y pasión el cuerpo del príncipe- sabe algo…sus ropas me están molestando… -comenzando a deshacerse de aquellas ropas-

Prince: -dejándose llevar, ya no tenía sentido seguir rogando- Y….Yunho….

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The Castle Of Count Cap. 8

En ese momento el príncipe pudo darse cuenta que su sueño no había sido algo normal, las palabras de aquel hombre habían quedado grabadas en su cabeza, que las ideas de caer en algo con el conde no lo dejaban descansar tranquilamente, es por eso, que se levantó sigilosamente y se acercó a la ventana para tomar un poco de aire fresco a ver si podía dormir.

Yunho: -colocando sobre sus hombros un gran abrigo negro-
Rey: espero no tenga alguna molestia conde, no quiero que mi gente lo haga enojar
Yunho: saldré de esta manera solo porque hoy no hay sol, a mas no creo que hayan cosas que me molesten hoy –sonriendo-
Rey: ¿Por qué anda tan alegre?
Yunho: ¿Qué le importa? Oh si debería importarle –riendo-
Rey: que hizo señor…-mirándolo-
Yunho: no hago nada interesante aun, nada interesante….

El conde decidió salir por un momento del castillo ya que no había ninguna luz que le molestara solo debía tener precaución ya que cualquier tipo de luz le haría daño, así que uno de sus sirvientes llevaba en sus manos el abrigo con capucha negra que siempre solía llevar a cuestas, solo quería averiguar cómo estaba la gente del pueblo, nada más que para ver qué hacer si las cosas en el castillo no le resultaban.

Yunho: ha hecho un buen trabajo –mirando a todos lados-
Rey: gracias, más que hacerlo yo, lo ha hecho mi hijo
Yunho: el príncipe, es realmente bueno… espero sea así para todas las cosas
Rey: a que se refiere…. ¿Qué quiere decir con eso?
Yunho: nada rey, lo siento… no mido mis palabras de vez en cuando
Rey: se le está haciendo demasiado habitual no hacerlo conde
Yunho: no se ponga así rey, se pondrá viejo… -riendo sarcásticamente-

El conde sabía perfectamente cómo manejar al rey, su punto débil era su hijo, siempre dijo que si alguien se atrevía hacerle algo el saltaría y mataría a quien se le cruzara por delante, el único problema, es que, si se trataba de Yunho sería muy difícil poder acabar con el…

Prince: Buenos días –en el castillo-
Sirvientas: buenos días príncipe –reverencia-
Prince: -preguntándole a su soldado- ¿es un buen día?
Soldado: digamos es no mucho señor, el cielo está un poco cubierto
Prince: oh no hay problema –sonriendo-
Soldado: -venia-
Prince: soldado saldré a dar una vuelta, por favor llame a los demás escoltas y unas cuantas sirvientas.
Soldado: como diga señor –saliendo de la habitación-

Sin duda el joven no tenía nada claro, mucho menos de las cosas que vendrían al castillo, su padre, el rey… trataba de ocultarle a su hijo estos ocultos secretos que se escondían, pese a los rumores de las muertes de mucha gente del pueblo, de la matanza de aves que se había presentado hace algunas semanas y pese todo la presencia del conde, él quería proteger a su querido hijo.

Prince: vamos….-saliendo del castillo-
Soldado: su padre anda en el pueblo con el conde señor
Prince: eso no me preocupa, sabes que siempre doy mis paseos –visualizando al conde-
Yunho: como está el príncipe –venia-
Prince: bien gracias y usted

Yunho: muy bien –mirándolo con sensualidad-

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