viernes, 3 de octubre de 2014

Mi Guardaespalda Episode 12

Es sencillo creer en lo que la mente dice y hacer caso omiso a lo que te diga tu corazón, y más cuando sabes que la persona que tanto amaste y sigues amando te mintió y ahora aparece en tu vida como si nada hubiera pasado y decide que quiere volver a tu lado.
Pues no para jaejoong su orgullo, su dignidad y por sobre todo su rencor, era lo que lo tenía  entre la espada y la pared. Porque justamente después de una semana en que le había dejado claro  a su ex guardaespalda, que no deseaba verlo más,que ya no lo amaba haciéndole creer que era así, aunque sabía que sus actuaciones era siempre un fracaso, pudo dar fe que esta si podía resultar.
Pero sus cálculos fueron un completo fiasco porque ahora mismo, una vez más tenía a Shim Changmin su ex guardaesplada frente a frente, con sus miradas eran retadoras.
Pero ninguno quería perder el contacto del otro por mucho que ahora mismo sus miradas fueran desafiadoras en el fondo del su ser era todo lo contrario, pero después de todo no podía quedarse así por siempre si que el primero en romper todo el silencio lo hizo el mismo Jaejoong.

--Que haces acá, te dije q…..

-- Solo vengo a decirte que me voy este sábado, salgo en el vuelo de las dos.

No podía negar que las palabras de Changmin le habían afectado al grado de casi creerle. Pero también sabía lo mentiroso y cruel que podía llegar hacer.

-- Si ya te vas, entonces, ¿Qué buscas? – dijo viéndolo fijamente, tratando de ocultar todo el dolor que su partida le estaba causando. Pero quizá era mejor así, que se fuera de una buena vez para poder remendar su vida.

Entonces vio como Changmin metía la mano en su bolsillo y sacaba un sobre membreteado de él. Cuando vio lo que contenía el sobre, sus ojos se abrieron en sorpresa al percatarse de lo que aquello significaba.

-- Quiero que vengas conmigo – dijo de forma seria tendiéndole un boleto aJapón con su nombre impreso en él.
Jaejoongtrago saliva de forma nerviosa y tomo el boleto viéndolo fijamente. Tenía la fecha abierta, pero era solo de ida. La sangre se elevo hasta su cabeza, sentía ira de que Changmin podía venir y plantarse delante del y pedirle que se fueran juntos, y olvidar todo  ¿A caso Iba a usarlo de nuevo para después botarlo a la basura? Eso le hizo fruncir el ceño y tomó el boleto partiéndolo a la mitad y se lo lanzó a la cara.

Changmin solo cerró los ojos al sentir que los papeles le golpeaban el rostro,pero no se inmuto por la acción, solo dejó asomar una mueca de tristeza en sus labios.

-- Puedes pedir una copia en la terminal aérea, solo asegúrate de que haya lugar en el vuelo. Si quieres puedo reservarte un asiento para que te vengas conmigo este sábado – Jaejoong se sintió de nuevo molesto ¿A caso se había vuelto loco? Ya le había dicho que no se iría y menos con el ¿Ahora quería pretendía que lo dejara todo por él?

-- ¡No! No voy a ir contigo a ninguna parte. ¿Para que me quieres contigo?¿Para tenerme de tu amante gratis? ¿Alguien a quien incluir en tus putas mentiras? – dijo sumamente molesto.

-- No Jaejoong, yo solo quiero que empecemos de nuevo, se que te lastime y merezco tu repudio, también se que debería haberte contado antes todos lo que había pasado, pero no pude era necesario estar de aliado con el peor enemigo de tu padre, pero ahora que soy libre y ese imbécil fue asesinado, ya no correrás peligro, pero por favor Jaejoong dame una oportunidad de demostrarte que aun sigues aquí..-dijo este señalando su corazón..- ¡Ven conmigo! – dijo Changmin tomando a este por los hombros para intentar verlo a los ojos. Jaejoong levantó la vista topándose de lleno con aquellos ojos marrón, sintiéndose de nuevo perdido en aquel mar de su mirada. Estaba tan confundido, por un lado, daría lo que fuera por estar con él, por sentir de nuevo esos labios besando los suyos,sentirse derretir bajo el calor de su cuerpo, pero por otro, sabía que todo era una mentira.

-- No – dijo de forma firme cerrando los ojos para hacer callar a su corazón que parecía gritarle que dijera si.

-- Te amo Jae...

Jaejoong abrió los ojos de forma enorme para ver aquellas pupilas de nuevo,para tratar de ver a través de ellas la verdad. Los ojos de Changmin parecían brillar con una especia de emoción que no pudo identificar. No era la emoción que había visto antes, Tampoco era aquello que veía en él cuando le besaba.¿Qué era aquello que veía en los ojos? ¿Qué era aquello que le hacía casi brillar, casi iluminarle por completo el rostro a pesar de que ya estaba atardeciendo y la habitación comenzaba a verse más oscura?

Changmin se acercó hasta Jaejoong sin que retrocediera, las últimas palabras de su ex guardaespalda  le taladraban el corazón. ¿Cómo podía decir esas palabras y que sonaran tan sinceras? Sus ojos marrones se habían dilatado mientras las pronunciaba y el color se había intensificado de tal manera que parecía negro. ¿Por qué? ¿Por qué su corazón latía tan aprisa al escucharle y sin embargo no le creía o temía a la verdad?

Sintió los labios de Changmin posarse de forma suave sobre los suyos, porque sus labios era tan perfectos, porque sus bocas se unían a la perfección, porque en ese mismo instante deseaba más que solo besos, como había extrañado ese sentimiento que le estaba carcomiendo y más si ahora la sangre de su cuerpo comenzaba a incendiarle.

Todo su ser comenzó a reaccionar a aquel beso dado de forma suave y sin meditarlo, elevó los brazos para enrollarlos alrededor del cuello del Changminy corresponder a aquel beso. Pudo sentir como las manos de Changmin comenzaron a recorrerle el cuerpo, haciendo que el beso se fuera haciendo cada vez más apasionado, cada vez más urgente. Las manos del su ex guardaespalda le tocaban de forma suave bajo la chaqueta de su traje y sobre la camisa, dejando que su calor le impregnara por completo el cuerpo, haciéndole temblar por instantes.

-- Jae te amo más que a mi propia vida… - escucho la ronca voz pronunciar su nombre contra sus labios con una sinceridad que le dolió.

Se separo para ver los ojos de Changmin con la respiración entre cortada. En su mirada se veía el desconcierto y la desconfianza. No sabía si creerle o no, Su corazón decía que Changmin no estaba mintiendo, pero su cabeza decía todo lo contrario. Changmin aun no se ganaba nuevamente su confianza, ya que sentía miedo que volviera a mentirle

Pero los golpe de la puerta hicieron que ambos se alejaran, voltearon a ve hacía el lugar de donde provenía el ruido. Jaejoong se obligo a recuperar el aliento y responder con un:

- ¿Quién? – esperando por alguna respuesta.

-- Joven Kim, hay un Chico abajo diciendo que espera a Changmin por su regreso.

-- Dígale que ya bajo – contesto Changmin de forma fría sin dejar de ver los ojos negros de Jaejoong quien parecía haberse alejado mentalmente. Ambos escucharon pasos alejarse, entonces Changmin volvió a hablar haciendo que Jaejoong le prestara atención de nuevo - ¿Sigues sin creerme? – cuestiono el este dejando que su mano se deslizara de forma suave sobre la sonrojada mejilla de Jaejoong,pero este último se retiro de ese contacto que parecía quemarle.

-- No, Me has mentido mucho como para que pueda creerte ahora – dijo sin pensar, dejando salir las palabras de lo mas hondo de su corazón. Podría amarle, pero no confiaba en que él le amara como decía.

-- Esta bien tomate tu tiempo, ahora me tengo que irme – dijo Changmin haciendo que Jaejoong sintiera un nudo en la garganta – No creo que puedo volver a verte. Tengo muy poco tiempo para arreglar mi viaje, debo arreglar todavía un par de asuntos antes de irme a Japón – dijo de forma seca para después tomar a Jaejoong por los hombros de nuevo y verlo a los ojos - Pero dentro de un año volveré y nada evitara que te recupere. ¿Entiendes Jae? Voy a regresare exclusivamente a recuperarte.... por ti, eso te lo prometo.

Sintió una emoción tan grande que casi le inundaba el pecho. Su corazón había comenzado a latir de forma desbocada logrando imponerse a su mente. Su corazón decía que si, que Changmin le amaba como le amaba él. Esa voz interna gritaba cada vez más fuerte y cada vez más alto. La otra voz que le decía que Changmin estaba mintiendo, la escuchaba cada vez más lejos. Abrió la boca para hablar, iba a decirle que lo amaba.

-- Changmin, yo... – Pero no pudo terminar de hablar ya que este de nuevo volvió a apoderarse de sus labios. Todo pareció darle vueltas, aun se encontraba sensible debido al beso interrumpido que indudablemente en esta ocasión le estaba haciendo reaccionar. Tan solo el pensar que Changmin se iría para siempre basto para que su resolución se perdiera y se dejara embriagar por la exquisita sensación de los labios de su ex guardaespalda sobre los suyos.Sintió el cuerpo de Changmin apretarle contra el suyo haciéndolo reaccionar...

¡Oh por dios!...

Changmin iba a irse...

No quería que se fuera... no...

Lo amaba, al igual que lo había dicho él, más que a su propia vida...

Poco a poco, el beso que Changmin le daba y él estaba correspondiendo, le estaba haciendo despertar el deseo. Pero no podía, ya no más. Se había prometido a sí mismo no volver a caer y estaba cayendo de nuevo. Changmin había vuelto a romper sus defensas y le manipulaba como solo él sabía hacerlo.

Evocó en sus recuerdos todo lo que había padecido cuando creyó que este había muerto, obligándose a no dejar en el pasado todo.

Su beso se volvió frío y con una mano empujo por el pecho a Changmin. Sus ojos negros se toparon con unos cafe desconcertados. Sabía lo que Changmin estaba pensando, sabía que el se preguntaba que había fallado.

Su memoria... eso le había fallado.

-- Ese fue tu regalo de despedida – le dijo Jaejoong mostrando una sonrisa forzada que se veía cruel en aquel rostro atractivamente blanco – Ahora vete, te están esperando.

Vio a Changmin caminar hasta el peinador y dejar algo en él, para después girarse para verle. Jaejoong seguía parado a un lado de la cama, viendo como este se alejaba. Entonces Changmin llegó a la puerta y tomo el picaporte para salir.

Jaejoong dio dos pasos para acercarse extendiendo la mano para tratar de alcanzarlo,pero un instante después la bajó devolviéndola a su costado. Changmin se giró para verle, justo en el momento en el que su mano llegaba a su costado, y le murmuró en voz baja.

-- Piénsalo. Tienes hasta el sábado a las 2:00 PM – dijo en el umbral de la puerta. Después guardo silencio, viendo aquellos ojos negros por largos segundos, hasta que volvió a hablar – Si no te amara, no te estaría suplicando– aseguro..-Jaejoong solo abrió los ojos sin decir nada por unos segundos sintiendo que su corazón quería saltarle del pecho, si tan solo fuera verdad.

-- No tengo nada que pensar – aseguro estrujando la camisa con su mano bajo el saco – Si tuviera la seguridad de que me amaras, desde el principio te hubiese dicho que si. Pero como no te creo, la respuesta es más que obvia...

Entonces Changmin cabeceo en acuerdo y salió de habitación cerrando detrás suyo.

Jaejoong corrió hasta la puerta extendiendo la palma de la mano sobre ella sintiéndose destrozado. No quería que se fuera, quería gritarle que se quedara o que le llevara con él, que le amaba. Que todo quedaba olvidado y que volvieran a empezar. Pero tenía orgullo y no quería volver a ser utilizado por una mentira. No quería recibir más desprecios, más palabras hirientes. A pesar de que su corazón estaba gritando que le creyera, su cabeza se negaba a tomarla palabra como cierta. En esta ocasión, su corazón no había tenido ni voz ni voto.

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Changmin salió de la habitación de Jaejoong de forma apesadumbrada, no había conseguido nada con él. Ya se lo esperaba, sabía que lidiar con el iba a ser difícil, pero esperaba que no imposible y sin embargo, había fallado. Se sintió de pronto muy cansado y se recargó en la puerta de su amor dejando que su mano subiera hasta cubrir sus ojos con ella.

La cabeza le estaba matando.

Escucho unos pasos retumbar por el solitario pasillo, pero no le dio importancia. Nadie se atrevería a hablarle, así que siguió recargado con la mano arriba, sintiendo que la cabeza iba a estallarle. Entonces vio unos zapatos negros que se detenían frente a él, cando bajó la mano para ver quién diablos se atrevía a interrumpirle, vio los ojos de Yoochun viéndolo fijamente.

-- Hasta que te dignas aparecer – dijo Yoochun con el ceño frunciendo, Changmin lo tomo en cuenta así que se dio la vuelta sin prestarle atención al amigo de Jaejoong, pero este le detuvo del brazo - ¿Ya hablaste con Jae? – cuestiono. Changmin clavo sus ojos café en la mano de Yoochun haciendo que le soltara y después volvió la vista a los ojos este último.

-- ¿No crees que el que este fuera de su habitación significa que si? – Dijo deforma sarcástica

-- Pudiera ser que te dejo afuera, como a mí, cuando no quiere hablarme–respondió Yoochun en igual tono.

-- No puede, si te metes por el balcón. Forzarlo con una tarjeta es fácil –dijo de forma burlona haciendo que Yoochun abriera los ojos de forma divertida.

-- ¡Oh vaya!, lo tendré en cuenta para la próxima vez que no me deje entrar –dijo siguiéndole el juego. Pero entonces vio que la diversión que había visto en los ojos de Changmin se enturbió con una sombra de tristeza que jamás había visto. Realmente era la primera vez que el ex guardaespalda de su amigo dejaba ver algo de esos sentimientos que tanto escondía a través de su mirada fría.

-- Me dio gusto conocerte – dijo Changmin tendiéndole la mano al peli castaño deforma sorpresiva. Yoochun vio la mano de Changmin sin comprender y a su vez extendió la suya.

-- Esto me suena a despedida ¿A caso te vas?

-- Hasta luego Yoochun – dijo sin contestar a la pregunta dándose la vuelta para ir rumbo a la escalera. Pero Yoochun se animo a gritarle antes de que se perdiera por ellas. Ni siquiera sabía porque lo hacía, solo tuvo el necesario impulso de revelarle lo que había descubierto hablando con Jaejoong. Quizá pudiera ayudarlos... o solo meter la pata.

-- ¡Te ama!, ¿Lo sabías? ¡Te sigue amando!– Changmin se detuvo y giró el rostro solo un poco para verle de forma fija pero melancólica.

-- Si, lo sé. Yo también le amo... pero no me cree – dijo para después bajarlas escaleras y alejarse rápidamente rumbo a su departamento.

¿Por qué Jaejoong no le creía?..-se preguntaba una y otra vez Yoochun, sin tener certeza de la respuesta.

Changmin se lo había demostrado de tantas formas que estaba arrepentido de haberle mentido, que lo seguía amando. Quizá por eso dicen, “Primero saben del fuego los que están afuera, que aquellos que están adentro”

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Jaejoongse alejó de la puerta arrastrando los pies, Changmin se había ido, ¡No!, lo había dejado ir. ¿Por qué no podía simplemente creer en todo lo que le había dicho? ¿Por qué?

Porque le había hecho daño, mintiendo  por eso.

Se detuvo del borde del peinador y de reojo pudo ver algo en él. De repente recordó que Changmin se había detenido en ese lugar por unos instantes y entonces se percató que realmente había dejado algo allí, unas llaves y un sobre blanco.

Hizo las llaves a un lado y con mano temblorosa sacó la hoja que venía dentro del sobre. Sus ojos no dieron crédito a lo que veían, era un título de propiedad en Nueva York. Junto con el título, venía una nota con la clara caligrafía de su ex guardaespalda:

“Se que vas a New York. Por favor, quédate en un lugar seguro, un lugar al que podrás llamar casa de ahora en adelante, un lugar que tendrá calor de hogar porque nosotros se la proporcionaremos.

Te lo prometo... CH”

¿Casa?, ¿Hogar?, ¿Calor?....

No sabía que significaban esas palabras, porque jamás las había conocido. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y dejó caer los papeles al suelo. Por impulso había estado a punto de romperlos, pero después de leer la nota ya no estaba seguro de nada.

Changmin se iba ese sábado a las 2:00 PM y ya no sabía qué hacer...

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De nueva cuenta estaba solo, acostado en su cama viendo al techo. La noche había caído sin que se diera cuenta. Había escuchado la voz de Yoochun llamándole por detrás de la puerta, pocos minutos después de que Changmin se marchara. Simplemente no quería hablar con nadie, solo quería pensar, aclarar sus pensamientos y sobre todo sus sentimientos...

No, esos estaban más que claros. Amaba a Changmin, pero temía entregarse una vez más a él, entregar su corazón sin salir otra vez dañado.

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Nada había cambiado en el resto de la semana. Estaba encarcelado en su habitación hasta la siguiente semana. En esta ocasión no había salido de su cuarto para robar algo de comida, la cena y el desayuno se las habían llevado hasta su habitación, pero no había comido mucho, solo lo que creía suficiente para no sentirse mal. Hacía tareas, comía y hasta había presentado en lasoledad de la misma. Tuvo todo el tiempo del mundo para estudiar y sin embargo reprobó, ya que sus pensamientos no se separaban de Changmin.

Por la mañana del sábado las cosas seguían igual, seguía encerrado en aquella habitación sin poder y sin querer salir realmente. Se sentía tan cansado, de nueva cuenta no había podido dormir. La mitad del plato de cereal, y el vaso vacío de leche de su desayuno, seguía sobre el escritorio. Al parecer había dormido un poco durante la mañana, ya que ahora había algunos libros y un par de hojas a un lado de la charola de comida.

-- No tengo ni fuerzas para levantarme de la cama – se dijo volteando a ver el reloj digital que estaba sobre su peinador, casi era mediodía y él aun estaba en la cama, con el pijama puesto.
-- Estoy deprimido – se dijo cubriéndose totalmente con las cobijas. Changminse iba dentro de unas horas y aun no sabía qué hacer...

Su cuerpo gritaba - ¡Ve a buscarlo, huye con él, déjalo todo!. Necesitas tanto esas caricias, esos besos, ese cuerpo - Pero no podía hacerlo.

Y su corazón gritaba - ¡Que importa mientras tu amor baste para los dos!...

Pero su cabeza de nuevo se revelaba diciendo – Tienes orgullo, no te rebajes,vales mucho como para dejarte utilizar...

Y hasta ahora todos tenían razón, su cuerpo, su corazón y su cabeza. Era un triple empate y en esta ocasión no podía echar un volado o jugar al piedra,papel o tijeras; porque ya lo había hecho y había vuelto a empatar...

Los golpes en la puerta le distrajeron de sus propios pensamientos obligándolo a dejar de lado la discusión interna que mantenía con su cabeza, su corazón y su cuerpo.  Pensó que quizás podría ser las mucamas, una de las chicas de la cocina, pero los golpes no cesaron y su humor se elevo.

-- ¿Pero que demonios? – dijo con cierta molestia dispuesto a enfrentar a quienquiera que le hubiese perturbado. Pero su molestia cambió a una de asombro al ver a Yoochun viéndole fijamente .

-- Vístete, hay alguien que espera por ti.

--No iré a ninguna parte, y déjame en paz Yoochun

-- ¡No seas ciego Jae! Acaso no ves que Changmin te ama esto lo hizo por ti, te salvo una vez la vida y estoy seguro que lo haría una vez más– deja ese maldito orgullo y ve tras el que, si ahora no lo recuperas, después será demasiado tarde y no abra vuelta atrás.

-- Yoo…No lo sé, yo ya no se nada – musitó el mismo que como respuesta a su amigo.

--Vamos amigo, date una oportunidad de ser feliz, La felicidad es amor, no otra cosa.El que sabe amar es feliz y busca lo que más te llena, no quiero volver a verte en la oscuridad, El te esperara se que lo hará, el te ama y no te prives de ese sentimiento tan hermoso

-- Chun.. Yo… yo lo amo..-dijo este dejando caer las primera lagrimas..-lo amo,como desde el primer día que me enamore, quiero estar con él, lo amo , lo amo Chun

--Entonces ve con el…-dijo este llegando a su lugar y dando un abrazo fraternal…-anda y no vuelvas hasta verte sonreír de amor...ahora vee..

-- Chun Gracias..-dijo este mirando a los ojos de su amigo, era verdad porque siempre tenía que privarse de ser feliz, ya no podía seguir escuchando su mente, solo quería darle paso a su corazón y eso haría, si la vida le había dado una segunda oportunidad de estar con la persona que amaba, lo iba a tomar y no la dejaría jamás.
“¿Qué crees que estás haciendo aun allí parado?” - le dijo aquella voz en su cabeza -“Se va a ir y no sabrá que tú le amas como te ama él. ¡Sal ahora mismo!, quizá aun estés a tiempo. Te dijo que a las 2:00 PM ¿Qué horas son?”

-- ¿QU… HORA SON? – gritó tomando a Yoochun por los hombros y sacudiéndolo. Yoochun pareció asustado por la reacción demente de su amigo y se dio prisa en responder.

-- Las 1:00 PM

¿1:00 Pm? Aun tenía una hora para llegar...

Jaejoong lo soltó y salió corriendo de su habitación. Debía darse prisa, quizá aun pudiera llegar al aeropuerto y ver a Changmin antes de que se fuera.

Corrió por toda la casa, Sus pasos a la carrera retumbaban por todos lados. Nisiquiera sabía como iba a llegar al aeropuerto, abrió la puerta y se encontró con su carro y su otro mejor amigo .

-- ¿Junsu? – dijo con asombro.

-- vamos apresúrate que se nos va el vuelo, te llevare.
--Gracias amigo…-dijo este con una sonrisa sincera.

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La carro de Jaejoong salió volando a toda velocidad siendo conducido con Junsu y Jaejoong de copiloto. Iban a más de 120 millas por hora rompiendo todas las leyes de tránsito y el “stop”.

A Junsu poco le importaba ir a la cárcel con tal de que su amigo alcanzara a Changmin.

Tuvieron suerte, no fueron detenidos, perseguidos o multados, pero poco antes de llegar al aeropuerto un congestionamiento vial les obligo a detenerse por completo. Jaejoong volteo nervioso a ver su reloj, eran las 1:40 PM. Si esperaba a que Junsu avanzara no iba a lograr ver a Changmin, así que decidió bajar y llegar corriendo.

-- Aquí me quedo, voy a seguir a pie – dijo al tiempo en que abría la puerta desu carro y bajaba. Junsu bajó el vidrio para hablarle.

-- Suerte Jae – este le sonrió, le dio las gracias y salió corriendo.

Corrió entre los autos a toda velocidad. Tenía claro solo un objetivo buscarlo y decirle lo que jamás pudo salir de sus labios, que lo amaba y que se quedara con el por siempre.

Cuando llegó al accidente se dio cuenta de que el motivo del embotellamiento había sido una carambola que bloqueaba los accesos al aeropuerto. Había un par de televisoras cubriendo la noticia y contribuyendo con sus autos al trastorno vial, pero a Jaejoong poco le importo, atravesó la avenida justo después que varias camionetas de los canales de noticias del espectáculo daban la vuelta.

-- ¡Maldición! Que ni se te ocurra irte sin antes decirte que te amo Minnie.

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Changmin volteo a ver su reloj, las 1:45

Dio otra vuelta en su lugar de forma desesperada y levanto la vista a la pantalla para ver como iba su vuelo: A tiempo...

Había llegado temprano al aeropuerto, tal como lo exigen ahora los vuelos internacionales, había documentado con dos horas de antelación y llevado a revisión todo su equipaje de mano (solo era una maleta pequeña con una muda de ropa y los artículos personales)

-- Debí haberle dicho que tenía hasta las 1:00 PM –se dijo mentalmente,volviendo a ver el reloj, maldiciéndose así mismo por su descuido – si no llega en 15 minutos no podrá...

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Jaejoong se abrió paso entre la gente que entraba y salía del aeropuerto. Por muchos años había sido cliente frecuente del aeropuerto debido a su condición como líder de la familia Kim que era conocida en todo Asia. Había viajado por todo el mundo y los accesos al mismo los conocía como a la palma de su mano.

Atravesó el estacionamiento a toda prisa. Estaba cansado, pero no había tiempo de tomarse un respiro. Tenía que darse prisa...

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“Pasajeros del vuelo 725...”

-- ¡Maldición! – exclamó Changmin al escuchar por tercera vez el llamado para abordar. No podía postergarlo más. Giró la vista viendo con resignación la puerta de cristal del acceso VIP en el que estaba.

Jaejoong no había llegado...

Y quizá no iba a llegar.

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Jaejoong entró corriendo tratando de gritar el nombre de Changmin, pero estaba tan exhausto que solo pudo exhalar e inhalar para recuperar el aliento. Había llegado al aeropuerto, ¿Pero lo había hecho a tiempo? Giró la vista buscando las pantallas de salidas y llegadas. Localizó varias y se dio prisa en alcanzarla más próxima. Se situó justo debajo para buscar aquella cuyo destino fuera Japón.

Estaban abordando.

Cuando leyó aquella palabra, sintió que se le hacía un nudo en la garganta y el corazón se le encogía presa de la pena haciendo que la sangre se le fuera hasta los pies. Changmin estaba abordando el avión en esos precisos momentos y no había alcanzado a verle.

El sentimiento de derrota le invadió de pronto, había hecho tanto y había logrado tan poco. Si tan solo le hubiese visto por última vez y decirle cuanto le amaba. Changmin había prometido regresar por él en un año, ¿pero quien aseguraba que no iba a cambiar de opinión?

Metió la mano a la bolsa de su pantalón y vio el boleto roto por la mitad que Changmin le había dado. Aun podía alcanzarlo allá, en Japón.

-- ¡Auch! – exclamo al sentir como alguien golpeaba su hombro al pasar a su lado a toda prisa.

-- Lo siento mucho, debo alcanzar mi avión que está abordando – dijo el hombre joven, con apariencia china, que había tropezado con él.

¿Abordando?

Entonces quizá aun estaba a tiempo de ver a Changmin, él le había dicho que tenía hasta las 2:00 y apenas eran las 1:50. Changmin tenía que estarle esperando.

Corrió detrás del hombre rumbo a la sala de abordaje, pero sin el pase que le permitiera subir al avión era imposible que le dejase pasar. Aun así haría el intento. Changmin tenía que estar en esa sala, tenía que estarle esperando ¡Tenía que esperarle!. El pánico hacía presa de él, Changmin no podía irse sin verle por última vez.

Llegó corriendo viendo para todos lados. La sala de abordar tenía una pared de vidrio que permitía ver a todos aquellos que cruzaban la zona de revisión y se perdían en lo alto rumbo al anden que les llevaba al avión.

Y allí estaba él...

Los ojos de Jaejoong se abrieron de forma enorme y el corazón amenazó con desbocársele al ver la espalda de su ex guardaespalda subiendo por la escalera eléctrica con la maleta en la mano. Tenía que pensar en una forma rápida de llamar su atención. Si iba con el guardia de la revisión le impediría el paso y si armaba algún alboroto le llevarían preso y posiblemente Changmin no se daría cuenta y solo perdería su tiempo. Solo quedaba una solución posible.

-- ¡Changmin! - Gritó con todas sus fuerzas mientras comenzó a golpear con ambas manos el vidrio grueso que le separaba de aquel que subía de forma lenta por aquella escalera – ¡MINNIE! – gritó con mas fuerzas sin conseguir nada de quien se alejaba segundo a segundo. Lo único que estaba haciendo era que la gente volteara con curiosidad a verle, pero solo por segundos, cada uno de aquellos pasajeros estaban inmersos en sus propios mundos y sus gritos desesperados solo les distraían por momentos y después regresaban a sus asuntos-¡CHANGMIN!, ¡ MINNIE!, ¡ CHANGMIN! – gritó, gritó y golpeo sin conseguir nada hasta que lo vio como este se perdía en el interior del andén – No – murmuro extendiendo las manos en el cristal viendo lo alto del atril como una persona tras otra pasaban, pero Changmin no regresaba por él – No – murmuro de nuevo en voz baja cerrando los ojos y los puños. El vidrio a prueba de ruidos con el que estaba recubierta la pared de la sala de abordaje y separaba a la de espera,había impedido que Changmin le escuchase.

Siguió golpeando el vidrio de forma queda sin abrir los ojos, más como un impulso que por otra cosa, con la mirada baja y los hombros caídos. Sentía que todo se derrumbaba. Quería decirle a Changmin cuanto le amaba, cuanto le necesitaba y que estaba dispuesto a esperarlo cuando regresara. Pero ahora no podía hacer nada ni decirle nada. Se sentía derrotado, su corazón se estrujó en su pecho haciéndose casi polvo por el sufrimiento.

¿Y que tal si no regresaba? Ni siquiera le había dado una leve esperanza ¿Qué podía atarlo?

-- No, no, no... - comenzó a sacudir la cabeza de un lado a otro. Tenía quehacer algo para darle alguna señal, algo que le hiciera saber que cuando regresara él iba a estar allí para él.

Y entonces tuvo una repentina idea que le hizo levantar la cabeza y abrir los ojos. Giro el rostro para ver la pantalla de llegadas y salidas y vio que el vuelo a Japón aun decía “Abordando”. Sabía que el avión de Changmin era de esos que tenían su propia pantalla en el asiento con varios canales de video y música. Dos eran para películas viejas, uno era para la película de estreno que pasarían en el avión, otro mostraba el lugar por el que el avión estaba navegando y cuanto le faltaba para llegar a su destino y en otro más, el canal que en esos momentos le importaba, era el canal de noticias local...

Tenía que llamar la atención de la prensa. Quizá aun había alguien del canal local que pudiera tomarle y mandarle un mensaje a Changmin. No importaba dar a conocer sus sentimientos a medio mundo - Total, si lo sabe dios, que lo sepa el mundo – se dijo de forma decidida. Iba a gritar y gritar hasta que alguien le captara y la noticia se transmitiera en vivo por algún canal. Iba a rogar porque Changmin le viera.

Entonces comenzó a gritar como desesperado, no sabía si daría resultado a no,pero ya nada perdía con intentarlo. No le importaban las miradas curiosas o confundidas que le miraban. Por suerte nadie se detenía, ni siquiera la seguridad privada que cuidaba del aeropuerto.

-- ¡CHANGMIN!, ¡SHIM CHANGMIN TE AMO!. ¡MINNIE  TE AMO POR SOBRE TODAS LAS COSAS!, ¡TE AMO MASQUE AMI PROPIA VIDA!... – cualquiera podría pensar que solo era un fan mas enloquecido por un chico famoso.

-- Yo también te amo más que a mi propia vida...

Escuchar esa voz a sus espaldas le hizo callar bruscamente haciéndole quedarse petrificado en su lugar al tiempo en que su corazón comenzó a latir de forma acelerada y todo su cuerpo comenzaba a temblarle. Se giró despacio creyendo que su hiperactiva imaginación estaba haciendo de las suyas de nuevo. Y ante su vista apareció aquel por quien había llegado desesperado y corriendo. Ante su vista se levantó esa imagen alta y arrogante de mirada fría e intimidante, pero llena de pasión y ese salvajismo que tanto extrañaba.

Su mirada violácea comenzó a recorrerle de arriba a abajo dándose tiempo a asimilar las cosas y a convencerse a si mismo que no era una simple ilusión.Llevaba una maleta de mano.

-- ¿Changmin? – Cuestiono de forma incrédula, rogando porque aquella imagen que aparecía ante sus ojos fuera real y no desapareciera.

Pero lo que respondió a su pregunta fue algo más que un simple si, fue un beso cargado de pasión y de aquel amor que le había estado confesando desde hacía una semana. Lo sentía, siempre lo sintió pero no había querido creerle. Changmin le amaba como le amaba él y ahora lo percibía claramente ya que sus labios sentían la calidez de otros labios sobre los suyos, la electricidad que le recorría el cuerpo de arriba abajo no era producto de su hiperactiva imaginación. Todo lo que estaba sintiendo era real, muy real. Había cerrado sus ojos para disfrutar esa calidez, ese amor y esa pasión que se derramaba de aquellos labios.


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