Habían pasado algunos meses desde que el conde no se
aparecía por el castillo, por otro lado todos en el castillo se estaban
preparando para las celebraciones que pronto se realizarían al cambio de
mandato, luego de la enfermedad detectada en el rey el joven príncipe debería
tomar las riendas del pueblo, había aprendido todo en poco tiempo, aun así, él
sabía perfectamente bien que pronto se vendrían cosas horribles…
Prince: padre… ¿Cómo
se siente hoy?
Rey: -sonriendo levemente- cansado… pero no es nada grave
hijo…
Prince: debería llevarlo a dar una vuelta en el coche
–tomando su mano-
Rey: si eso es lo que quiere el futuro rey –mirándolo- no
puedo negarme
Prince: no diga eso, aun no lo soy –ayudándolo a
levantarse- con cuidado…
Rey: aja…. –colocando su abrigo sobre sus hombros-
Prince: -suspirando- Vamos –saliendo de la habitación-
En algún lugar, en alguna parte se encontraba este ser, en
algún lugar escondido en las penumbras de la noche, en la profunda oscuridad de
algún lugar subterráneo, temían por sus vidas, por sus familias, por sus almas,
en cualquier lugar, en cualquier momento, las cosas se volverían aterradoras
para todas esas personas inocentes que tenían culpa alguna de los errores de
sus reyes.
Yunho: me las pagaran… me las pagaran todos estos malditos
–golpeando la mesa, con su mano libre mientas en la otra sostenía una botella
de licor-
-…..-
Prince: padre, ¿se siente bien? –mirándolo-
Rey: -sonriendo suave- claro que sí, no te preocupes hijo…
Prince: a veces…tengo un mal presentimiento señor…
Rey: de que hablas… ¿mal presentimiento?
Prince: si padre uno muy malo…-suspirando-
Rey: debo suponer de quien se trata… ¿no es así? –Colocando
su mano en el hombro del menor-
Prince: -asiente- debería renunciar a todo si pasa algo
Rey: debes proteger lo que nos pertenece… haz llegado muy
lejos
Prince: siento que mi vida, vale más que el poder señor
Rey: no digas tonterías… la vida vale lo mismo que el poder
Prince: ese, es su punto de vista señor… acostumbrado a todo
eso… en cambio yo… estoy recién involucrándome en todo esto –mirando hacia
fuera por las pequeñas ventanillas que tenía el carruaje-
Rey: hijo, sabes que puedes hacerlo bien ¿Por qué dudas de
tus capacidades? Hasta ahora has demostrado que puedes gobernar
Prince: así lo ve usted señor… pero realmente no me siento
preparado… algo me dice que esto no resultara como esperamos señor
Cada día que pasaba, cada hora, cada segundo… su ira se
incrementaba, las cosas no podía ponerse peor, las ganas del conde en que el
príncipe tomara de una vez por todas el poder absoluto del reino, y así poder
destruirlo, se aumentaban con cada segundo, tenía demasiado tiempo para planear
diferentes maneras de hacerlo caer, volver como si nada, y jugar con el
nuevamente, tomar sus sentimientos prestados y luego revolcarlos en la tierra y
hacerlos pedazos, o mejor aún tomar el control, volverlo uno de ellos, no
podría ser mejor.
Rey: volvamos a casa, debemos descansar…
Prince: solo hemos dado unas cuantas vueltas señor
Rey: volvamos a casa, -mirando el cielo- pronto comenzara a
llover
Prince: oh, es verdad… -cerrando sus ojos-
Rey: si quieres, puedes quedarte aquí, lo que es yo, volveré
al castillo
Prince: no, descuide señor…
Su corazón se apretaba cada vez que pensaba en el futuro
próximo del pueblo, en sus hombros tenía un gran peso, el peso de ser el ahora
el que manejara las tierras, la economía, los problemas de los pobladores, esa
sensación de que su pecho fuera a explotar, con tal solo pensar que todo podía
acabar con un abrir y cerrar de ojos, que tan solo con un suspiro podía acabar
con todo lo que lograron durante años, con todo lo que sufrieron y con todo lo
que pudieron lidiar en un momento determinado, temía acabar con todo.
El conde comenzó lentamente a dirigirse con paso firme pero
tranquilo hacia el castillo, nadie podía detenerlo, nadie podía decirle una
sola palabra para que se detuviera y no continuara con esta venganza, estaba
realmente decido en acabar con aquella jerarquía que no quería devolverle lo
que hace unos cuantos años era suyo, sabía bien que había un ser que se había
entregado a él y viceversa pero estaba dispuesto a todo con tal de que aquella
alma fuese suya, acabar con ellos sería la única solución.
Prince: -ayudando a su padre a bajar-
Soldado: vamos señor… -escoltándolo-
Rey: ¿no creen que sea demasiada la preocupación?
Soldado: señor, llevamos muchos años con usted, no creo que
sea suficiente
Prince: es verdad señor, no diga aquellas cosas, suena como
si fuese a morir pronto…
Soldado: príncipe no diga eso, el rey aun es fuerte –sin
mirarlo-
Prince: mmh… es verdad
Rey: ya… quien va a morir… yo me siento sano aun, solo estoy
cansado… ya pesan los años
Prince: jajá… no se preocupe nadie habla de muerte señor –sonriendo-
Los minutos se acortaban, los segundos comenzaban a volar
lejos, sus pasos cada vez estaban más y más cerca del castillo, sus rojizos
ojos comenzaron a aparecer, su piel se ponía más y más pálida, sus músculos
comenzaron a tensarse al sentir el olor del príncipe a la distancia, toda esa
bestia interna comenzaba a salir, su lado humano estaba quedando atrás, sus
ansias de venganza no se detendrían, todo acabaría en un abrir y cerrar de
ojos, todo esto sería el fin.
El cielo se tornó gris de un momento a otro como si supiera
lo que iba a suceder, la tormenta venia junto con los pasos del conde, el
príncipe junto al rey, comenzaron a entrar lentamente al castillo antes de que
comenzara a llover, en el pueblo toda la gente estaba ya en sus casa, no había
ningún habitante fuera de estas, sabían que las tormentas eran demasiado
fuertes como para exponerse de esa forma, en el aire se respira la tensión que
provocaba el conde, todos tenían aquellos presentimientos, los más viejos
sabían que algo pasaría, en cambio los más jóvenes no tomaban en cuenta las
palabras de los sabios, este sería el fin.
Soldados: -divisando aquella figura del conde alta y
fornida- Príncipe deberíamos apurarnos
Prince: ¿qué pasa? ¿Porque estas así?
Soldado: algo se acerca y no creo que sea bueno señor…
-tomando su arma- entre por favor y vayan al refugio-
Rey: -mirando aquella figura- es el conde…. –sus ojos se
abrieron-
Prince: ¿Qué? El conde… -tomando el brazo de su padre- vamos
señor…camine…
Soldado: entren nosotros nos encargaremos de esto
Rey: llama a los demás soldados, busca protección el acabara
contigo….-caminando-
Yunho: y con usted también acabare señor…-bufando como un
toro enfurecido-
Prince: C…conde –su voz se cortaba al verlo de tal forma-
Yunho: -mirando fijamente al rey, sin sacar sus ojos de
encima- ¿sorprendido príncipe?
Rey: ¿a qué viene? ¿Qué quiere ahora?
Yunho: a lo que… ¡MALDITA SEA ME PERTENECE! -sus ojos tomaron un color rojo intenso-
Príncipe: deberías hablar adentro…. Con tranquilidad…
Rey: no te metas hijo… esto es entre el conde y yo…
-suspirando-
Yunho: claro que no… me entere que en pocos días el príncipe
tomara su lugar… -sonriendo- y es por eso que estoy aquí…
Rey: vete…. –tomando la mano de su hijo- vete…
Yunho: ¡NO! No se vaya señor –sarcástico- porque seguir
mintiéndole a su hijo señor
Prince: ¿de qué habla? –Mirando a su padre-
Rey: vete de aquí…. –temblando- vete….
Una vez tuvieron al conde frente sus ojos, sus cuerpos
comenzaron a temblar, su voz, sus gestos, sus ojos, todo era horriblemente
tenebroso, el príncipe por su parte no se alejaría de aquella escena sin antes
entender, de que hablaba el conde, esta vez era todo enserio, las cosas
tendrían que cambiar, las cosas tenían que solucionarse en ese mismo instante,
las fuerzas del rey comenzaron a decaer, pero se mostraba fuerte, frente
aquella bestia que lo único que deseaba era la muerte del pobre y viejo rey.
Ooooohh !!! Esta genial , que suspenso ... continuacion por favor
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