lunes, 4 de mayo de 2015

CROSS ROADS EPISODE 12

—¿Qué pasa Hijo? —Preguntó la mujer mirando a los ojos a Changmin.—Estás tan distinto —dijo ella sonriente—, te conozco tan bien hijo, porque nadie te ama tanto como yo lo hago, ¿Por qué tienes esa carita?

—Mamá…

—Ven, acompáñame tomemos tú te favorito “Camellia sinensis” hace tiempo no lo hacemos juntos y creo que es momento de que tú y yo hablemos.

Una sonrisa nerviosa se dibujó en el rostro de Changmin, amaba a su madre pero cuando colocaba ese tono tan serio no le gustaba, porque su cabeza trabaja a mil por hora preguntando miles de preguntas.

—Hijo, dime que te tiene así. —dijo Day cuando ambos ya estaba sentados en la sala con sus taza de té.

¿Por qué su madre sabía todo tan bien? ¿Era esas vicisitudes de madres? Una cosa era segura, Changmin no estaba en contacto con sus padres tanto como sus padres parecían estar con él. No es que no los amara, en realidad tenía una muy buena relación con ellos, además su madre siempre parecía notar los pequeños detalles de su vida

—Nada Mamá…

—No haciéndole daño a nadie ¿verdad? —Su madre lo siguió mirando.

—Mamá…—Susurró esperando que dejara el tema pero no lo hizo.

—No es que no te crea cariño, pero conozco muy bien a mi hijo sé qué te pasa algo y tienes temor a contarme.

—No es nada, solo tonterías mías.

—No deben ser tontería para que mi hijo tenga esa cara y deje salir suspiros, solo podría pensar dos cosas. Mi Changmin no confía en su madre o simplemente cupido toco su corazón y temes contarme.

Changmin se atraganto con el té que justamente iba a digerir, las palabras de su madre lo habían tomado por sorpresa, porque mierda su mama tenía que ser tan directa.

—Mamá confió plenamente en ti, pero hay cosas que es mejor dejarlas guardada o simplemente dar vuelta la página.

—Enamorado, lo sabía no era normal que estuvieran en casa por dos semanas encerrado, sin ir donde quien sabe vas todos los días, Min sé que eres mayor de edad, tu sabes que jamás quisimos meternos en tu vida fuera de casa, pero solo por una vez en tu vida quisiera que compartieras esos sentimientos conmigo, quiero ayudarte y escucharte. —dijo Day decisiva mirando a Changmin, quería transmitiré toda la confianza y demostrarle que no estaba solo. —vamos soy todo oído— una sonrisa se dibujó en su rostro cuando escucho la respuesta de Changmin.


Eventualmente Changmin decidió contarle obviamente emitiendo algunos detalles, que por cobardía no se atrevía a contarle. ¿Cuál era el daño? confiaba en ella completamente, pero no estaba listo para compartir la verdad entera. Changmin no se tildaba de gay. ¡No era gay en lo absoluto! Al menos, era lo que pensaba. Solo le gustaba un chico en toda la tierra, no encontró una razón para informarle a su madre sobre ello.

—Entonces yo…uh, lo conocí cuando íbamos en el mismo colegio. Pero me pone de puta madre su egocentrismo y que crea que todo gira en torno a él, y después de dos años ahora es mi ayudante.

Cuidadosamente soltó la historia. Sabía lo que su madre diría (ella estaba en contra de todo tipo de violencia). Changmin no creía que soportaría la decepción en sus ojos cuando le diga que él era uno de ellos, que no solo se dedicaba hacer sufrir a los más débiles si no que vendía drogas y era líder de una pandilla.

— ¿Por qué los chicos hacen eso?

Changmin reconoció el tono de voz en su madre (a ella nunca le gustó sus amigos, porque los encontraba completamente maleante, pero no reprochaba nada porque era amigos de Changmin y si él era feliz, ella también lo seria). Aunque por casualidad de la vida haya conocido a Don y Lee, no frente a frente solo lo vio a una larga distancia cuando Changmin le indico que ellos eran unos de sus mejores amigos. Solo que era pobre.

—Porque él…uh….no se comporta como la mayoría de gente normal y uh…es antisocial.

—Bueno Changmin ¿Te has puesto a pensar que el hecho de ser “antisocial” es POR TAL comportamiento? Hijo ¡Cuántas veces tengo que decirte esto! No juzgues una dulce por su envoltorio, si ese chico es como dices que es debe tener sus motivos, a lo mejor no lo está pasando bien en su vida…

—Sí, mama ¡Lo sé! No comiences ahora ¿de acuerdo? Lo sé. Créeme ¿Puedo continuar?

—Por supuesto, continúa…

—Bueno, entonces pasé el tiempo con él porque tuvo que pagar una apuesta conmigo —mintió por supuesto aún era muy cobarde para reconocer su error— pero luego como…que perdí su confianza por uh…ciertas cosas que hice y no hice y ahora no hemos estado hablando desde entonces y me molesta mucho. Sabes ayer lo escuche cantar para la fiesta de cumple de Jess y  pude oír mucho dolor en su voz. Me siento como…como una mierda y eso nunca me había pasado antes. No sé qué me está sucediendo de pronto. Me siento mal.


Su madre meneó la cabeza mientras frotaba sus manos con la de Changmin.

— ¡Oh Dios mío, mi niño! ¡Pensé que eras más inteligente! ¿Acaso tu padre y yo no te hemos enseñado lo suficiente? Sé que hay más sigue.

Dudando, Changmin explicó sobre el problema de que Jaejoong era gay, pero ella pareció tomarlo normal, También le dijo que el rubio hace exactamente tres semanas se le había confesado y el prácticamente lo había mandado a la mierda.

—¿Es por ese Chico?

—Que?

—Tu comportamiento Min, es por el que andas decaído.


—No, mamá…

 —Cariño, no trates de mentirme —interrumpió ella acariciando las mejillas de su hijo con sus largos y finos dedos—no funciona conmigo, no me mientas hijo mío, te dije te conozco mucho más de lo que tú a ti mismo y si crees que por eso voy estar decepcionada saca inmediatamente eso de tu loca cabecita.

—¿No estás decepcionada?

—¿Por qué debería estarlo? Changmin, el amor es algo tan impredecible, no sería una buena madre si no apoya a su hijo en las buenas y en las malas. Y si ese chico te gusta deberías estar feliz, porque aunque tu rostro este decaído, tus ojos tiene un brillo que solo el amor puede hacerlo

—Mamá, eso es algo perturbante…

—Yo lo sentí cuando me case con tu padre —sonrió ella—, jamás me decepcionarás hijo, eres lo más importante de mi vida, eres mi hijo y te amo.

—También te amo mamá, pero en verdad esto no es nada más que gusto…

—Al principio creí que en verdad no era nada, pero ahora es diferente Changmin, tu mirada no puede mentirme, estás ansioso por verlo de nuevo, Changmin confía un poco en mí. Dime hijo ¿Qué significa ese chico en tu vida? —Changmin no dijo nada, se quedó mirando sus manos, recordando sus últimas palabras.

Pero de alguna manera Jaejoong era algo más que el chico que le gustaba, quizás el hecho de que fuese hombre lo hacía más emocionante.
Con Jaejoong era distinto, quería tomarlo una y otra vez, perderse en la suavidad de su piel, morir escuchando sus gemidos, sentirse rodeado por su estrechez incomparable con cualquier otra, quería besarlo hasta hacer sangrar sus labios, mientras más tiempo estaban alejado, más se convencía a sí mismo de que no deseaba alejarse de su lado, totalmente contrario a lo que pasaba con sus amantes ocasionales, cuando lo único que quería era alejarse después de tener sexo con ellas.

Day su madre se envolvió un poco más contra su cuerpo.

—Me acosté con él —le soltó Changmin de repente, incapaz de guardárselo por más tiempo, la situación lo sobrepasaba, necesitaba alguien que le dijera qué mierda era todo aquello que Jaejoong le hacía sentir en el pecho o acabaría estallando—, tres veces, mamá —si Day estaba sorprendida por la declaración, no lo demostró.

—¿Lo volverías a hacer? —preguntó con aura tranquila.

—Sí —contestó Changmin con el mismo tono de voz— no me cansaría de él… —Day creyó entonces que necesitaba otro taza de té.


—Mi hermoso hijo, lucha por lo que sientes y no temas si ese chico te hace decir o hacer cosas tontas, eso es parte del amor.  Vive tu vida en general, enfréntalo Min, y deja de evitarlo.

—Eso mismo me dijo Loren y seguí sus pasos y si ahora me lo dices tú no hay manera de temer.

—Loren es una de las psicólogas más experta del país, sí ella lo menciono es porque ella está en lo correcto, —Day tomo ambas manos de Changmin se acercó y abrazo con todo ese amor que podría brindarle— Ve a buscarlo, de seguro debe estar esperando por ti, y dile eso lo que tienes ahí dentro—dijo tocando el pecho de Changmin.

—Mamá gracias me has sacado un peso de encima y se lo que tengo que hacer, Te amo. —Changmin se separó de su madre y tomo las llaves del carro de ella, afuera llovía torrencial pero eso no era pretexto para no ir tras ese rubio.


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Changmin había ido a la casa de Jaejoong–ahora empapado- esa noche llovía como nuca.
¿Ahora qué? Se supone que debía tocar el timbre ¿no? Claro que no Changmin sabía muy bien como entrar y salir de esa casa sin ser visto, una vez lo hiso y esta vez no sería la excepción.

Entro como la primera vez, cauteloso y en total silencio ya era pasada la media noche y no se escuchaba ningún ruido, siguió por los pasillos hasta toparse con esa puerta tan evidente que era de Jaejoong, solo esperaba no encontrarse con Jaejoong desnudo o masturbándose porque de seguro, mandaría toda a la mierda y lo follaria ahí mismo.
Changmin tomo el pomo de la puerta dándole vuelta lentamente y se adentró perezosamente si hacer ningún ruido en la habitación, cuando se giró reconoció el cabello rubio de Jaejoong y la cabeza de otro hombre…Mierda ¿Se estaba besando? Changmin sintió una punzada de emociones en todos sus adentros. Sintió celos y una enorme rabia.

Ese tipo debía estar entre las piernas de Jaejoong y para la confirmación de Changmin, vio la forma de una de las hermosas y largas piernas de Jaejoong colocarse sobre los hombros del Chico. Mierda… ¿Ellos iban a…? Pero…
Changmin no entendía que estaba sucediendo, y porque mierda no se iba de ahí olvidándose de todo, tan fácil era para el rubio olvidarse del amor que le profanaba…
Eso fue hasta que vio algunos movimientos preocupantes. Una mano estaba tapando la boca de Jaejoong, los brazos de Jaejoong estaba forzosamente amarrado en la cabecera de la cama. El otro Hombre estaba presionando su cuerpo contra Jaejoong y Changmin quiso vomitar. 
Fue entonces que Changmin se dio cuenta. La mano sobre la boca de Jaejoong.
Él iba… iba… ¡Joder! Un sentimiento de puro horror lo invadió. Su cuerpo se sentía como si le hubiera caído un baldazo de agua fría a la vez que su corazón comenzó a latir más y más rápido. Una ola de miedo lo golpeó y antes de que supiera qué estaba haciendo, atravesó la habitación.


— ¡Maldito hijo de putal! ¡Aléjate de el maldito enfermo! —grito con toda la cólera contenida.

Dos cuerpo desnudos que ni siquiera encajaban juntos en lo absoluto, uno totalmente dominado por otro, que estaba temblando y asustado hasta la mierda.
Changmin se estaba volviendo loco y no quería hacer nada más que ir hacia Jaejoong y abrazarlo, sin embargo sus instintos le hacían hacer algo más. Así que en lugar de dirigirse hacia el rubio, y con suspiros de asombro en el fondo de lo que vieron, Changmin alzó un puño que colisionó en la quijada de Liam. El dolor causado en la mano de Changmin fue opacada por su ira. Los labios de Liam estaban sangrando al igual que su nariz. Su nariz apuntaba un extraño ángulo lo que le hizo pensar a Changmin que se lo había quebrado. Pudo verlo gatear en el suelo y quejándose de dolor, con sus brazos cubriendo su rostro.

— ¿¡Qué carajos sucede!? — gritó Liam de dolor. —cuando su ojos se fijaron en la figura de Changmin, su cuerpo comenzó a temblar.

—Vete antes de que te mate maldito, insectos como tú no merecen vivir. —Changmin decía con la furia marcada en su rostro. —Dale un recadito a tu Jefe, una más y esta vez sí lo matare. ¡Ahora largo! ¡Fuera de aquí! ¡No quiero verte cerca de Jaejoong otra vez! Si planeas acercarte a él, lo próximo que deberás planear será tu funeral, porque voy a matarte si sucede.

—Púdrete —Liam tomo sus cosas y salió de esa habitación, Changmin lo había descubierto y ahora no había marcha atrás.


Changmin temblaba de la rabia, si hubiese podido matar a ese maldito de seguro lo hubiera hecho, pero no estaba en su barrio callejero donde todo vale y tampoco lo haría cuando Jaejoong lo miraba con más miedo a el que al maldito de Liam, todo había pasado tan rápido y de pronto olvido a que había ido exactamente a la casa del rubio. Este se acercó hacia la cama dónde estaba Jaejoong, abrazando sus piernas y con los cabellos pegados al rostro por el llanto. Changmin apenas se atrevió a tocarlo, asustado por su reacción. Fue entonces cuando recordó que aún tenía que solucionar la situación con Jaejoong, lo cual era la razón por que estaba ahí.

—¿Estás bien? su atención estaba puesta sobre la única persona que podía hacer dudar su apariencia ruda. Sentía como si quisiera llorar y eso era un nuevo sentimiento para él. Changmin nunca lloraba.
Sin embargo, ahora mismo, no le importaba. Se sentía sin esperanzas y sabía que todo lo que realmente deseaba era tener en sus brazos al hermoso chico en frente de él, a salvo y tranquilo.
La habitación entera se llenó de silencio, el único ruido eran sus respiración agitadas.

—Mi vida es un desastre —Jaejoong concluyó en un susurro.

Changmin sacudió la cabeza, queriendo decir algo al respecto. Demonios, Jaejoong estaba tan triste y deprimido y él, quien estaba jugando el papel de salvador, no sabía que decir. A tal punto, Changmin se odiaba por ser tan malo con sus emociones.

—Estarás bien, lo prometo, yo…

Changmin de pronto tuvo una idea y cuando llegó a él, le pareció totalmente lógico. Llevaría a Jaejoong a casa consigo, él no podía quedarse en esa casa esa noche. Ya que pudo comprobar que los papas de este no estaban.

—Vamos —le dijo a Jaejoong, agarró una sábana que estaba sobre la cama y cubrió a Jaejoong con eso. Envolvió sus brazos alrededor del rubio y lo alzó. Para su sorpresa, Jaejoong inmediatamente se aferró a él como si fuera a morir. Amaba la sensación de Jaejoong en sus brazos. Como se supone debe ser. —Nos vamos.

Le había costado a Changmin algo de esfuerzo tener que pasar por los guardias de la casa del rubio, pero cuando vieron el estado de Jaejoong es cuando estos les habían dicho a Changmin que dejara a Jaejoong en casa, pero el rubio no quería estar solo, así que los amenazó con despedirlos y estos finalmente no dudaron y dejaron que ambos muchachos pasaran.

Changmin quitó su mirada de la carretera y miró sobre su hombro a Jaejoong que se encontraba acostado en el asiento trasero del auto de su madre.
Todo era tan calmado de alguna manera cuando llegaron a casa de Changmin.

—Jaejoong, ya llegamos, vamos, hace mucho frío aquí, necesitas calentarte un poco.
La palabra “calentarte” parecía complacer al rubio, así que se aferró a Changmin una vez más, como si su vida dependiera de él.
Más rápido de lo esperado, llegaron a la puerta principal e ignorando la mirada de algunos guardias de la casa, llevó a Jaejoong a su habitación. Entró y empujó algunas ropas que estaban esparcidas sobre su cama, acostando al rubio con cuidado.
La habitación aún estaba casi completamente oscura a no ser por la luz que entraba por la ventana. Changmin buscó por la lámpara al lado de su cama, no queriendo mucha luz. Quería que Jaejoong se relajara.
Todo estuvo callado por un par de minutos, Jaejoong mirando fijamente el techo y Changmin lo miraba fijamente a él.

—Gracias —El rubio de pronto habló. Changmin estaba sorprendido.

—De nada. No dejaré que se te acerque de nuevo, lo prometo.

Una ligera sonrisa apareció en el rostro de Jaejoong haciendo que el corazón de Changmin se calentara, sintiéndose como si volviera a la vida otra vez…un poco.

— ¿Acaso él…? —No sabía si preguntar — ¿Él hizo…?

—No. Justo a tiempo.

—Menos mal.

Jaejoong asintió.

— ¿Quieres darte un baño? —Changmin preguntó. Jaejoong parecía empezar a negar con la cabeza pero finalmente asintió. Este le mostró el camino del baño y se quedó ahí no muy seguro de qué hacer.— ¿Quieres que me vaya? —Jaejoong lo miró otra vez sin saber que responder —Jaejoong, todo está bien —Dijo rápidamente —Me iré, si tienes que decirme que no me quieres aquí, lo entenderé.

Sin más Changmin decidió irse, rápidamente dejándole algunas toallas y mostrándole a Jaejoong que debía hacer para que saliera agua caliente, entonces dejó la habitación, dejando a Jaejoong que se duchara tranquilamente.


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Lentamente Jaejoong desnudo, entró a la ducha y abrió la llave del agua, cuidadosamente haciendo lo que Changmin le había indicado. Sin embargo cuando las gotas de agua tocaron su piel, el rubio saltó hacia un lado de la ducha con la boca abierta. Había olvidado que el agua sale fría al principio antes de calentarse.

Al sentir el agua más temperada, cerró sus ojos inmediatamente, no recordando cuando fue la última vez que había disfrutado tanto el agua sobre su piel. Se sentía absolutamente delicioso.
Recuerdos de la noche llegaron a su cabeza. La mayoría desde el momento en que la puerta se abrió…se había sentido como en un sueño. Una pesadilla que de pronto se volvía un hermoso sueño. Changmin había ido por él, aunque no esperaba encontrarlo en la forma que lo vio, se sentía feliz porque el salvo su culo una vez más.

Aunque se sintió un poco apenado por el pensamiento que había tenido al ver a Changmin ingresar a su habitación algo como “¡Sí le importo!” en lugar de “¡Sigo siendo su esclavo!”
Se preguntaba si había perdonado a Changmin por todo lo que había hecho. No podía perdonarlo así como así ¿verdad? Había pasado demasiado, aunque sabía que su moral le decía que debía estar molesto con Changmin, su corazón ya se había derretido otra vez.
Muy bien, quizá Changmin no se merecía el amor de Jaejoong pero así no es como iba el mundo. No funcionaba de ese modo. Dejando de lado todo lo que había pasado, Jaejoong había comenzado a amar a Changmin de verdad y aunque a veces se arrepentía.
Preguntas. Preguntas. Jaejoong no lo sabía. Sabía que su rostro era un tanto atractivo, sin embargo, siempre se recordaba así mismo que era largo y delgado y nunca entendería como alguien desearía tenerlo en sus brazos.
Envolvió la toalla alrededor de él y caminó fuera del baño, suspirando al sentir el aire frío contra su piel. Se apresuró al cuarto de Changmin y abrió la puerta, incapaz de suprimir una sonrisa tímida cuando Changmin alzó la mirada y no quitó sus ojos de él.

—Tú…uh… ¿Tienes algo de ropa para mí?  Yo no quiero… andar desnudo por aquí y menos si estas tu cerca…

— No te preocupes, buscaré algo —Changmin dijo en un tono calmado y Jaejoong se sintió a salvo.

Se sentó sobre la cama al ver a Changmin caminar hacia su armario mientras buscaba algo que podría ser cómodo para Jaejoong.
Pronto, unos pantalones negros fueron lanzados sobre la cama junto a una camiseta blanca-negra y azul con la insignia de un equipo de fútbol.

—No sabía que te gustaba el fútbol.

—No me gusta. Recibí esa camiseta por mi cumpleaños, me gusta dormir con ella, no me gusta ensuciar mis camisetas bonitas.

—Bonitas —Jaejoong bufó.

— ¡Oye! No insultes mis camisetas, teñidito.

—No lo hago, no es culpa de las camisetas.

Changmin sonrió —Regresando a las bromas ¿no?

Jaejoong sonrió también a la vez que alzaba la cabeza para mirar los ojos de Changmin con cierta mirada que Changmin estaba feliz de ver —No sé por qué, tú me influyes.


—Pero si lucirás adorable con ella. —dijo Changmin alzando una ceja con su tono sarcástico
Con una tímida sonrisa Jaejoong miró a sus piernas cruzadas, sonrojándose un poco.

— ¿Estás cansado?

—Solo un poco.

—Es mejor dormir, ambos lo necesitamos.

Jaejoong obedeció, jaló la delgada y deliciosa sábana sobre él, bajo esas sábanas, todo estaba bien.

— Tu cama es reconfortarle y tu habitación es realmente grande—Jaejoong murmuró, cuando ambos ya estaba dentro de la cama y oscuras.


—Descansa, mañana hablaremos. —no respondió a lo dicho por el rubio.


Jaejoong se giró dándole la espalda a Changmin, estaba nervioso y no era que Jamás haya dormido con él, sino más bien no sabía porque Changmin estaba tan amable si hace pocas semanas lo había mandado a la mierda, quería preguntarle y pedir explicaciones por algunas cosas que aún no entendía. Pero tampoco era el momento de hacerlo, así que solo se acomodó mejor, y sintió como Changmin se removía de la cama y una corriente de aire entro por su espalda y el peso a su lado se aligero, sabía que Changmin ya no estaba acostado a su lado. Así que no aguanto más y sentó en la cama para mirarlo.

—Changmin, Yo… yo sé que esto debe ser difícil para ti, pero puedo dormir en el sofá.


—No, está bien, estás cansado y debes descansar hoy no fue una buena noche para ti. Dormiré yo ahí. Sé que no te sientes cómodo conmigo ahí.

Changmin se levantó de su cama y cuando se disponía a tomar posición al otro lado de la habitación la mano de Jaejoong en su brazo lo detuvo.

—No me molesta que estemos en la misma cama, solo me siento incomodo porque sé que tú lo estas, y sé que debe ser desagradable compartir una cama con un chico, pero prometo que no hare nada yo….—su voz no salió cuando pudo ver el rostro de Changmin, que era esa mirada, la había visto cuando canto en la fiesta de Jessica. Pero porque ahora Changmin lo estaba mirando como si quisiera transmitirle algo que ni él estaba seguro si era lo que él creía. Respiro hondo para seguir hablando pero las manos del Changmin lo tomaron con fuerza por la espalda, apretando su cuerpo contra el suyo y presionando sus labios contra los contrarios para evitarle seguir escuchando sus palabras.

¡Dios! Podía sentir la lengua de Changmin insistiendo para que abriera la boca y le dejara entrar, sabía que estaba mal dejarse llevar, ¡MIERDA! no sabía lo que le estaba pasando a Changmin porque ahora era el quien lo estaba besando. Pero de todas maneras le dio la oportunidad para introducir su lengua y torturarle con ella, para probar y jugar con la suya, degustando el interior sin prisa de la misma sensual forma en que sólo él sabía hacer. Le hizo estremecer de pies a cabeza. Quería soltarse, liberarse de aquel que le tenía preso, y le robaba los sentidos.

—Changmin… —murmuró quedó cuando se separaron para tomar un poco de aire, tratando de soltar aquellas manos que le apresaban, sin lograrlo.

—Si creías que no iba a volver estás equivocado. Volveré cada día y cada noche, cada madrugada o amanecer.

—No…

Siendo aventado contra la cama, se sintió apresado por la figura de Changmin sin cuidado. No podía ser que amara a un imbécil como Shim Changmin, pero su cuerpo respondía a las caricias, a esos labios que le arrancaban gemidos de placer al recorrer sugerentes su cuello. Su corazón latía a toda prisa, su sangre quemaba en su interior y su pene comenzaba a despertar. ¿Cómo negarse a la pasión que Changmin sabía bien cómo despertar?.


—Déjame hacerte mío una vez más, déjame marcar tu cuerpo con mis carisias y mis besos. Dame tu cuerpo que yo prometo jamás dejarlo.


 La boca de Jaejoong fue invadida de nuevo por los labios fogosos que le obligaron a abrir los suyos para dejar introducir aquella lengua que enseguida jugó con la suya. Chupaba, mordía y degustaba a su antojo dentro de su boca, sabiendo exactamente cómo, cuándo y dónde tocar mientras besaba. Sus sentidos le estaban arrastrando, su razón se encontraba debatiéndose, pero desde hacía tiempo que había perdido.

No hay razón cuando los sentidos están tan vivos.

—¡Detente! —gimió al sentirse inflamar por dentro. No quería volver a caer, no debía ceder ante los deseos de su cuerpo, pero era casi imposible detenerlos cuando sentía las manos de Changmin moverse sobre él. El solo quería sexo y Jaejoong lo sabia, como siempre lo fue para Changmin un juguete sexual

—Lo deseas… —Escuchó la ronca voz de Changmin arrastrarse por su piel.

—No…¡Changmin!

Su cuerpo estaba tan hinchado de pasión, se encontró gimiendo de placer por los provocativos roces que provocaban los labios de Changmin recorriendo su pecho con besos cortos, mientras una de sus manos llegaba a su pezón para estimularle y se iba despojando de la camiseta para quedar sólo con los pantalones.

—¡Basta! —jadeó quedo y entrecortado. Su corazón latía al límite y su cuerpo se arqueaba buscando el calor que la figura que Changmin emanaba.

Pero Changmin no le hizo caso, siguiendo con su tarea de llegar hasta el rosado pezón para rodearlo con sus labios, succionando y acariciando, golpeando con la punta de la lengua brevemente y rodeando con pequeños círculos para mordisquear la delicada zona. El golpeteo incesante y la succión continuaron durante un tiempo más, tras el cual continuó su recorrido por el pálido pecho hasta llegar al otro y repetir el proceso, haciéndole lanzar gemidos quedos mientras se retorcía de placer en su lugar.

—Te gusta esto, Jaejoong… —escuchó en tanto esos labios torturaban su pecho.


—No… Ah, no… —gimió quedo, más como reacción a lo que hacía Changmin que a lo que decía—. ¿Por qué yo?…  —dejó al aire sin realmente meditarlo.

—Porque eres caliente, perfecto… —oyó murmurar.

Lentamente la mano de Changmin fue bajando, en tanto sus labios volvían a capturar los del rubio en un beso sensual y apasionado, que fue recibido por una boca entreabierta por cada gemido que escapaba de ella, deseosa y arrojada, respondiendo al beso que le era arrebatado. La mano de Changmin viajó ávida hasta las caderas de Jaejoong, introduciéndose por debajo del pantalón de camino a recorrer los glúteos del rubio con entera libertad, más tarde pasándose con movimientos insinuantes hasta la parte delantera.

—¡Ah! Changmin… No, Min… —gemía su nombre al sentir esos delgados dedos llegar hasta pene ya endurecido, enrollándose en torno a este—. No… —replicaba ante esos delirantes movimientos que empezaron lentos al inicio, para ir tomando fuerza y velocidad. ¿Por qué Changmin le estaba haciendo eso, si lo despreciaba. Por qué?


Volvió a dejar escapar un gemido de éxtasis a la sensación de aquella mano sobre él, retorciéndose una y otra vez por la maestría con la que era tomado. Sus manos se aferraban a la sábana. Apretaba sus labios con fuerza para evitar que los gemidos más fuertes lograran salir.

—¿Quieres que continúe? —La voz de Changmin sobre el lóbulo de su oreja sonó ronca, haciéndole estremecer de pies a cabeza. ¿Cómo se atrevía a preguntarle semejante cosa? ¡No, no quería que parara! Pero tampoco quería decirle que no lo hiciera.

De cualquier modo no hizo falta esperar una respuesta. La mano de Changmin le deslizó el pantalón hasta la punta de los pies, regresando después a la punta de su miembro que ya goteaba en necesidad; lo tomo avidamente, Changmin fue suministrándole placer, subiendo y bajando con su mano, tocando en cada posible momento la punta de su pene con la misma, rodeando y sumergiéndolo entero entre la abrazadora calidez.

—Ah, ah… Changmin, ¡no! —gimió al no poder más. —No juegues conmigo. —Su respiración era errática y agitada, su corazón amenazaba con salírsele del pecho y su cuerpo se perlaba en sudor mientras él sólo cerraba los ojos y disfrutaba de aquello sintiendo su sexo punzar con mayor fuerza.

–Créeme que no lo estoy haciendo. —dijo Changmin para seguir con lo suyo arrancándole a Jaejoong gemidos extasiados que le hacían olvidar todo lo que le rodeaba y sentía. En ese momento sólo podía disfrutar de hacer el amor…

¿El amor?… Sí, el amor con Changmin.

¿Qué importaba que Changmin pareciera odiarle? ¿Qué importaba que amara a un Changmin sin corazón y lo tratara como esclavo? ¿Qué importaba que todo fuera a terminar tarde o temprano? ¿Qué importaba eso ahora?…

Cuando se dio cuenta, las manos de Changmin ya viajaban para colarse a su parte trasera, una de ellas acariciando la piel lisa de sus glúteos mientras la otra se colaba en dirección a su entrada. Gimió fuerte ante la repentina sensación de intrusión en su cuerpo, arqueándose como si con eso pudiera evitarla, pero esta quedó pronto en el olvido gracias a las atenciones de aquella boca maestra sobre su miembro casi realizado.

Inmóvil, aquel dedo había permanecido quieto hasta que Jaejoong se acostumbrara a la invasión, tras lo cual empezó a deslizarse lento, en medio de un movimiento envolvente que fue tomando forma de adentro hacia afuera, entrando y saliendo en medio de quejidos placenteros por parte del rubio. Quería apretar los labios, pero sólo conseguía tirar más de las sabanas. Muy pronto sintió un segundo dedo hacerle compañía al segundo, y la sofocación fue tal que antes de darse cuenta sus caderas ya se movían de manera rítmica, lenta y sensual. Cuando el tercer dedo llegó, su cuerpo sufrió una intensa sacudida junto a un gemido más fuerte, así como la realización de su excitación, junto a la mano de Changmin.

Ambas respiraciones lucieron igual de excitadas. Aún podía sentir los dedos de Changmin en su interior, moviéndose de adentro hacia fuera con facilidad, haciendo que el deseo creciera más que su resistencia ante la danza ávida y continua en su interior. Un punto, una parte estratégica en su interior fue rozada obligándole a retorcerse y gemir de placer, pero no se detuvo ahí; volvió a golpear esa zona una vez más, y su cuerpo se arqueó, revolviéndose en su lugar una y otra vez.

Changmin retiró sus dígitos en ese momento, recibiendo a cambio un gemido de protesta de parte del rubio.

—Necesito retirarme los pantalones, ¿o prefieres que lo dejemos aquí?

—¡Eres un maldito!

—Está bien, ya entendí.

Sus labios fueron capturados nuevamente, en tanto sus piernas iban siendo abiertas para que Changmin fuera colocándose entre ellas, la excitación rozando su entrada lentamente, sumergiera sólo la punta. Jaejoong soltó un quejido ahogado entre el beso, identificando el uso de un condón lubricado, lo que le hacía menos dolorosa la intrusión en tan estrecha cavidad. En ese momento, Changmin entró en él cuidadosamente, tan lento que parecía torturar al rubio.

El placer era infinito e increíble, como ser transportado al cielo. Rápido, el poco dolor restante se fue diluyendo hasta hacerle levantar las piernas para rodear con ellas el cuerpo de Changmin, moviéndose a su compás. Era imposible que dos hombres se amoldaran tan bien y sin embargo, lo hacían.

Changmin comenzó a moverse con Jaejoong, saliendo levemente de su entrada hasta dejar la punta dentro, para enterrarse más tarde con una rápida embestida. El rubio se arqueó casi en su totalidad, abriendo la boca fue que empezaron a salir esos audibles gemidos a los que ya se estaba acostumbrando mientras Changmin continuaba entrando y saliendo, una y otra vez.

—Jaejoong… —escuchó su nombre pronunciado en voz ronca, el sudor cayendo a su estómago brindándole deliciosos estremecimientos. Su propio cuerpo escurría de una calurosa transpiración.

—Changmin… —escapaba de sus labios con tal sensualidad y urgencia entre cada profundo empujón. Cada arremetida que lanzaba olas de infinito placer por su anatomía, apresurando su respiración y deseo, despertando de nueva cuenta su propia excitación—. ¡Ah, Changmin!… —Una y otra vez, ese hombre hacía posesión de sus labios, cada vez con más necesidad.

El nivel, la fuerza y la velocidad fueron aumentando en cada arremetida, el placer y los gemidos creciendo a cada paso. La sofocación incontrolable.

Jaejoong sintió su pene duro y moverse con necesidad, y Changmin pareció leerle la mente, porque de inmediato lo tomó con una mano para masturbarle al mismo ritmo de las embestidas.

—¡Changmin!… ¡Ah…! —gimió de placer sin poder contenerse, dando fin a sus últimas resistencias. Su cuerpo se tensó una vez más, y con una fuerte sacudida terminó por correrse en la mano de Changmin, salpicando tantos sus dedos como estómago con su semen. Un momento después, pudo sentir las mismas convulsiones en el cuerpo de Changmin, con las cuales y tras un profundo gemido gutural, su semen salía disparada a su interior, siendo contenida por el plástico del condón.

Changmin se desplomó sobre su cuerpo, mientras Jaejoong se sentía morir de nuevo. Changmin le había tomado, haciéndole el amor a su manera.  

—Estás bien—dijo Changmin mirando el cuerpo desnudo de Jaejoong, este solo asintió cerrando sus ojos, porque de pronto sintió las ganas de llorar, pero no sabía si era de felicidad o desilusión. — Espero que tengas la misma fuerza mañana. —comentó al jalar la sábana que había quedado olvidada.

—¿Mañana? —repitió abriendo los ojos con sorpresa.

—Mañana y pasado, y el siguiente día después de ese. —Termino de decir para traer un vez más el cuerpo de Jaejoong al suyo.

—¡Dios, eres Terminator! —ahogó agotado.

Jaejoong sabía que Changmin era de quedarse dormido al instante cuando tenía orgasmo así que creyendo que este ya dormía cerró los ojos tratando de descansar, podía sentir la tibieza de aquel cuerpo desnudo le proporcionaba, pero era sólo eso.


—Cha… Changmin… —logró pronunciar, con su voz débil... trato de probar si es que Changmin respondería, pero jamás pensó que escucharía algo como eso.


—Te quiero—Changmin hablo sin ni siquiera pensarlo. Pestañó un par de veces frunciendo el ceño al darse cuenta de lo que había dicho.

Jaejoong lo miró con ojos enormes. De seguro ya estaba soñando cuando escucho eso porque Nunca se lo había esperado y Changmin nunca lo había dicho tampoco, excepto a su madre

— ¿Tú…? ¿Enserio?

Se quedaron acostados con la mira fija el uno al otro, en la oscuridad. Por un momento nada pudo ser oído excepto respiraciones, hasta que Changmin aclaró su garganta.

—Sí, me gustas, te quiero.

 Era verdad. Era verdadero. Changmin lo sabía, solo que no había esperado decirlo así como así. Preguntándose qué demonios iba hacer con todo esto, otra vez estrechó sus brazos hacia Jaejoong, quien colocó su cabeza bajo el cuello de Changmin. y pudo sentir el aire tibio rozar su piel.
Su brazo rodearon más fuerte a Jaejoong  y uno de los brazos de Jaejoong rodeaba el pecho de Changmin, como si nunca lo dejaría ir otra vez. No queriendo perder este momento, Changmin se acurrucó lo más cerca posible a Jaejoong sin sentirse incómodo. Presionó un largo beso en la frente de Jaejoong y luego cerró sus ojos.

—Yo Changmin Te amo, tanto o más que hace dos años.

— ¿De verdad?

—Sí. Realmente quiero tenerte en mi vida. Pero… no puedo hacer esto si siempre seré tu pequeño y sucio secreto. No quiero ser la vergüenza de nadie. Sino el orgullo de alguien. Me hace feliz escuchar tu confesión pero tengo miedo a que mañana sea todo mentira.


—Tú no eres mi vergüenza —Intentó decir —Yo soy una vergüenza.


Nada más fue dicho y Changmin desesperadamente quiso presionar sus labios con los de Jaejoong, pero a la vez sentía que no podía. No estaba permitido y no era bueno. Cuando oyó la monótona respiración del rubio que le decía que estaba dormido, dejó salir una lágrima en silencio. Era la primera vez que lloraba de verdad, Y ahora estaba con la causa de ello en sus brazos. A tal punto, Changmin se odiaba así mismo y eso lo estaba desgarrando, porque se había dado cuenta que estaba enamorado del rubio y ahora no quería perderlo.
Otro cap tarde xd n.n para las que querian que hiciera sufrir mas a Changmin lo siento pero no es lo mio Damaris hace fic donde Changmin sufre por amor XDDD..... cada vez estamos llegando al final de este fic, solo sigan disfrutando  las loveos.

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