“Mientras más pronto enfrentemos nuestros problemas más pronto seremos libres”
-sabes, desearía haberme enamorado de ti – Yunho lo miro con asombro.
-¿Por qué?
-eres tan dulce – sonrió Jaejoong abrazándolo – lo lamento Yunho
-tú no tienes la culpa – le dijo el modelo de regreso – uno no elige a quien entregarle
su corazón
-si pudiera hacerlo te lo daría a ti.
-gracias
-señor tiene que abordar – los interrumpió una azafata, Yunho soltó a Jaejoong y deposito
un rápido y repentino beso en sus labios.
-cuídate mucho – le dijo.
-lo haré
Jaejoong subió al avión, Yoochun, Judy, Sara y Yunho miraron al avión alejarse por el ventanal
Hasta que comenzó a atardecer.
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Estaba comenzando la primavera, su abuela acepto el trasplante bastante bien, Changmin nunca podría acabar de agradecerle a Vic que hubiese salvado la vida de su amada abuela, la gente seguía mirándolo raro cuando caminaba por la calle, pero no había sido tan malo como pensó en un principio.
La gente ya lo miraba raro antes por ser la cabeza de un legado tan grande como ECLIPSE, y ahora miraba raro por haberse acostado con otro hombre, al principio no notó la diferencia, hasta que alguien le grito marica cerca al lugar donde trabajaba, los guardaespaldas se habían encargado de ese alguien, pero a él no pareció molestarle tanto como antes que le dijeran así, y ahora estaba sentado con un vaso de wisky en la mano, y un cigarro en la otra, sin poder dejar de pensar, Changmin nunca había pensado tanto en toda su vida.
-hey tu – Changmin volteo para ver nada menos que al modelo del violín – eres una mierda
-interesante manera de presentarte, dime algo que no sepa – le contestó Changmin mirándolo como si fuera una cucaracha.
-aléjate de Jaejoong.
-¿Por qué debería hacer eso? – Yunho frunció aun más el ceño.
-porque se nota en sus ojos que ya ha sufrido demasiado, y no quiero que sufra mas, se que a ti te importa una mierda lo que yo te diga, pero no iba a sentirme tranquilo si no lo hacia.
-¿y quieres jugar a limpiar tu conciencia viniendo a decir palabras que no voy a tomar en cuenta?
-tengo que proteger lo que amo – Changmin apretó los puños con fuerza.
-luces patético diciendo eso – contraatacó.
-el amor hace que la gente luzca patética, que cometa errores, y que aprenda de una manera dolorosa a aceptarlo –, Changmin no entendía como se atrevía a ponerse a su nivel.
-¿y tú crees que diciendo eso vas a lograr algo?
-se que no, lo único que quería saber era si tenias algo de humano dentro de ti, fue una pérdida de tiempo, estas vacio.
-tengo a Jaejoong, y seque tu no lo tienes, se que él jamás te correspondería por que necesita alguien que lo domine, alguien que se imponga a él, tu jamás podrías hacer eso.
-no quiero hacerlo, lo único que quiero es amarlo, me da igual si él lo acepta o no, porque después de todo es así como funciona esto, ¡pero tu jamás podrías saberlo porque no sabes lo que significa el amar a alguien!
-tengo todo lo que necesito justo en la palma de mi mano – contesto Changmin.
-nunca vas a tenerlo, y cuando te des cuenta será demasiado tarde, si es que llegas a hacerlo porque una roca tiene más sentimientos que tú, ¿tienes idea de cuánto daño le hiciste con ese mensaje?
-¿Cuál mensaje? – Yunho bufo molesto, los empleados del hotel notaron la tensión y pasaban disimuladamente por el lugar esperando que los hombres se atacasen de un momento a otro. -“uno más del montón” – recitó Yunho – eso es lo que tu consideras a Jaejoong, y el no es parte de ningún montón, el es único y especial, ¡tú eres la única mierda aquí!
-sigo sin tener idea de lo que estás hablando – le escupió molesto – tú no eres nadie, no tienes nada que ver con esto, ¡no eras nadie hasta que Jaejoong comenzó a salir contigo!
-¡por lo menos conmigo era feliz! – los empleados notaron que ambos se acercaban peligrosamente y decidieron intervenir.
-por favor señores, no pueden pelear aquí.
-¡me importa un carajo su felicidad!... miento por la cólera.
-¡entonces déjalo tranquilo! – Uno de los empleados sujeto a Yunho que aprecia ser el más cercano al descontrol y trato de jalarlo fuera del hotel - ¡no vuelvas a si quiera pronunciar su nombre maldito! – Changmin no dijo nada y se encamino a su habitación, tenía que volver a Tokio. Dentro del ascensor le llegó un mensaje a su celular, era una grabación…Después de oírla las palabras de Yunho eran mucho más concretas.
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Después de eso había vuelto a Tokio, en tres meses y él se había encargado de la empresa, había ignorado a todos los que lo miraban distinto, y había procurado que su abuela estuviera lo más sana y cómoda posible, también había intercambiado un par de palabras con su ex prometida, pero todo eso lo cansó en extremo, Victoria entro a su oficina con una mirada glacial en el rostro.
-Changmin sé lo que oí ese día – le repitió – estas cometiendo un error al dejar que esto siga adelante.
-te dije que no quería hablar del tema.
-¡ese hijo no es tuyo!
-¿y eso importa acaso? ECLIPSE tendrá un heredero no importa de quién carajos seas.
-¿no te importan los sentimientos del niño? Pensara que eres su padre, y su frialdad va a lastimarlo, ni tu ni ella van a poder darle la felicidad que se merece
-los niños crecen y se olvidan de esas cosas – su voz sonaba pastosa quizás por los múltiples vasos de Wisky
-¡el hecho de que tú te hayas olvidado de lo mucho que tus padres te amaron no significa que este niño lo vaya a hacer Changmin!
-necesito salir – dijo el perfumista de repente alejándose de ella, estaba agobiado, sentía que las paredes de su enorme oficina se encogían para asfixiarlo.
-haz lo que quieras ¡eres un imbécil!
-Lo se..-dijo mas para el.
Changmin, salió al garaje subterráneo para subirse a su Maybach Exelero negro, había sufrido una recaída, su vivir nunca había sido tan automático, nunca se había visto tan libre de sentimientos como en ese momento, ni siquiera cuando era joven y no tenía un propósito en la vida, el haber logrado sentir por si mismo había sido una tortura agónica ahora que todo volvía a ser gris y sin color.
Sintió un mareo cuando el viento fresco de primavera golpeó su rostro, estabilizó el coche y siguió recto, sin rumbo alguno, las noticias hablaron de los escándalos por un par de semanas más, trataron de hubicarlo gritándole preguntas como ¿vas a dejar abandonada a tu prometida y a su hijo por Kim Jaejoong?, ¿desde cuándo llevan una relaciona escondidas? ¿Cómo descubriste que te gustaban los hombres?
Sentía ganas de gritarle que odiaba los hombres, quizás incluso a Kim Jaejoong también, pero después caí en cuenta que hacerlo sería estúpido. Todos los canales de televisión y revistas sabían que se había ido, ya no se lo veía más con sus amigos los cuales se negaron rotundamente a hablar con la prensa, Changmin había sentido la dolorosa necesidad de saber su paradero pero no había hecho nada por averiguarlo, era mejor desligarse de esa situación poco a poco, además la gente parecía lucir comprensiva con él, la mayoría de las personas le decían que no era su culpa si no la de Jaejoong por haberlo seducido.
La voz en su cabeza le gritaba todo lo contrario.
El mar estaba a su izquierda, no tenía idea de que hubiese una calle al lado del mar, era una caída seca de unos seis metros, el sol le golpeaba del lado izquierdo encegueciéndolo ligeramente, necesitaba despejarse, pensó que llovía pero la humedad no provenía del cielo si no de sus ojos, su teléfono sonó pero no quiso contestar, no podía creer que estuviese llorando…
Apretó con fuerza el volante acelerando, ¡se supone que Jaejoong era el esclavo! ¡Jaejoong era el
que sufría! ¡el que lo recordaría y el que moriría por haberse ido dejándolo! ¡no él! ¡no era un jodido débil! La carretera giraba con brusquedad unos metros delante.
“Lo necesitas Changmin, lo heriste y ahora lo necesitas”
-¡cállate! – gritó Changmin a la nada con lagrimas en sus rostro – ¡sal de mi cabeza!
Justo en la curva del camino se irguió un letrero enorme, el fondo era azul, combinando con el perfume, la ropa negra del modelo contrastaba con el azul infinito, sus labios pintados delicadamente con un color neutro y brilloso, sus ojos alargados por el delineador dándole un aura salvaje, Eclipse se veía realmente bien al lado de Jaejoong, Changmin se pregunto entonces por qué no se había esmerado mas en hacer mejor ese perfume.
La inspiración llego de golpe, la cantidad exacta de fragancia con químico, los cítricos en su punto exacto, una fragancia nunca antes creada, que tenía el aroma exacto de Jaejoong, sabia como hacerla, estaba seguro de que iba a lograrlo…
Su carro golpeó con la dura fibra del anuncio gigante rasgándola por la mitad y se precipito al vacío, el agua de mar comenzó a colarse rápidamente dentro del Maybach Exelero, y en un segundo estaba sumergiéndose a la oscuridad salada, sintiendo un dolor terrible en los pulmones con cada inspiración.
-Jaejoong…
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-¿Jae? ¿Estás bien?
-si tío… lo lamento – Jaejoong esbozó una sonrisa muy poco convincente, Lucas suspiró, jamás se habría imaginado que su sobrino le cayera así tan de repente, unos meses atrás había aparecido en su puerta con una maleta pidiéndole que le dejara vivir con él. Dejo su taza de té a un costado, pensando acerca de Jaejoong. Lo vio tomar un par de sorbos de su propia taza.
A Lucas nunca le había recordado tanto a su fallecida hermana al ver ahora a su sobrino.
-¿iras a trabajar hoy?
-por su puesto
-¿Por qué no te tomas un descanso?
-no es necesario…
Lucas sujeto la mano de su sobrino, pálida y algo helada, pero bien cuidadas, no lo había visto más o menos un año y dos o tres meses, lo notaba demasiado cansado para ser tan joven, como si cargase un enorme peso sobre sus hombros, no intentó hablar con él, no le había preguntado nada, no podía invadir de esa manera la privacidad de su sobrino, si Jaejoong quería decirle el motivo por el cual abandono Corea para ir a vivir en Canadá con él, simplemente lo haría.
-de acuerdo me rindo – le dijo con un tono dramático, Jaejoong sonrió levemente – iré a buscarte a la salida
-yo…
-¡he! Eso es indiscutible – le guiño un ojo, Jaejoong suspiro felizmente derrotado.
-eres demasiado bueno conmigo – le dijo a su tío, Lucas hizo un ademan de autosuficiencia.
-me siento misericordioso
-tengo que irme – sonrió Jaejoong a modo de disculpa – nos vemos después – beso la mejilla barbuda de su tío y cogiendo una mochila salió de la casa blanca de dos pisos.
Llego pronto a la imprenta, le saludaron con ánimo, ya no mantenía el pelo rubio si no de un color negro como la noche que hacia lucir su piel pálida y resaltar sus hermoso labios y un corte nuevo que había hecho. Oculto a veces por gorras de lana, y a pesar de todos esos no lograba sentirse diferente, seguía siendo el mismo, inseguro, destrozado el de siempre.
-¿Qué tal Jaejoong? – Saludó Peter el dueño de la imprenta – luces algo cansado
-estoy bien – le contesto tratando de poner fuerza en sus palabras. Se acerco a la computadora para ver que libros tenían que imprimir esa semana y organizarlos en orden alfabético, para que la imprenta pudiera comenzar con el trabajo, su visión se hizo ligeramente borrosa, no pudo evitarlo, cayó de rodillas al suelo con un golpe sordo, Peter se abalanzó sobre él.
-¡hey! ¿Estás bien? – Jaejoong respiraba con dificultad. Le dolía el pecho y no sabía porque de repente estaba aferrándose al otro hombre y llorando con desesperación, Peter le devolvió el abrazo pensando que podía haberle pasado a Jaejoong para ponerlo así.
Extrañaba a Changmin, todo, absolutamente todo de Changmin, su manera de mirar a los demás
con superioridad, la manera de idolatrar a su abuela, a la forma en la que lo miraba, como si estuviera adorándolo enteramente antes de follárselo, sus besos, sus estúpidos insultos degradantes, ¿Por qué el amor dolía tanto?, no podía soportar la idea de haber sido uno más de muchas de las personas con las que Changmin follaba, aun si era el único hombre, era uno más del montón y eso dolía tanto no poder tener calma.
Los deseos no se cumplían, porque él no había podido olvidarse de Changmin.
-llamen una ambulancia – ordeno Peter cuando Jaejoong perdió el conocimiento.
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Shim Dongsik, se dejo caer en una silla blanca, pasando las manos por su pelo con frustración,
Su madre ya había superado lo del trasplante, se la veía mucho mejor de salud, había ganado algo de peso, lo único que continuaba eran las nauseas, que debían haber cesado con la quimioterapia.
Hace una hora había recibido una llamada, indicándole que su hijo había sufrido un accidente, que su carro había caído al mar, y que a duras penas unos turistas que vieron todo habían logrado salvarlo. Un taconeo indico la presencia de Victoria, ella se acerco a Dongsik y le dio un breve
abrazo, tenía los ojos llenos de lágrimas.
-¿Cómo esta? – pregunto limpiándoselos con el dorso de la mano.
-no lo sé – contesto el – no lo sé – repitió en un tono lleno de tristeza
-mierda, no debí haberlo dejado salir, había tomado wisky – Victoria tenia la voz rota, llena de preocupación.
-¿señor Shim? – llamó una enfermera, Victoria y Dongsik alzaron la mirada.
-Lo lamento señor Shim, su hijo está en coma…
Dongsik volvió a sentarse en el asiento del hospital, comenzó a marearse, Victoria se sentó a su lado frotando su espalda.
-tráiganle un vaso de agua.
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-¿anemia?
-muchas veces la anemia no es causada por la mala alimentación señor Lucas, también influye bastante el estado de ánimo de la persona, me temo que su sobrino esta inestable en cuanto a sus emociones, eso debilita sus defensas
Lucas sintió una enorme frustración, odiaba ver a su sobrino en ese estado, odiaba que sus sonrisas estuvieran veteadas por ese manto de tristeza, y ahora más que nunca odiaba no ser capaz de hacer nada para ayudarlo, ahora que su cuerpo también comenzaba a sufrir, Jaejoong lucia pálido, demasiado amarillo para ser normal, su respiración era seguida como si le doliese respirar, y esas ojeras tampoco podían ser normales, Jaejoong escogió ese momento para despertar, sudaba frio.
-¿Cómo te sientes? – le pregunto la doctora.
-me duele la cabeza – contesto haciendo una mueca al sentarse en la cama.
-es un síntoma, Jaejoong desde ahora deberás cuidarte mucho
-¿Qué tengo?
-anemia
Jaejoong lucia desconcertado. -pero… no es como si no comiera
-Jae, no es porque no comas – dijo Lucas incapaz de no hacer nada – es por eso que te molesta, y lo sé, desde que llegaste eres otra persona, como la sombra del que algún día fuiste – Lucas se arrodilló al lado de la cama y tomo la mano de su sobrino entre las suyas – dime que es lo que te hace tan infeliz
-yo…
-trate de no intervenir, esperaba que me lo dijeras tu mismo, que confiarías en mi, por eso te di tu espacio pero ya no puedo Jae, necesito que saber la manera… la manera de volver a verte sonreír, como solías hacerlo antes
-lo siento – murmuro Jaejoong bajito, se abrazo con fuerza al hermano de su madre biológica y volvió a pedirle perdón, ambos lloraron tratando de aliviar con ese acto el dolor en su pecho, sobre todo Jaejoong, tenía un mal presentimiento.
Tres días después supo por la televisión el por qué.
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-¿Cómo esta?
-Jaejoong… la verdad no creo que…
-por favor, necesito saberlo – interrumpió notando sin asombro la enorme preocupación en su voz. Se escucho un suspiro resignado al otro lado de la línea.
-está en coma – Jae se paralizó en seco – ¿Jae?
-yo… ¿Qué sucedió Chun? Necesito saberlo…
-solo sé que dijeron en las noticias, cayó al mar, con su auto, el examen toxicológico salió afirmativo para el alcohol y algunas otras drogas, quizás perdió el control de su auto.
-mierda, Chun se que no debería sentir esto pero siento que es por mi culpa – su voz comenzó a ahogarse – tengo miedo, miedo de perderlo
-vamos, Jae no llores.
-es que no puedo evitarlo, necesito verlo – sollozo – necesito sentir su respiración, siento que no puedo respirar yo mismo Chun, me siento tan mal – su mente comenzaba a jugarle malas pasadas, había oído hablar de casos de coma que nunca llegaban a despertar, si eso le pasaba a Changmin ¿lo desconectarían?, el no iba a permitirlo.
-Jae no es tu culpa, sabes que él tuvo la culpa de muchas de las cosas por las que tuviste que pasar – Jaejoong no quiso cuestionar el tono de rencor que tenía su amigo.
-no puedo evitarlo Chun, aun le pertenezco – se limpio la humedad de la cara.
-hablas como si fueras un objeto
-es lo que soy para Changmin, y aun le pertenezco, tengo que verlo.
-¿vas a regresar?
-necesito saber que está bien, quiero… tengo que volver a su lado
-¿te estás oyendo Jae? ¡tú no eres un objeto! ¡Eres una persona! No puedes decir que le perteneces a alguien…
-lo lamento Chun, pero yo… lo amo…
Jaejoong cortó la comunicación y subió al cuarto que usaba en la casa de Lucas, nunca se había dado cuenta de la cantidad de ropa que tenía hasta que tuvo que empacar tantas veces.
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Jaejoong viajo de vuelta a corea junto a su tío que no le permitió ir solo, también necesitaba asegurares que todo está bien aunque sabía que la familia que había adoptado a Jaejoong era buena gente, pero de seguro no estaba enterado del todo y alguien necesitaba aclarar sus dudas.
Cuando los pies del modelo tocaron corea, tuvo la impresión de que todo lo que había vivido había sido ayer.
Al día siguiente a primera hora iba partir a Japón, ya no aguantaba esa sentimiento amargo que le hacía dolor el pecho de tan solo pensar en que Changmin que no despertaría jamás. No iba permitir un día más estar lejos de el, lo necesitaba y quería verlo y comprobar que todo iba estar bien.
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El viaje no fue largo ya que estos dos paises no estan a tantos kilometros como lo estaba con Canada, ahora estaba nervioso y ansioso por ver pronto a Changmin, tomo un taxi hasta el hospital en la cual estaba siendo atendido el perfumista. sus pirnas teblaban y su gargante estaba seca, Cuando sus ojos se toparon con la figura de Changmin, sus lagrimas mojaron su rostro sin reparos se veía tan indefenso que le hacía dolor el corazón. Camino a pasos lentos hasta la camilla y tomo su mano, estaba cálida como siempre. Toco su rostro y comprobó que no había nada más perfecto que sentir la piel del perfumista, tomo asiento en una de las silla y sin soltar su mano, soltó todas esas palabras que tenia atravesadas en su garganta.
-Changmin, Soy Jaejoong sé que me estas escuchando, he venido por ti mi amor, tienes que recuperarte, no puedes dejarme solo ahora que se que sin ti mi vida no tiene sentido, juro que intente olvidarte pero es imposible, te extrañe tanto, extraño cada una de las cosas me hacías y me decías aunque fueran duras, Yo también te amo Changmin, te amo como jamás pensé amar a alguien estare ahi cuidandote y esperando que habras tus lindo ojitos.
1 Semana después.
El móvil de Jaejoong resonó por toda la habitación del hotel y duras penas presiono el botón de contestar y la voz de su amigo llego a sus oídos con desesperación.
-Jae, estás viendo las noticias.
-Chun no estoy de animo pa…
-Idiota prende el televisor, Changmin ha despertado.
-…….- Jaejoong no supo que contestar, sus pies se movían solo a pasos rápidos que de pronto se vio corriendo con su celular en su mano, ya no escuchaba a Yoochun solo quería llegar pronto y ver con sus propios ojos a Changmin.
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-¿Jaejoong?
Changmin tardo un buen rato en reconocerlo, le dolía ligeramente la cabeza y sentía su cuerpo pesado, además que la sensación seca de su boca le dio asco, volvió a mirar a Jaejoong, estaba totalmente diferente, pero era él, no estaba el rubio en su cabello, su pelo estaba pulcramente peinado hacia arriba, no había ropa extravagante, solo una camiseta gris y un pantalón negro, era lo más simple que Changmin hubiera visto en el cuerpo de Jaejoong, pero aun así supo que seguía atrayéndolo de esa manera, Changmin descubrió que el dolor en su pecho desaparecía, no
Importaba nada más que Jaejoong en esa habitación, porque era lo único que tenia color para él, ni siquiera el paisaje que estaba tras la ventana tenía tanto color como el modelo.
-Estas bien...-dijo este con un nudo en la garganta, aunque no quería llorar delante de Changmin una lagrima por su rostro pero fue rápidamente secando por el.
-Lo estoy… dijo este sacando lasmolesta mascarilla de su rostro.
-No te la saques, llamare a un medico.
-Estoy bien Jaejoong odio los hospitales, pero tu ¿Qué haces aquí? ¿Por qué estoy aquí? – preguntó moviendo los dedos que recibían sangre con rapidez, estaban entumecidos. Se sentó a duras penas en las almohadas, sentía su cuerpo pesado inútil, también descubrió muchos de sus músculos, como se movían a una maravillosa orden de su cerebro, nunca lo había notado.
-caíste por un risco, al mar… – la voz de Jaejoong estaba cargada de preocupación, sonaba nasal, por estar aguantando el llanto – ¿Por qué Changmin? ¡Pudiste matarte!
-recuerdo eso – su cerebro también comenzó a funcionar con más eficiencia y recordó el momento en el que cayó al mar – joder, mi Marbach… debe estar hecho una mierda – Jaejoong lo miro con furia.
-pudiste morir ¿y lo único que te interesa es tu auto?
-Respóndeme ¿Qué haces aquí? – preguntó Changmin– que haces aquí si me temes.
-no te temo – Jaejoong bajo la mirada, se sentía demasiado diminuto en ese momento – creí que las mentiras no funcionaban contigo.
-Entonces dime ¿Quién es Joan Jaejoong? Que te hiso ese tipo…-declaro mirando fijamente el rostro desencajado del modelo ¿acaso el te violo?
-¡no! – contestó Jaejoong bruscamente – ¿Qué demonios te hace creer algo así?
-por que cuando te forcé en el hotel gritaste su nombre.
-no lo hice – negó el modelo.
-te escuche, también lo llamas en sueños ¿creías que iba a juzgarte mal por no ser virgen? – Changmin dijo todo eso sin pensarlo, quizás antes hubiera juzgado a Jaejoong por eso.
-yo era virgen hasta que tú me violaste imbécil– le dijo Jaejoong con rabia - ¿o ya olvidaste que me forzaste a hacerlo la primera vez?
-te gustó.
-¡eso no importa! Yo tenía miedo – confesó – me dolía y tu seguiste haciéndolo – una lagrima bajo por su mejilla limpiamente – te pedí que pararas y no lo hiciste ¡si tan solo te hubieras detenido no me habría gustado! ¡y al final yo no me hubiera enamorado de ti! ¡Te odio! – Jaejoong abrió enormemente los ojos llorosos que aun miraban al piso, aterrado por lo que acababa de decir, paralizado y en shock.
Changmin lo miraba a él sin parpadear.
-¿enamorado? – jadeo Changmin sintiendo su pecho mucho más cálido. Jaejoong alzo su mirada hacia el perfumista.
-si – le contesto como un cachorro regañado – al principio… solo sentía, no lo sé, era algo que nos pasaba a los dos… tu mismo dijiste que no lo entendías, al principio solo fue eso, no podía… simplemente no podía quitar mis ojos de ti.
>>pero después todo cambio, tu… eras más humano, parecía que de verdad te interesabas por mí, empezaste a tratarme como si fuera una persona y no un objeto, era divertido estar contigo, mierda, esto está mal – Jaejoong se sentó en una de las sillas que estaban en la habitación y cubrió su rostro con sus manos, Changmin se sintió mal entonces, verdaderamente mal por Jaejoong, no quería verlo sufrir, mucho menos por su culpa, Quería protegerlo todo el tiempo, querer
Tenerlo a su lado, realmente estaba enamorado de ese chico.
-¿él fue quien te hizo eso en la espalda verdad? – Jaejoong alzó la mirada, sus lagrimas seguían cayendo, asintió sin dudarlo, extrañamente Changmin lo hacía sentir seguro, a pesar de que era muy probable que no lo estuviera a su lado.
-todo esto empezó por que tú querías saber… sobre mi ¿verdad? – dijo Jaejoong– ese día
me llamaste a tu habitación por eso, querías intimidarme…
Ninguno de los dos dijo nada por un buen tiempo. Jaejoong rompió el silencio.
-tenia tanto miedo, mi mundo entero se destrozo cuando supe que estabas en coma, al final no sirvió de nada alejarme de ti ¿Cómo podía simplemente…? – suspiro dejando de lado las lagrimas – Joan me hizo la “C” en la espalda
-¿Por qué? – Jaejoong nunca se había sentido más avergonzado y herido de sí mismo cuando contesto esa pregunta
-porque soy un asesino…
Flash Back
Canadá. Jaejoong salió del colegio y se acercó al edificio donde lavaban ropa, en un costado habían
unas escaleras que daban al sótano, se acomodo la mochila en la espalda y toco la puerta, enseguida se abrió dejándolo pasar, adentro todos eran mayores que él, se sentía orgulloso de estar ahí, de ser considerado uno más de ellos.Como si fuera un adulto.
-aquí está el cumpleañero – saludo un hombre de color dándole una amistosa palmada en el hombro, Jaejoong admiraba los tatuajes que recorrían la oscura piel, todo el cuello, y se perdían debajo de la ropa
- ¿Qué se sien te tener 11 años?
-¡es genial! – contesto emocionado, se reprimió al instante, tenía que actuar como un
Adulto, odiaba ser un niño – me siento más grande, pronto tendré que afeitarme
-no lo dudo – contesto el hombre riendo por las palabras del pequeño.
-Jae– llamo Joan, él era el más importante de esos hombres, el mandaba ahí y nunca se había dirigido personalmente a él, Jaejoong se puso serio – felicidades, vas luciendo como un hombre – el pecho de Jaejoong se inflo de orgullo – ven conmigo Joan lo guió hasta la parte de atrás donde pocos entraba, Jaejoong sabía que era una especie de oficina que solo Joan usaba cuando quería “estar con chicas” o hablar con alguien sin ser oído, con curiosidad y algo de miedo entro al lugar, había un escritorio viejo y un par de sillones en un estado entre lo bueno y lo malo, Joan lo invito a sentarse.
-Jae creo que es tiempo de que seas uno de nosotros, pero hagámoslo oficial ¿qué Dices.. Jaejoong asintió sin dudar, admiraba a Joan por hacer cosas que él no podía, Joan se revelaba contra la sociedad, y Jaejoong quería hacerlo también, quería revelarse contra su padre, quería gritarle en su estúpida cara que odiaba su empresa, que odiaba las bienes raíces, que sabía de todos los asquerosos fraudes que hacía para ganar mucho más dinero estafando a personas inocentes, y lo peor de todo era la manera en la que trataba a su madre, la había obligado a aumentarse el busto con operaciones costosas, pese a que ella no quería, la había convertido en una barbie de carne y hueso, su madre era buena y la amaba, más que a su padre, porque ella solo era una esclava mas de sus deseos. Lo que más quería Jaejoong era darle una lección a su padre, hacerle entender que no podía hacer lo que se le viniera en gana solo porque tenía un montón de dinero.
-¿Jae? – llamó Joan – te necesito aquí – bromeo – Jaejoong se sonrojo con vergüenza.
-l-lo siento – tartamudeo – estaba pensando en la mierda que hace mi padre… ya sabes – dijo despreocupadamente, siempre tratando de lucir mayor de lo que era.
-me alegra que pienses eso, esa será tu misión, necesito poner algo en el edificio donde trabaja tu padre
-¿algo?
-son cajas, no pesan mucho, tienen cámaras, necesitamos vigilar el edificio ¿podrás hacerlo Jae? – Era la primera vez que dudaba, pero aún así asintió ganándose una mirada de orgullo de Joan – perfecto, puedes fingir que estas visitando a tu padre, te dejaran entrar.
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Una semana después, un viernes Jaejoong entró al edificio donde su padre era el que mandaba en todo, ese lugar nunca le había parecido tan grande ni tan lleno de personas, nadie dijo nada, todos lo dejaron pasar sin objeción, se acercó al área de los empleados, un chico de limpieza le dio una caja, Jaejoong asintió ligeramente la tomo, no pesaba mucho pero era algo llamativa, del tamaño de un monitor de computadora, aun así nadie le dijo nada, algunos incluso le saludaron, lo mas disimuladamente que pudo dejo las cajas donde Joan se lo había indicado, eran seis cajas en total, luego subió para ver a su padre y no levantar sospechas.
Se asombró de ver a su madre ahí sentada en uno de los sillones, ella inmediatamente se recupero de su sorpresa al verlo y le sonrió con cariño.
-mamá – dijo Jaejoong acercándose a ella – papá – saludó mas formalmente.
-¿Qué haces aquí? – cortó el hombre con sequedad – ¿no deberías estar en la
escuela?
-ya acabó – le informó Jaejoong para nada impresionado de que ese hombre no supiera los horarios escolares.
-eso es mierda – siguió el – ¿Cómo pudo haber terminado tan temprano? Seguro te escapaste, eres tan irresponsable – Jaejoong apretó los puños, esta vez su madre salió en su defensa.
-basta, mi hijo está diciendo la verdad ¿Cómo es posible que no sepas a qué hora sale del colegio?
– él le mando una mirada cargada de rabia.
-no me sorprendería que no fuera mi hijo – le dijo a su esposa – no se parece en nada a mí, parece un maldito maricón, creí haberte dicho que dejaras esa mierda de maquillaje lejos de tu cara – agrego en dirección a Jaejoong – para tu desgracia naciste como hombre, y no como niñita, así que confórmate y deja de afeminarte, me dasvergüenza, no quiero imaginarme lo que la gente dirá al verte caminando en esas fachas
-el maquillaje no me hace afeminado – le contestó Jaejoong insolentemente – es solo un estilo…
-¿Quién te dijo que podías responderme? – lo cortó su padre – eres tan maleducado, tu madre hizo un pésimo trabajo al criarte, me decepcionan, los dos – Jaejoong noto las lagrimas formándose en los ojos de su madre y estalló.
-¿y tú crees que eres bueno? ¡eres el peor padre del mundo! ¡peor que la mierda! –ya estaba hecho, lo había dicho, no se arrepintió y se quedo mirándolo con odio, en dos pasos su padre estaba su lado, la bofetada le hizo caer al piso, los ojos se le llenaron de lagrimas por el intenso dolor, nunca lo había golpeado.
-pues te guste o no soy tu padre, y me debes respeto – el hombre se inclino un poco hacia el – aun que desearía que no fueras mi hijo…Jaejoong dejo de soportar las lagrimas y se puso en pie.
-¡no sé como mamá puede seguir contigo! ¡te odio! – gritó antes de salir corriendo, todo era un borrón a su alrededor, salió fuera del edificio sin poder evitar las lagrimas, los autos vocinearon con fiereza cuando cruzo una calle sin ver, cuando no pudo correr más se detuvo, ¿Por qué su padre no lo quería? ¿Por qué no podía tener una familia normal como todos?
-Jae – Joan apareció a su lado – ¿Qué carajos le paso a tu cara? – seguramente la mejilla estaba hinchándose por el golpe.
-nada – contesto limpiándose las lagrimas – puse todas las cajas donde me dijiste.
-bien – Joan saco una especie de control remoto de su bolsillo – aprieta primero el botón verde dos veces seguidas, luego espera un minuto y aprieta el rojo, eso activara las cámaras
-¿ahora?
-hazlo – Jaejoong asintió, su padre iba a aprender su lección cuando Joan tuviese las cámaras funcionando, formularían un plan para entrar al edificio y sacar todo el dinero, quizás si su padre fuera pobre seria mas bueno, solo quizás…
Jaejoong presiono el botón verde dos veces, y conto en su mente calculando más o menos
un minuto, luego presiono el botón rojo.
Se escuchó un sonido atronador, la tierra tembló, Jaejoong soltó el aparato para cubrirse los
oídos, de pronto la gente gritaba, alzo la vista confundido para ver que estaba sucediendo, alzo la vista, no se había alejado mucho del edificio de su padre, por eso pudo ver como se derrumbaba hasta donde las demás estructuras no cubrían su vista, corrió sin importarle que casi vuelven a atropellarlo y vio mejor como toda esa montaña se convertía en escombros, como mucha gente quedaba aplastada, un reguero de polvo se alzo impidiendo ver absolutamente nada, solo podía oír los gritos desesperados.
El polvo se disipo ligeramente ya no se oía nada caer. A unos metros vio una persona con la cabeza abierta debido a un escombro que lo había golpeado, el terror lo invadió, podía ver su cráneo roto y el cerebro saliendo de este, la sangre… escucho un grito de terror, era una mujer abrazando a un hombre que estaba desmayado o quizás muerto. -¡Michael! – gritaba otro hombre – por favor ayúdenme ¡mi hijo no está! ¡quedo atrapado! ¡Michael! – lloraba alzando los escombros que no suponían demasiado peso para el tratando de llegar a su hijo.
¿Qué había pasado?
Una mano se poso en su hombro, Jaejoong se giro para ver a Joan tras de él, no parecía impresionado.
-ahora eres uno de nosotros – la presión en su hombro se hizo se mas fuerte hasta que perdió el conocimiento.
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Soñó con su madre, como ella era antes de las operaciones, mucho más hermosa que ahora, se despertó sintiendo un dolor punzante en su hombro, quiso moverse para obtener una mejor postura, pero no pudo…Entonces fue consciente de que algo ataba sus manos, abrió los ojos pero fue como si no lo hubiera hecho, estaba de cara contra algo duro, eran tablas, sentía como raspaban contra su mejilla, comenzó a tomar conciencia, poco a poco. Los gritos, la sangre, la gente muerta, el edificio cayendo, su madre…
-¡no! – grito, no podía ser real, tenía que ser un sueño – ¡no! – volvió a gritar.
-veo que despertaste – una luz muy baja se prendió iluminando el lugar donde estaba, pudo ver el catre que lo sostenía y las tablas que soportaban el peso del colchón que no estaba, era un cuarto gris con la pintura de las paredes descascarándose, manchas de humedad en el piso y el techo, también algunas de sangre…
-¿Qué paso? – pregunto temblando sin poder moverse para ver a Joan pero este pronto entró en su campo de visión – desátame – pidió asustado.
-¿no lo recuerdas Jae? La misión fue un éxito, eres uno de nosotros deberías estar orgulloso
-tu dijiste que eran cámaras – le reclamo Jaejoong con la voz rota – ¡dijiste que eran cámaras! – gritó – los mataste…
-no Jae. Tú los mataste, tu aprestaste los botones, activaste las bombas, fue glorioso.
-¿Por qué? ¡yo no quería matarlos! ¡me mentiste! ¡te odio!
-si te hubiera dicho la verdad no lo hubieras hecho, necesitas hacerte fuerte, necesitas dejar de sentir, los sentimientos no sirven, el amor es mierda, la compasión es basura ¿entiendes?
-yo no quería matarlos – sollozo – mamá, no por favor, mamá no…
-deja de lloriquear, desde ahora solo pensaras en ti mismo – Joan se subió encima de él, fue cuando Jaejoong noto que no traía puesta su camiseta – ahora serás uno más de nosotros.
Sintió un dolor agudo en la espalda y gritó, el dolor se hizo mucho más profundo, y Jaejoong solo podía gritar que dejara de hacerlo, suplico, y lloro, la sangre chorreo por su hombro hasta su cara, también pos su costado, no calculo el tiempo que estuvo sintiéndolo y gritando, pero cuando acabo, solo quería desmayarse del dolor.
-oh Jae, tranquilo, eso solo era una marca superficial para saber donde tengo que cortar, esto recién comienza
– Jaejoong se tenso con terror.
-no Joan, por favor ¡no! – gritó desgarrándose la garganta –¡basta! ¡duele!
-¿escuchas el terror en tu voz? – suspiro Joan con deleite – amo el terror, es el único sentimiento que puedo tolerar – Jaejoong sintió entre el dolor de su espalda una fuerte erección sobre la tela de su jean, Joan estaba excitado, su terror se incrementó – ¿puedes imaginarte el terror de todas esas personas que asesinaste hoy? ¿lo mucho que habrá sufrido tu madre al morir?
-¡cállate! – Joan presiono el cuchillo mas fuerte – ¡ yo no la maté!
-fuiste tú quien acomodo las bombas, y también las activaste, tú la mataste…
-¡Joan! ¡me duele! ¡ayuda! – gritó tratando de soltarse – ¡déjame!
-¿acaso no te gusta el terror? El terror que causaste hoy matando a tanta gente fue… delicioso – Jaejoong gimió largamente apretando los dientes, pero tuvo que volver a gritar, sencillamente no podía soportar el dolor de su espalda – es Terror puro. La "C" estaba completa, sangrante en la delgada y blanca espalda de Jaejoong.
-Criminal – sonrió Joan lamiendo la sangre de su cuchillo
Fin de Flash Back
-la policía lo descubrió poco después – Jaejoong froto sus manos que estaban mucho más Frías ahora – me rescataron y hubiera ido a la cárcel, sentía que lo merecía, Lucas me convenció de decir la verdad, tenia tanto miedo…
Changmin no dijo nada, solo trataba de asimilar todo lo que Jaejoong acababa de decirle, se sentía capaz de visualizar la situación, de ponerse en la piel de ese chico que lloraba en silencio, pero la sola idea le daba temor, nunca antes lo había sentido tan profundo.
-la C es de Criminal…
Jaejoong asintió, temblaba, el asco volvía a él, los informes de la gente muerta… mas 59 personas, entre ellas 9 niños, 17 personas que quedaron vivas entre los escombros, personas a las que trataron de rescatar y no pudieron, todas murieron de hambre y de sed, del accidente solo 14 personas fueron rescatadas con vida, dos de ellas fallecieron en el hospital por muerte cerebral, las demás vivieron forzadas a cargar ese trauma el resto de sus vidas, y todo por su culpa…
-soy… tan asqueroso – gimió Jaejoong rascando sus brazos con tanta fuerza que comenzaron a sangrar, el parecía no darse cuenta – ¿Cómo pude hacerlo – jadeo totalmente ido, volviendo a rasgarse.
-Jaejoong– llamó Changmin– te estás lastimando – le dijo, pero Jaejoong no lo escuchó.
-aun puedo escuchar sus gritos – sollozo aterrorizado, estaba sufriendo un ataque de pánico, Changmin busco el botón que servía para llamar a alguien antes de que Jaejoong siguiera haciéndose daño, lo presiono varias veces y trató de levantarse pero sus brazos fallaron y cayó a la cama evitando caer al suelo a duras penas – aun puedo oler el polvo, la sangre…
-¡Jae! ¡tranquilízate! – le gritó, el nombrado se alejo retrocediendo hasta chocar con la pared y caer sentado al piso abrazándose a sí mismo, se quedo en esa posición murmurando, parecía querer dejar de llorar pero no podía hacerlo, una enfermera llego luciendo asombrada de verlo despierto.
-señor Shim, ¿Por qué no aviso antes? – Changmin negó con la cabeza.
-olvídese de eso ¿Qué le sucede a Jaejoong? – pregunto sin dejar de mirarlo, la enfermera se percató del más joven.
-está teniendo un ataque de pánico, dios mío, ¿el se hizo esos rasguños? – ella salió rápidamente, al poco rato volvió con otras dos personas más, le inyectaron algo al modelo a duras penas por que este se movía con brusquedad, y luego cuando estaba calmado se lo llevaron de la habitación.
-necesito revisar sus signos vitales – le dijo la enfermera a Changmin – ¿Como se siente?
-no lo sé – contestó Changmin dejando a la mujer revisar sus pupilas y sus funciones motoras – ¿el va a estar bien? – ella lo miró con pena, pero no dirigida a él si no a Jaejoong y asintió.
Jaejoong le había contado lo que había dentro de la caja, no era nada bueno, y no sentía su curiosidad saciada, al contrario, sentía más incógnitas, quería saber por qué Jaejoong se había cortado el pelo, donde había estado viviendo desde que se fue de Corea, Queria saber mucho mas de el y si fuera posible estar ahí para el, para protegerlo y si el pudiera perdonarlo amarle como se debía aunque no fuera experto en eso quería dejarse llevar por eso lo que su corazón sentia, al estar cerca del modelo.
-tengo que salir de aquí... dijo firme pensando solo en Jaejoong.
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