Levanto su mano y sin abrir los ojos tomó una de las almohadas para cubrir su cabeza,intentando mitigar el dolor que le provocaba esa molesta jaqueca; sentía su cuerpo hecho polvo y su boca estaba secay de un sabor amargo.
Ni siquiera recordaba cómo había llegado hasta su casa… se sentía confundido
Retiró lentamente la almohada de su rostro, cerrando los ojos en cuanto recibió los brillantes destellos del sol. Había algo que no terminaba de gustarle, un aroma que no era suyo y que comenzaba a marearle, activando a las ya conocidas nauseas producto de la resaca. Dejó caer de vuelta la almohada en su cara,percatándose entonces de que aquella fragancia parecía provenir de la tela que la cubría.
Su dolor de cabeza golpeó de nuevo. Necesitaba tomar algo, y pronto.
Consiguió sentarse no sin cierta pesadez, provocando que la suave seda se deslizara por la piel desnuda de su torso.
-¡Diablos!—masculló alarmado volviendo a levantar la sábana, sintiéndose enrojecer—¿Pero qué?
Asustado,recorrió la habitación con la vista tratando de dar con su ropa, pero solo vio en un sillón que descansaba una bata de color blanco. y de su ropa ni rastros.
Su corazón se acelero al notar que la decoración del cuarto era muy diferente a la suya. Había una enorme biblioteca con demasiados libros extraños, un tapete color gris, junto a la que descansaban un par de burrós con lámparas de noche a cada lado. Sus zapatos los localizó a un costado, pero además de ello, no había nada más.
Giró la vista y se percató que había un vaso con agua y un par de pastillas efervescentes para el dolor de cabeza. Al parecer alguien había cuidado de él en su estado de ebriedad.
Tomó el vaso, vació las pastillas y se apuró a ingerir el remedio. Ya no soportaba el dolor de cabeza. Dejó el recipiente en el mueble y se levantó trastabillando,tomando las sábanas para cubrir su cuerpo de camino al sillón, donde las cambió por la bata. Tenía que encontrar sus ropas para irse al Universidad, no quería darle más molestias a quien fuera que lo allá ayudado. Cosa que se lo agradecería eternamente.
Descalzo y con lentitud se encaminó hasta la puerta; el aroma del perfume lo tenía confundido. Sentía que lo había olido anteriormente pero no lograba recordar a quien le pertenecía,mientras caminaba no lograba ver ningún objeto o fotografía que le indicara el dueño de su parada. Suspiro y respiro profundamente sintiendo entrar por sus narices ese perfume que nuevamente lo dejo pensando y oliendo la agradable fragancia de
¿Changmin? Sacudió la cabeza enérgicamente.¿Cómo se le ocurría pensar que esa fragancia le pertenecía a aquel insoportable?Cualquiera podría comprar ese perfume, no precisamente tenía que ser él.
Un delicioso aroma a comida le recibió en cuanto abrió la puerta, cerrando un momento los ojos para disfrutarlo; Su estómago protestó recordándole que desde el día de ayer no había comido nada, y no sabía qué hora era, pero por los sonidos que despedía intuía que ya algo tarde.
¿Dónde diablos estoy? se preguntó deteniéndose abruptamente cuando notó que, en definitiva, aquella no era la casa de ningunos de sus amigos y menos la suya. Dio la vuelta y se encontró con una mujer de espaldas, al parecer cocinando.
-¡Oh,buenos días jovencito!
La alegre voz le sorprendió haciéndole mirar a la mujer. Levantó la vista hasta el rostro y pudo darse cuenta que se trataba de una mujer adulta, con el cabello oscuro recogido y de aspecto sencillo,pues la sonrisa que le dedicaba era más bien cálida y llena de felicidad.
-Bue…Buenos días. —tartamudeó el saludo sintiéndose extraño y confundido. La mujer sonrió más ampliamente.
-Ven vamos, siéntate a desayunar. La comida ya está lista y sé que te va a ayudar a sentirte mejor —animó con aquella sonrisa resplandeciente, sirviendo en un plato algo de aquello que olía tan bien para tendérselo. Jaejoong observó sin comprender, pero ella continuó—. Esto te va a ayudar a que se te pase la resaca.El joven pidió que te preparara una buena medicina, como sólo yo las sé hacer.
¿Resaca?¿Joven? ¿De qué está hablando esta mujer?» Pero se sentó a la mesa y tomó los cubiertos para empezar a comer. Tenía mucha hambre y sabía que después dela resaca, comer era la solución. La mujer no parecía ser mala y sentía que podía confiar en ella. Después se daría a la tarea de averiguar dónde y con quién se suponía que estaba.
La mujer sonrió cuando lo vio sentarse dispuesto a comer, aunque se detuvo de dar el primer bocado en cuanto la sintió pararse frente a él para observarlo detenidamente, sin dejar de sonreír.
-Eres hermoso,jovencito. Ah, no te sorprendas —apuró al ver la inquietud en aquellos ojos oscuros—. Te he visto en la TV con tu tío. Siempre eres tan modesto con todos,la familia Kim es tan poderosa dijo la mujer. Ah pero eres más guapo en persona, ¿sería por eso que el joven te ha dejado más tiempo que a los demás?—susurró ya lo último como para sí, aunque Jaejoong hubiera alcanzado a escuchar muy bien.
-¿Joven?¿De quién está usted hablando? —preguntó dando el primer bocado, intentando ignorar esa sensación que comenzaba a arder en sus labios y garganta.
-¿Pues de quien más puede ser? Del joven Changmin…
La intensa tos emergió en cuanto sintió atragantarse con la comida. La mujer se dio prisa en servir un vaso con agua para ayudarle a pasarse el bocado y pidiendo mil disculpas por si estaba muy picante. Pero Jaejoong no tosía por el picante, tosía por la sorpresa que le causaba enterarse que había pasado la noche en la casa de su guardaespalda Shim Changmin.
-¿Estoy en casa de Changmin? —repitió sintiéndose enrojecer sólo de imaginarlo.
-Sí, este es el departamento del joven Changmin. Según me comento hoy el joven, anoche estabas tan tomado que tuvo que llevarte cargando hasta la recamara, ya que tú solo no hubieses podido llegar nunca. Tan chiquito y ya con esos problemas, mi niño—se lamentó ella en tono afligido—. El joven está ahora en el gimnasio, por si te preguntas en dónde se encuentra.
Jaejoong sintió ganas de vomitar, no tenía recuerdos de nada que involucrara a Changmin…
¡Pero porque juntamente entre todas la personas, tenía que haber sido el!
El malestar de la resaca comenzaba a marearle. No podía estar en casa de Changmin,¡era una locura!… ¡No!, no quería ni imaginarse qué había hecho con él estando borracho.
Una de sus manos subió sutil hasta sus labios, dejando deslizar las yemas de sus dedos sobre los mismos con cuidado y lentitud, recordando unos labios sobre los suyos.
-Entonces…no fue un sueño. —susurró sonrojándose por completo.
-Y dime mi niño —La voz de la mujer lo sacó de sus pensamientos—. ¿Desde cuándo salen untos?
-¿Qué?¿Quién? —Reaccionó alterado, sorprendido por la pregunta—. Yo no salgo con Changmin, el es solo mi guardaespalda o niñera como quiera llamarle. Ni siquiera nos llevamos bien. —aclaró deprisa, notando la decepción que aparecía en el rostro cansado de la mujer.
-Oh, qué lástima… —murmuró dándose la vuelta para seguir lavando los trastos sucios—. Yo esperaba que tú fueses la persona que lograra sacar al joven de esa soledad en la que ha vivido siempre —Jaejoong guardó silencio, observándola sin comprender—.
-Pero él Tiene novia, no está solo
-mmmh…-dijo la mujer sin decir más a la respuesta de Jaejoong
-Pero sabes algo, todo lo que hace el joven Changmin tendrá sus recompensas, porque aunque se muestre frió y rudo, el es muy cálido y sé que tarde o temprano lapersona que ama serán correspondido sus sentimientos.
-¿Eh?—consiguió articular, sin poder dar crédito a lo que escuchaba... –Un dolor ensus estomago se presento al escuchar que Changmin amaba una persona, necesitaba saber y no iba quedarse con la dada.
- y Dígame Changmin de quien está enamorado, acaso es de Goo.
-No puedo contarte —negó dándose la vuelta para seguir con lo que hacía—. Sólo puedo decirte que el Joven es muy astuto y aunque no demuestre sus sentimientos esta vez, cayó en el encanto, el no es de fiar de la gente, es por eso que aleja ala gran mayoría que se acerca, pero esta vez se que con esta persona no lo hará. -afirmó con tono amable-
Jaejoong aguardó eternos segundos sin animarse a probar bocado de la comida frente a sí,observando la espalda de la señora. La resaca aún no le permitía pensar con claridad y asimilar toda la información que le acabaran de soltar. Ni siquiera sabía si podía confiar en sus palabras.
Por mucho que se viera una mujer amable, no sabía si lo hacía para dejar bien a su guardaespalda o simplemente no lo sabía.
-Pues siendo así como es, jamás tendrá amigos —suspiró dejando el tenedor en el plato para recargar el rostro sobre su mano derecha—. No me sorprendería enterarme deque jamás haya tenido uno.
-Oh, pero sí los tuvo —Aseguro la mujeres.. -ellos Eran muy buenos amigos su amistad era espere fuerte Creo que se llamaba Minho el chico, hasta que la Señora alejo a ese muchacho de su hijo.
-¿Porqué? —cuestionó algo precipitado.
-Porque el niño era… —se mordió el labio intentando encontrar la palabra correcta—, rarito.
-¿Rarito?—Jaejoong cuestiono.
-Sí,rarito —volvió a decir—. Le gustaban los hombres y no las chicas.
-Ah.Entonces querrá decir, gay. —confirmó creyendo entender lo que quería decirle.
-Sí, —asintió sonriendo—..Pues como te decía, jovencito…
-Jaejoong,por favor. —pidió con una sonrisa, haciendo que la mujer sonriera a su vez.
-Bueno,como te decía, Jaejoong. El joven Changmin y el joven Minho era muy buenos amigos, pero la señora Shim le tenía prohibido al joven que se mantuviera en contacto con él. A pesar de ello, el Chico y el joven se veían a escondidas de su madre para jugar o estar la tarde juntos. Y de verdad a veces pienso que el Minho es el culpable de que el joven Changmin sea lo que es. —admitió pensativa.
-¿Usted cree que Minho es el culpable de que Changmin sea gay? —inquirió haciendo brincar a la señora de su silla, totalmente ruborizada—. Él mismo me lo dijo,no tiene por qué asustarse.
-¡El joven Changmin Me va Odias!
-¿Por qué voy a odiarte, Mai?
La voz a sus espaldas hizo a Jaejoong ser víctima de un escalofrío. Sin animarse a darse la vuelta para contemplar el semblante de Changmin, sintió una mano posarse sobre su hombro, y ese simple roce fue suficiente para lanzar corrientes eléctricas por todo su cuerpo y sin poder soportarlo saltó de la silla para encararlo. Pero su reclamo quedó en el aire cuando le vio de frente. Lucía un pantalón deportivo negro, tenis y una playera blanca sin mangas; sobre sus hombros descansaba una toalla. Se notaba que venía de hacer ejercicio. Los fuertes músculos de sus brazos lucían brillantes,seguro gracias a la misma transpiración. Sintió la boca secársele sólo de verlo, desviando el rostro cuando sintió los fríos ojos castaños detenidos sobre su cuerpo, apenas cubierto por la bata.
-¿Dormiste bien? —le preguntó a Jaejoong, y este se regañó a sí mismo por haber reaccionado de aquella forma.
-¿Cómo voy a dormir bien?… Ni siquiera recuerdo cómo fue que llegué aquí. —se quejó molesto, pero Changmin ni se inmutó al pasar por su lado, tomando un vaso de agua. Jaejoong frunció el ceño cuando aquellos ojos castaños le observaron por sobre el borde del vaso, justo antes de responder.
-Eso es fácil. Yo te traje. —evidenció, para después dejar el recipiente en la mesa dela cocina y pasar por un costado de Jaejoong rumbo a la sala. Este le siguió con el ceño fruncido, sin perder tiempo a reclamarle.
-¿Por qué me trajiste aquí y no me llevaste a mi casa? —interrogó dándole alcance,mientras Changmin recogía algunas cosas de los sillones sin hacerle el menor caso.
-Porque si Ji Hoon te hubiese visto en el estado de ayer, seria un problema. —denotó enfrentando la mirada desafiante que el otro le dirigía.
-Recuerdo haberte pedido que me llevaras sin escusas… Dijo con todo el mal humor a causa de la resaca y la presencia de ese ser.
-¿Y qué más recuerdas? —. Jaejoong parpadeó. ¿Qué significaba eso? ¿Acaso había algo que debía ser recordado, o quizá… no ser recordado?
-No mucho—afirmó descruzando los brazos y siguiendo a Changmin con la mirada mientras este se paseaba de un lado a otro de la sala—. A ti fumando… ¿Fumas? —cuestionó recordando la imagen que hubiese pasado por su cabeza minutos antes. El acusado se giró para verle con ojos entrecerrados.
-Sólo cuando estoy molesto.
-¿Y porqué estabas molesto anoche? —preguntó con genuino interés. Pero Changmin le dio la espalda caminando rumbo a la puerta de su habitación. Jaejoong creyó que nocontestaría a su pregunta, reprendiéndose a sí mismo por preguntar cosas que no deberían de interesarle.
-Por cosas que no te interesan.
Esa fue la gota que derramó el vaso. Suficiente tenía con regañarse a sí mismo por la misma causa, para que Changmin viniera y le dijera exactamente lo mismo que él pensaba.
-Sí,tienes razón —gruñó entre dientes, logrando que el más alto se detuviera a dos pasos de su habitación y girara para verlo—. A mí qué me interesa si fumas,bebes o te drogas, sólo me interesa saber dónde está mi ropa para largarme de aquí. —Changmin únicamente enarcó una ceja y se cruzó de brazos para recargarse contra el marco de la puerta.
-Lo lamento mucho, Jaejoong – la señora asomó la cabeza desde la cocina, y tanto Jaejoong como Changmin se voltearon a verla habiendo olvidado que no estaban solos—,pero tu ropa está en la lavandería. Me la regresarán esta tarde, para las seis ya la tendrás de vuelta.
-¡Genial,ahora me veo obligado a pasear semi desnudo por este lugar! —ahogó frustrado.Estaba enojado. Mucho muy enojado, pero enojado consigo mismo.
-Sí,genial —secundó el susodicho decidiendo pasar por alto el sarcasmo de Jaejoong yentrando a su habitación, pero este le siguió nada dispuesto a ser ignorado. Se detuvo cuando encontró a Changmin quitándose los tenis sentado sobre la cama,girando para verlo—. Sí, es genial tenerte semi desnudo y dando vueltas por mi piso. Me encanta ver cómo ajustas la cinta de la bata a tu delgado cuerpo dejando ver tu piel blanca —Jaejoong se sintió enrojecer—. Pero puedo prestarte ropa, claro. Aunque si decidieras no usarla,no respondería por mis acciones.
-¡Eres un imbécil! —exclamó. Changmin se puso de pie caminando hasta la puerta y Jaejoong retrocedió cuanto pudo, chocando contra la pared. La mirada de su guardaespaldale perturbaba más que antes, las cejas arqueadas con disgusto y la mirada fríal e asustaban.
-Tú lo eres más por emborracharte de esa forma —aseguró pegando ambas manos contra la pared a los costados. —Jaejoong tragó saliva con dificultad, sintiéndose inseguro y acorralado al saberse a solas con Changmin en su casa.
-¿Dime que es lo que recuerdas? —preguntó dejando vagar la mirada por los labios entreabiertos de Jaejoong, que temblaron de manera inconsciente apenas este se dio cuenta, apresurándose en responder.
-¡Casi nada! —apuró, pero los ojos de su guardaespalda se centraron en los suyos—. No sé cómo llegué aquí, ni por qué estoy desnudo. ¿Quién me quitó la ropa? —La sonrisa torcida en aquellos labios delgados le dio un mal presentimiento, que se acrecentó cuando una de sus manos se separó de la pared para señalarse a sí mismo—. ¡TÚ, ah pervertido! ¿Qué más hiciste? —demandó sintiendo su rostro arder por el sonrojo y sus piernas amenazándole con no responder.
-Nada que tú no quisieras. —evadió volviendo a acorralarlo contra la pared.
-¡Estaba tomado, cómo iba yo a saber qué quería o no! Dime qué me hiciste, idiota. -Quería saberlo todo, quería que le dijera qué había pasado anoche. No se conformaría con una respuesta tan ambigua como la que le estaba dando. Quería saber si él… ¡No, eso no quería saberlo! Eso no podría ser…
-Ya te lo dije, nada que tú no quisieras. -repitió logrando acelerar el pulso del otro.¿Qué quería decir con esas palabras? ¡Maldición, ¿qué?! ¿No podía ser un poco más específico?
-Me… me…—Su corazón había empezado a latir a toda prisa sólo de pensar lo peor. Sus mejillas se sonrojaban al compás de su hiperactiva imaginación haciendo de las suyas: Había amanecido desnudo en la cama de Changmin y por lo que había podido ver, el departamento del sólo tenía una enorme habitación, con una sola cama. Amenos que Changmin hubiese dormido en el sillón –cosa que dudaba–, habían dormido juntos… Sacudió la cabeza al imaginarlo—. No, no pasó nada contigo, de eso estoy totalmente seguro. —aseveró viéndolo fijamente.
-¿Ah sí?¿Y qué te hace estar tan seguro? —De nueva cuenta, el muy maldito pretendía hacerle dudar con sus palabras. ¡Estaba seguro y punto! Estaba al tanto del dolor que se sentía después de haber mantenido relaciones con otro hombre.
-Lo sé y estoy seguro que de haber sucedido algo contigo, ¡yo sería el primero en sentirlo! —aseguró totalmente rojo, y Changmin cerró los ojos permitiéndose sonreír levemente. Jaejoong se sintió extraño, siendo la primera vez observaba entre las muecas que solía hacer el chico, una sonrisa tan notoria. Quizá fuera leve, pero aquella semi sonrisa bastaba para hacerle sentir el cuerpo temblar.
-¿Qué te hace pensar que serías tú el primero en sentirlo? Quizá sea yo el adolorido. -Changmin volvió a mirarlo, y Jaejoong abrió enormemente los ojos al escucharlo.
-¡¿QUÉ?!Estás mintiendo, es una mentira de tu parte. No pasó nada entre nosotros. ¡Me estás mintiendo!
-No deberías tomar si no puedes controlarlo. Estas son algunas de las cosas que suceden cuando pierdes la consciencia.
-No estás para darme sermones —recriminó intentando serenarse—. Dime la a verdad, ¿qué pasó anoche?
-Te lo he estado diciendo desde hace rato. Nada que no quisieras… —Y sin esperar respuesta alguna, sus pasos acortaron la distancia con Jaejoong, tomándolo dela nuca para sellar sus labios.
Había sido sorpresivo. Lo admitía, había estado esperando que lo besara todo el tiempo en que se hubiera mantenido acorralado contra la pared, pero no lo había hecho. Y sin embrago ahora lo hacía tomándolo por sorpresa, inundando sus sentidos con su inconfundible aroma, llenado su boca con su sabor, que por esta ocasión no le arrebataba el aliento, pero que de igual forma le inflamaba la sangre. Las descargas eléctricas que sus manos provocaban sobre su cuerpo le arrancaban la consciencia y le hacían perderse en el mar de sensaciones que sólo el sabía provocarle.
Pero igual de sorpresivamente a como hubiera llegado, así se retiró.
-¿No te parece esto excitante, engañar a tu novio y mi novia? —susurró volviendo a acortar distancia con su rostro, pero el Jaejoong desvió el rostro, por lo que aquel roce de labios recayó sobre su mejilla.
Y tenía razón, estaba siendo un desgraciado el siempre había sido feliz solo con ver a Yunho, pero ahora estaba engañándolo y lo peor de todo, es que no sentía culpa alguna.
Pero por otro lado estaba la novia de Changmin que no entendía porque lo besa a él, si tiene novia y más si era Heterosexual y aun así juega con existencia. No debía dejar que lo tocara de nuevo y menos sentir sus labios porque de algo estaba seguro.
Que los labios y el cuerpo de Changmin eran embriagantes y que era difícil a rehusarse.
Sus ojos oscuros se abrieron, topándose con la mirada castaña detenida en su rostro sonrojado. Esta lucía oscura, pero llena de una calidez que nunca antes le hubiera visto. El dedo índice de su guardaespalda se deslizó por su suave mejilla, que se sintió tentado a retenerle la mano para que continuara la caricia.
-¿Me acompañas a tomar un baño? —preguntó bajo. Jaejoong se sintió despertar de un absurdo sueño y manoteó la mano frunciendo el ceño.
-¡Olvídalo,imbécil! —reaccionó dándole la espalda.
-Como quieras.
Se dejó caer en el colchón de la cama con pesadez y las manos entrelazadas entre sus piernas, prometiéndose una y otra vez jamás volver a tomar tanto como la noche anterior. Nunca dejarse llevar por la bebida. Él podía controlase, no entendía por qué había terminado sobrepasándose tanto. Nada tenía que ver su aburrimiento, eso lo sabía. Había querido borrar los besos de Changmin con alcohol, pero entre más bebía más los revivía. Y ahora estaba en su casa, cubierto sólo por una bata de toalla, sin su ropa y sin dinero, porque su cartera estaba en el pantalón que ahora estaba en la lavandería.
Aún sensible al calor de aquellos labios sobre los suyos, a esa corriente eléctrica que le recorría las venas cada vez que Changmin le tocaba. ¡No, simplemente no!Su cerebro se negaba a procesar las palabras que él le hubiese dicho antes de besarlo. Era imposible que hubiera tenido relaciones con ese engreído. Era inconcebible que lo hubiera hecho. ¡No entregaría su virginidad a ese imbécil!
-¿Qué hago? Se dijo, mientras el aroma de al perfume de Changmin le inundaba los sentidos. Estaba cansado. Quería cerrarlos ojos y despertar en su habitación, tenia una culpa grande y esa era Yunho pero tenia algo dentro de su corazón que latía a mil por hora.
-Ah!!! Con ese egocéntrico de Shim Changmin, todo es posible..- suspiró mentalmente.
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Estaba en su casa tendido en su cama y buscando las palabras exacta para hablar con Yunho no sabía que hacer, pero tenia que hablar ahora o nunca no quería que esto llegara a más.
Tomo su chaqueta y las llaves de su carro y manejo directo al departamento de Yunho.
Sus manos sudaban y no tenía la menor idea que decir cuando lo tuviera al frente.
Tanto pensar en su habitación no le sirvió de nada, haber martillado su mente solo hizo dolor mas su cabeza.
Llego al departamento de su amor como solía ser antes, toco el timbre pero nadie salió a su encuentro. Tenía una tarjeta que el mismo Yunho le había regalado para que entrara a su departamento cuando quisiera, la busco y entro al departamento estaba en total silencio, las cortinas estaban cerradas, subió las escaleras y busco en el segundo piso, en el estudio que solía tocar no estaba y ninguna de las habitaciones, fue a la última y única pieza que le quedaba.
Su corazón se acelero cuando pudo oír unos claros ruidos venir del fondo del pasillo, de seguro estaba ahí y ahora que lo pensaba temía y no sabia que decirle..
Camino cautelosamente hacia el fondo y cuando llego hasta su destino, tomo el picaporte de la puerta y los ruidos proveniente que anteriormente escuchaba se hicieron mas intensos.
Una corriente recorrió su cuerpo y una punzada cruzo su corazón al ver, como su actual y quizás ex amor estaba dando placer a otro chico.
Sus ojos se abrieron de par en par y sus piernas temblaron, tapo sus oídos no quería seguir escuchando esos gemidos, quería entrar y encarar a su ex amor y decirlo lo desgraciado que era.
Pero no iba como iba a llegar a decirle algo así, si el mismo a tenido roces y otras cosas con su guardaespalda, pero aun así dolía, ver como era otro chico que le decía que lo quería y le daba amor, su mente voló rápido, ya no podía ver mas y no supo en qué momento de sus ojos caían lagrimas, se alejo de la puerta tratando dejar de escuchar esos gemidos, dio la vuelta y salió corriendo del lugar dejando a tras ese amor de años y dejando su corazón que ante le pertenecía a su ex amor.
Corrió escalera abajo no quiso esperar ascensor ni nada, solo sus piernas se movían,llego hasta el estacionamiento y dejo su cuerpo apoyado contra el capo del su carro. Se repetía una y otra vez lo estúpido que había sido, se sentía utilizado y decepcionado.
-Yo… yo fui el culpable si solo no hubiese esperado tanto Yunnie. Quizás el no estaría buscando otro cuerpo, no estaría engañándome con otro chico, si solo yo…
-El es el estúpido Jaejoong…
Solo escuchar esa voz su furia creció, si no hubiese parecido Changmin en su vida de seguro estaría con Yunho todo bien.
-Vete maldito… VETE!!!!
No se atrevió levantar la vista, y que viera su estado el ser más desagradable, no señores ni lo iba a permitir…-Maldición Te odio como te odio… -dijo derrotado al sentir la soledad y un silencio que dolía.
Pero poco duro todo aquello ya que unos firmes brazos rodearon su cuerpo y una aroma que ya tenía calados en los huesos hicieron que levantara la vista y se encontrara con el perfil de su guardaesplada.
-Su..suelt.
-Shh solo un minuto, tan solo un minuto te dejare que llores en mi hombre.
Y no tuvo motivos, ni razón para alejarlo después de todo necesitaba llorar y un hombro en la cual mojar o llenar de mocos y ahí estaba Changmin brindándole uno.
Llevo sus manos a la espalda de este y apretó fuertemente su saco hasta que los sollozos de Jaejoong cesaron.
-Vamos te llevare a tu casa.
-NO… por favor ahí no…- dijo mirando los ojos chocolatados de su Guardaespalda
-Donde quieres ir entonces.
-Y … yo puedo quedarme esta noche contigo.., dijo ruborizado.
- Si eso quieres…-respondió Changmin y no iba negarse después de ver y sentir como ese chico tan importante para el, estaba destruido por un idiota como Yunho.
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-Quieres algo de tomar, hoy no esta Mai y no se me da lo culinario para cocinarte algo, pero si quieres podemos pedir algo.
-No, está bien yo puedo cocinar si tu quieres.
-Bien entonces toda tuya la cocina.
Si era un cocinero y eso se lo iba a demostrar, preparo un plantillo rápido pero excito,se sentía raro sabia que él y su guardaespalda no se llevaban bien, pero por extraña razón el siempre estaba cuando el se sentía mal o necesitaba ayuda. Iba agradecérselo con el mejor plato que haya hecho.
Se sentaron a cenar era una maravilla mesa y para que decir lo feliz que Changmin comía cada uno de los platos preparados por Jaejoong.
-Está todo muy excito, realmente no te tenía fe para la cocina.
-Gracias,pero esto no es nada.
-Verdad, entonces me gustaría probar más de ti…- dijo este lamiendo sus labios y viendo como Jaejoong se sonrojaba.
-Quizás en un futuro muy pero muy lejano te haga otro…- dijo tratando de calmar el sonrojo por lo dicho anteriormente Changmin.
-Entonces lo esperare, y mejor vamos a dormir ya es tarde.
Ah dormir, eso sería dormir con el en la misma cama pero esta vez seria lucido, ah no no no no
Se rehusaría no iba dormir con el nuevamente.
-Yo lavare los trastes y dormiré en la sala, tú puedes ir a descansar ya...- Dijo levantándose rápidamente de la mesa y entrando a la cocina para dejar los platos en el mueble
-De verdad no quieres venir conmigo…- Replico acercándose por detrás de Jaejoong pasando una manos por la cintura y pegar su cuerpo al del…- Pasaras frió en la sala y en mi cama es mas caliente que un sillón…
-He!! No…no gracias estaré bien ahí e… no alcanzo a terminar ya que al sentir que su guardaespalda lo tomaba mas fuerte por la cintura y sentir el miembro de Changmin chocar en su trasero lo hiso perder un poco la compostura…-En el sillón dormiré ahí… dijo alejándose del otro.
-OK después no digas que no te lo advertí
-No te molestare.
-Ya lo haces… adiós.
Si no dijera que eso último no le dolió estaría mintiendo, solo por hoy aceptaría ya mañana volvería hacer el mismo Jaejoong de siempre solo con una excepción,seria soltero.
Lavo cada unos de los trastes y se fue a la sala a ver si podía conciliar el sueño, miro el sillón y dudo unos minutos que fuera cómodo. Dio la vuelta y miro la puerta de la habitación de Changmin.
-No No y No, No entraran en esa habitación nunca más ok Jaejoong…- se dijo así mismo al pensar que podría quizás ir a dormir con su guardaespalda.
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Eran las dos de la madrugada y aun no podía dormir, su cuerpo dolía y no era para nada cómodo ese sillón y era verdad hacia un frió de los mil demonios.
-Porque juntamente hoy tiene que hacer tanto frió…-dijo frotando sus brazos
-Te lo dije.
-Cha…Changmin porque aun no estas dormido… dijo al escuchar la voz tan conocida, para mirar al pasillo y ver una figura en la penumbra de la casa.
-Es difícil dormir cuando tienen a una desconocido en casa y sabes que morirá de frió…- dijo algo fastidiado…- toma esto te ayudara a quitar el frió
-Gra…gracias…- dijo este al ver como Changmin se daba la vuelta para ir a su habitación alcanzando escuchar una vez más la invitación…-Dejare la puerta abierta de mi habitación si quieres ir a dormir haya.
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Se sentía mas cálido, pero aun así no podía dormir miro su Móvil y marcaban las 2:30 de la madrugada, boto el aire de sus pulmones y podía ver como el calor abandonaba su cuerpo con ese vapor blanco de su boca.
Que podía hacer de seguro si se quedaba ahí moriría de frió y estaría enfermo por mucho tiempo, pero ir a dormir con Changmin era como entregarse a un psicópata o prácticamente que el lobo te comiera…
-Ahhh!!!!Que hago…- dijo este y sobresaltándose al sentir vibrar el celular, lo tomo y sus ojos se abrieron al leer el mensaje…- “Vena ahora”
Este tecleo rápidamente respondiendo el mensaje “no recibo ordenes de nadie”.
Su celular volvió a sonar, con otro mensaje “Como quieres cerrare la puerta”
Sus manos se movieron sin poder evitarlo respondiendo a su mensaje.
“iré, iré no la cierres”
Había aceptado y ahora se arrepentía porque su cuerpo trabaja ante que su mente.
Se puso de pies caminando a la habitación, su corazón latía acelerado y su cuerpo tiritaba y no sabía si era por el frió o los nervios, cuando llego a habitación y vio que claramente estaba abierta la puerta, miro como todo dentro de ella estaba en penumbra.
-Ven…-Dijo Changmin prendiendo una lámpara de su buro y haciendo un gesto para que Jaejoong se acercara a su cama.
- No, yo dormiré a ese lado…- dijo apuntando el rincón de la cama.
-OK,entra ya…
No se dijo mas Jaejoong subió a la cama, y se metió debajo de las cobijas y sintió como esta estaban cálida y reconfortarble.
El silencio reino en la habitación y no sabía si Changmin dormía ya que este estaba de espalda.
-Changmin,estas despierto.
-mmmm.
- Oye por lo de hoy... Gracias .
-De nada
-Changmin yoo.
-Descasa Jaejoong…
-Pero yo.
-Jaejoong no hagas esto mas difícil…- dijo dándose la vuelta y quedar frente a frente.
Yo solo te estoy ayudando porque sé que es doloroso ser engañado, Pero ya para de hablarme y duérmete.
-Dime Porque a veces eres dulce y otras veces eres un desgraciado como lo eres ahora Changmin.
-Porque evito a gente como tú.
-Como yo ah que te refieres.
-Nada buenas noches…- dijo este dándose la vuelta, pero la mano de Jaejoong lo jalo dándolo vuelta dejando dejándolo frente a frente.
-No, me dirás ahora que es lo que te pasa.
Esta vez no iba seguir el juego de Changmin y le iba decir que le pasaba si o si, sus ojos se clavaron el los de su guardaepalda y lo miro retadoramente, vio como las manos del cuerpo que tenia abajo se movieron lentamente una se deposito en su rostro y la otra paso por su cintura y en un fuerte movimiento Changmin tiro de su cuerpo y acorto toda distancia que había entre los dos.
No sabía que hacer, pero sentir el cálido cuerpo de su guadaespalda le embriagaba. Sintió el cálido aliento en su oreja y esa voz sensual.
-Te lo dije, que no lo hagas difícil, ahora no podre dejarte ir.
Sus ojos se abrieron y de un solo movimiento su cuerpo quedo tendido en la cama con Changmin encima.
-Qu… que estas haciendo aléjate.
-Shhhhh…
Pero sus palabras quedaron atrapadas en su garganta, ya que su boca fue asaltada por la Changmin. La lengua de Changmin abriéndose paso en su boca le hizo reaccionar de inmediato, endureciendo algo en su entrepierna mientras trataba de soltarse sin éxito. Esos besos cargados de deseo, de pasión, le arrebataban en un instante los sentidos, le hacían…
«Te gusta la pasión con la que te besa y te hace reaccionar» respondió esa voz interior haciéndole sonrojar.
Su corazón latía a toda prisa ante aquellos roces tan sugestivos, tratando de arrancarle los gemidos, bajaba con sensualidad rozándole de forma delicada, cosquilleando, mordisqueando de a ratos para recorrer con la lengua la textura de aquella piel que había quedado expuesta gracias a los botones desabrochados. Jaejoong luchaba contra su propio cuerpo, porque pese a sentirse molesto, decepcionado y profundamente herido, no podía negar que las caricias de Changmin le hacían reaccionar a su cuerpo
El deseo, sí, sólo el deseo estaba haciendo, de nuevo, presa de él y no podía, no debía. Se había prometido que Changmin jamás volvería a tocarlo y ahí se encontraba, otra vez, temblando bajo la pasión de sus besos, bajo el calor que le proporcionaba un cuerpo extraño y a la vez tan conocido. Su maldito cuerpo respondía como la primera vez en que le había besado.
Intentó alejarse, pero había sido demasiado tarde, la mano de Changmin le sujetó de la muñeca e impidió alejarse. Ese simple roce resultó peor que un rayo sobre su piel,que comenzó a cosquillear por todo su cuerpo haciéndole estremecer de pies a cabeza. El susto le impulsó a gritar.
-¡Suéltame!—tiró del agarre, pero éste le sostenía tan fuerte de su muñeca —volvió a rugir, pero Changmin permaneció quieto, sin dar ninguna seña de querer soltarle.
-Mientes. Lo deseas tanto como yo, tú me quieres —Jaejoong sintió el balde de agua helada caerle encima. - Tu cuerpo tiembla cuando te toco, te encienden mis besos y mis caricias. Estas enamorado, me amas y no sé porqué maldita razón me rechazas.
-No, no te equivoques conmigo —Siempre te he visto como el estúpido que ha cuidado de mi por un poco de dinero…- vio el ceño de su guardaespalda frunció y pudo ver algo en sus ojos que no supo como descifrar.
-Te demostrare que estas equivocado.
Las manos de Changmin tomaron con fuerza su cuerpo contra del y presionando sus labios contra los contrarios para evitarle seguir discutiendo. ¡Dios! Podía sentir la lengua del Changmin insistiendo para que abriera la boca y le dejara entrar, Este ultimo Apretó mas su cuerpo y Abrió la boca para gritar, lo que le dio la oportunidad a su guardaespalda para introducir su lengua y torturarle con ella, para probar y jugar con la suya, degustando el interior sin prisa dela misma sensual forma en que sólo él sabía hacer. Le hizo estremecer de pies a cabeza. Quería soltarse, liberarse de aquel que le tenía preso, pero su cuerpo no respondía, no a sus órdenes, sino al cuerpo que se ceñía contra él y le robaba los sentidos.
-Changmin…-murmuró quedó cuando se separaron para tomar un poco de aire, tratando de soltar aquellas manos que le apresaban, sin lograrlo.
Su corazón latía a toda prisa, su sangre quemaba en su interior y su miembro comenzaba a despertar. ¿Cómo negarse a la pasión que el sabía bien cómo despertar?
Quizas no estaba, tan mal con lo que había dicho minutos atrás Changmin.
no solo su cuerpo se estaba entregando a esas carisias sino también su corazón. Porque no supo cuando ni como, empezó amar a su estúpido guardaespalda.
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