martes, 20 de enero de 2015

MY ONLY EXCEPTION EPISODE 1

Episode  1

Habían pasado cuatro años desde que Kim Jaejoong, un joven músico y compositor coreano, tomó una de las decisiones más trascendentales de su vida: mudarse junto a su hermana Jinhee y su sobrina Gabrielle a la pequeña ciudad de Dublín y dejar atrás a su corea natal luego de la muerte de su madre Simone, ya que para ellos no existía ningún otro lazo que los atara a la capital Soul, por lo que la idea de comenzar una nueva vida en Irlanda y brindarle mejores oportunidades a Gabrielle no les pareció descabellada a los hermanos Kim.
En Dublín, gracias a su talento, Jaejoong logró conseguir trabajo en uno de los estudios de grabación más importantes y con el tiempo consiguió hacerse  de un lugar en el mundo de la industria musical, como compositor y productor.

Su vida era bastante monótona y rutinaria. Pasaba la mayor parte del día metido en el estudio, escribiendo canciones y supervisando personalmente la grabación del primer álbum de una nueva banda de pop-rock la cual estaba seguro que alcanzaría el éxito rápidamente y se haría de varios premios musicales para la estantería que había colocado en su sala de triunfos, donde estaban también las fotos familiares enmarcadas con marcos de plata. Sobre la repisa principal reinaba la foto de las tres mujeres de su vida: su madre Simone, su hermana Jinhee y su adorada sobrina Gabrielle. La foto ocupaba un lugar privilegiado, pues fue la última que su madre se había hecho antes de sufrir una crisis y perder la batalla contra el cáncer de mama que durante dos años la mantuvo sometida a dolorosos tratamientos y sesiones de quimioterapia. El joven compositor tenía claro que gran parte de su éxito radicaba en el talento de haber podido transformar una vorágine de sentimientos en letras y melodías con las cuales las personas se sentían identificadas.
Gozaba de una posición económica cómoda, que le permitía cubrir los gastos de una casa, sostener a su familia y darse uno que otro lujo, como alquilar por un par de horas un parque de diversiones para celebrar el cumpleaños de su sobrina o comprar ropa de diseñador y fina joyería.

Este año su sobrina Gabrielle cumplía cinco años y planeaba hacer algo igual de grande y sorprendente que el año anterior, sin embargo su hermana Jinhee le había prohibido cualquier exceso para celebrar el cumpleaños de la pequeña y en lugar de eso había pedido que pasaran un día más normal, celebrando en Sant Setpehn’s Green Park, para ver y alimentar a los cisnes que por la primavera arribaban al lago.

—No te tapes la cara tío, pensarán que me estás secuestrando — reprendió la pequeña halando la mano de Jaejoong, quien insistía en cubrirse el rostro con su bufanda.

—Soy alérgico al polen Gabrielle, si no me cubro la nariz tendré un ataque de alergia y moriré. —respondió el compositor, volviendo a ajustar la bufanda. Jinhee negó divertida al ver la mirada reprobatoria que su hija le había dado a su hermano.

—Ya dejen de ser tan dramáticos los dos y disfruten el hermoso paisaje primaveral — ordenó la rubia, animada.

—Sí mami. Tío Jae…

—Dime princesa.

— ¿Puedo subirme a tu espalda? — preguntó haciendo un puchero.

—Claro bebé, es tu cumpleaños — el chico se puso en cuclillas y Gabrielle se sujetó de su cuello y enredó sus piernas alrededor de la cintura del mayor. — ¿Lista?

— ¡Sí!, Eres el mejor tío del mundo— Jaejoong se levantó y sonrió ampliamente.

— Y tú la niña más hermosa del universo. — Se le quedó viendo maliciosamente a su hermana mayor — ¿Qué te parece si hacemos una carrera hasta el lago, JinHee?

—Jae, eso es una locura…

—Sí, lo es, así que… ¡Alcánzanos si puedes! — gritó antes de salir corriendo en dirección al lago con Gabrielle sobre su espalda riendo divertida.

— ¡Hey! ¡Eso es trampa! — protestó Jinhee yendo tras ellos lo más rápido que sus zapatos de tacón le permitían.

— ¡Eres muy lenta mami!

— ¡Claro que no, es solo que Jae tiene piernas largas!

— ¡Eres lenta, Jin! — gritó el compositor, mientras esquivaba con agilidad a las personas en su camino.

El parque estaba atestado de familias que disfrutaban del radiante sol y del buen tiempo primaveral. Jinhee dejó que Jaejoong y su hija se adelantaran hasta el lago, pues con los zapatos de tacón que llevaba puestos era casi imposible darles alcance. Había preparado un pastel, emparedados y ensalada de frutas para festejar el cumpleaños de su hija, así que tampoco era buena idea seguirle el juego a su hermano menor e ir corriendo tras ellos.  
Ya frente al lago, Gabrielle no dejaba de señalar a cada uno de los cisnes que elegantemente nadaban por las aguas verdeazules.

— ¡Mira tío, ese cisne de allá  es igual al de mi libro! — indicó emocionada la pequeña de cabellos castaños.

—Sí, tienes razón, tal vez sea una princesa.

— ¿Tío, tú crees que es Odeth?

—No estoy seguro cariño, pero tal vez cuando salga la luna se transforme en una princesa. — respondió agachándose a su lado. Gabrielle sonrió complacida por la respuesta.

— Eso sería increíble  — expresó abrazándose a su tío.

—Sí, sería genial — concedió abrazando a la pequeña también

—Dios, al fin llegué… — se quejó Jinhee, dejando la cesta en el césped. Jaejoong y Gabrielle la miraron y sonrieron cómplices.

—Sabías que veníamos al parque Jin, no debiste usar esos zapatos tan altos.

—No tendría que usar tacones si tú no fueran tan alto Jaejoong— espetó, sacando la manta cuadriculada de la gran cesta — Además, no quería dañar el pastel que hice para Gabrielle. Vamos, no se queden ahí parados, necesito ayuda. — Jaejoong se incorporó y fue con su hermana, tomó la manta y la extendió bajo la sombra de un frondoso cerezo.

— ¿Les parece bien éste lugar señoritas? — preguntó haciendo una reverencia a su hermana y sobrina. Jinhee sonrió y luego asintió.

—Sí, es perfecto Sir Jaejoong. — respondió haciendo una reverencia también

— ¿Mami, trajiste pan, ya sabes, para los cisnes?

—Sí — buscó dentro de la cesta una hogaza de pan y se la dio  a su hija —Ten preciosa, solo ten cuidado y no te acerques mucho al lago.

—Okay— dijo mientras comenzaba a sacar pequeñas bolitas de pan para arrojarlas al lago. Jaejoong suspiró viendo a la pequeña.

—Crece muy rápido, no puedo creer que ya tiene cinco años — comentó la rubia, viendo también a su hija.

—Ni yo, aún recuerdo cuando le cambiaba los pañales y le cantaba para que pudiera dormir. — dijo nostálgico. Jinhee sonrió y lo abrazó.

—No sé qué habríamos hecho sin ti Jae, Te debemos mucho. — dijo apoyando su cabeza sobre el hombro de Jaejoong.

—Solo hago lo que me corresponde, además amo a esa pequeña traviesa, ver su sonrisa cuando llego casa es todo lo que necesito para estar bien. Ustedes dos son mi única familia y las únicas personas en las que confío plenamente. —Jinhee suspiró.

—Sigo pensando que deberías…

—No necesito una pareja Jin, estoy bien solo, además amantes no me faltan.

—Lo sé… — respondió con decepción. Jaejoong era un hombre talentoso y apuesto, pero le tenía fobia al amor y eso comenzaba a preocuparle, pues su hermano cambiaba constantemente de amantes y el hecho que fuera bisexual le complicaba más las cosas al tratar de encontrarle una pareja ideal.

—Hey Jin, ¿estás bien? — preguntó agitando su mano frente a los ojos de la aludida, quien sacudió la cabeza y asintió.

—Sí, solo estaba pensando si… si traje las velas para el pastel. — respondió

—Ah, iré con Gabrielle, ya casi no le queda pan y los cisnes la perseguirán. — Jinhee asintió buscando en su bolso las velas para el pastel.

Luego de colocarle a Gabrielle una pequeña tiara de princesa con piedras de colores y listones rosados cantaron el feliz cumpleaños y la pequeña pudo pedir un deseo al apagar las velas. Jaejoong tomó decenas de fotos inmortalizando el feliz momento, comieron la comida que Jinhee preparó y se sirvieron una rebanada del sabroso pastel de crema.  De regreso a casa, Jaejoong tuvo que cargar a Gabrielle de nueva cuenta, pues la pequeña se había quedado dormida durante el trayecto.

—Pobre pequeña, se divirtió tanto en el parque que cayó rendida. — susurró la rubia viendo a su pequeña dormida en los brazos de Jaejoong.

—Es un verdadero angelito cuando está dormida. — acotó el compositor sonriendo.

—Sí, mañana debo llevarla a su control con el pediatra, solo espero que la sesión de fotos no se prolongue demasiado. — comentó mientras le quitaba los zapatos con cuidado a Gabrielle.

— ¿A qué hora es su cita con el pediatra?

—A las diez de la mañana — Jaejoong frunció los labios y subió con cuidado las escaleras seguido por su hermana — Yo la llevaré

—No, tú tienes trabajo y yo…

—Esas sesiones siempre se prolongan más de lo planeado Jin, así que yo la llevaré, igual ninguno de los chicos de la banda llega al estudio antes de mediodía, puedo pedirle a Yoochun que prepare todo e ir a al trabajo por la tarde. — argumentó entrando en la habitación de Gabrielle.

—Jae…— el rubio negó y depositó con cuidado a la pequeña sobre su cama.

—Tú debes ganarte un nombre como maquillista profesional Jin, esta sesión es importante, si logras impresionar a los editores de la revista los contratos te lloverán y sé que ese es uno de tus sueños, cariño. —Jinhee suspiró con pesadez y después asintió.

—Gracias. — soltó de la nada y Jaejoong la abrazó y le dio un beso en la frente.

—No es nada, sabes que amo participar de la vida de Gabrielle, sólo dame la dirección de la clínica y el nombre de su doctor y todo estará bien, lo prometo.

—Okay, le pondré su pijama y bajo en unos minutos con la información — Jaejoong  asintió y salió de la habitación después de dejar un beso en la frente de la pequeña.  

Minutos más tarde Jinhee bajó a la sala, donde su hermano estaba sentado frente al piano interpretando una de sus primeras melodías.

— ¿Vino? — preguntó al notar la presencia de su hermana.

—Una copa no me caería nada mal — Jaejoong asintió y enseguida se puso en pie y sirvió una copa de vino blanco para su hermana — También estás pensando en ella ¿cierto? — cuestionó abrazándose a sí misma. Jaejoong asintió.

—Es difícil no pensar en mamá en fechas como éstas… — respondió nostálgico y entregándole la copa de vino a la rubia.

—Aún recuerdo su sonrisa cuando nació Gabrielle, estaba tan feliz, decía que ella era la bebé más hermosa  — Jaejoong sonrió.

— Gabrielle le brindó mucha felicidad en sus últimos días de vida…

—Sí, cada día la extraño más…

—Yo también, a veces me gusta imaginar que está sentada junto a la chimenea escuchándome tocar el piano. — Jinhee le sonrió y lo abrazó.

—Mamá amaba tu música Jae, ella siempre supo que serías un gran músico y compositor.

—Ella tenía mucha fe en nosotros Jin y por eso es que debes cumplir tus sueños, por mamá, por Gabrielle y sobre todo por ti misma.

—Lo sé — suspiró — creo que me acostumbré a ser mamá y me cuesta mucho delegar funciones cuando se trata de Gabrielle…

—Eres una madre egoísta, solo la quieres para ti — recriminó y Jinhee rio.

—Sólo comparto a mi bebé contigo, sabes que eres más que un simple tío para ella.

—Sí…

—Ten, aquí anoté el nombre de la clínica y del pediatra de Gabrielle como pediste — dijo entregándole un pedazo de papel al rubio. Jaejoong lo tomó,

—Dr. Jorg. Shim, Médico Pediatra… — leyó. — su apellido no es irlandés.

—No, el Dr. Shim es coreano como nosotros, se mudó aquí después de divorciarse de su esposa.

— ¿Cómo sabes esa información Jinhee Kim? — peguntó viendo serio a su hermana.

—Me gusta hablar con las otras madres que llevan a sus hijos a la consulta. — respondió encogiéndose de hombros. — es un hombre muy agradable y a Gabrielle le simpatiza mucho, pero es muy mayor para mí, así que ya quita esa cara Jae — dijo alzando su copa y bebiendo un sorbo de vino.

—Bien, en ese caso me quedo tranquilo — murmuró. El iPhone de Jaejoong que estaba sobre el piano, comenzó a sonar y este hizo un mohín y lo dejó que siguiera sonando.

— ¿No piensas contestar?

—No, es Daniel, está en la ciudad y quiere verme — contó tomando el resto de su copa de vino —pero… hoy no me apetece salir con él.

—Sales mucho con él ¿tienen una relación?

—No, él solo me gusta y además es bueno en la cama, ¿más vino? —Jinhee negó.

—No, ya es tarde y debo preparar las cosas para mañana, tu deberías de irte a la cama también, Gabrielle, se pone muy inquieta cuando tiene que ir al doctor, le teme a las vacunas.

—Me iré a dormir en un rato Jin, Descansa, mañana te espera un gran día — Jinhee asintió, se acercó al rubio y le dio un beso en la frente.

—Descansa Hermano.

—Tú también Hermana. — la rubia subió a su habitación y Jaejoong continuó bebiendo su copa de vino, leyó la veintena de mensajes que Daniel le había enviado y luego apagó el teléfono con fastidio.

 ****************************************************************************************

Al día siguiente y luego de seguir al pie de la letra cada una de las instrucciones de Jinhee, Jaejoong llevó a su sobrina a la consulta con el pediatra y ya en la clínica fueron directo a la ventanilla de la recepción para reportarse.

—Buenos días — saludó educado el rubio y la mujer de unos cuarenta y tantos años levantó su vista. — Mi sobrina tiene una cita con el Dr. Shim.

— ¿Nombre? — preguntó aburrida

— Gabrielle Kim. — la mujer verificó el nombre de la pequeña en su computadora y asintió frunciendo los labios.
—Sí, el Dr. Shim la verá en unos minutos, puede ir a la sala de espera y una enfermera irá a avisarles cuando puedan pasar.

—Okay, gracias por su ayuda… Agatha — leyó el gafete que la mujer llevaba — es muy amable — agregó irónico sin dejar de sonreírle encantadoramente. La mujer sólo le hizo un gesto con la mano para que se retirara de su ventanilla.

—Vamos a sentarnos princesa — dijo el rubio tomando la mano de su sobrina.

—Mami dice que esa señora ha tenido muchas navidades pero ninguna noche buena. — Jaejoong contuvo una risotada — ¿Papá Noel no le trae regalos en navidad? — cuestionó con inocencia la niña. El adulto asintió, dando gracias al cielo que su sobrina aun no pudiera entender el significado real de la frase que acababa de repetir. 

—Sí Gabrielle, Papá Noel sólo le da regalos a las personas buenas y amables.

—Oh, pensé que sólo los niños teníamos que portarnos bien — indicó sorprendida.

—No, lo de ser buenos aplica para todos sin importar nuestras edades, princesa. — señaló, mientras se sentaba en uno de los sofás de la sala de espera, y la media docena de madres que aguardaban a que sus hijos fueran atendidos se le quedaron viendo con descaro. — Buenos días — saludó y algunas de las mujeres le sonrieron con coquetería, mientras otras sólo asintieron y devolvieron el saludo por educación.

— Papi, recuerda que mamá y mis hermanos nos esperan para almorzar — soltó Gabrielle abrazándose celosa al brazo de su tío, quien la miró confundido y luego asintió, captando las intenciones de la pequeña.

—Lo recuerdo cariño y camino a casa compraremos el helado favorito de tu mamá — dijo siguiéndole el juego y la niña sonrió, viendo después amenazante a una de las mujeres que no le quitaba la vista al compositor.
Esperaron sentados en el sofá un par de minutos, ojeando con indiferencia las revistas sobre salud infantil que estaban en la mesa frente a ellos, ignorando los comentarios y miradas indiscretas de las mujeres que los rodeaban, hasta que una enfermera apareció.

— ¿Gabrielle Kim?

— ¡Aquí! — dijo emocionada al escuchar su nombre y la enfermera sonrió.

—El doctor Shim te verá ahora, pequeña — informó la mujer.

—Genial.

— ¿No tienes miedo? — preguntó Jaejoong, recordando lo traumatizante que le resultaba ir al médico.

—Nop, el doctor Shim, dice que no hay por qué temer, porque él solo quiere que yo esté sana. — Jaejoong asintió y tomó la mano de la pequeña y ambos siguieron a la enfermera.

—Pasen, el doctor vendrá en un momento a atender a Gabrielle — dijo abriendo la puerta del consultorio para ellos.

—Okay, gracias — agradeció Jaejoong, observando las paredes multicolor y los animales de felpa que estaban sobre uno de los estantes.

—Mira tío, él es Charlie — señaló mostrándole un elefante de felpa que estaba sobre una de las sillas. — el doctor Shim dice que los elefantes son animales muy inteligentes y que pueden recordar muchas cosas. — Jaejoong observó detenidamente el animal de felpa cuando vio que la puerta del consultorio se abría.

—Hola, buenos días, disculpen la demora, un bebé quiso nacer antes de tiempo y tuvimos que ayudarlo…— se excusó sonriente el hombre de bata blanca que ingresaba en el consultorio. Llevaba el cabello desordenado y con aretes en las orejas, una imagen demasiado peculiar para un doctor.

— ¿Usted es el doctor Shim? — preguntó Jaejoong escéptico, pues su hermana le había dicho que Shim era un hombre mayor y el que tenía frente a él no podía superar los 27 años edad.

—Sí, lo soy — respondió sonriendo amable

—Está mintiendo — acusó Gabrielle cruzándose de brazos y mirando al médico con el ceño fruncido.

— ¿Qué dijiste Gabrielle?

—…el no es el Dr. Shim.

—Su hija tiene razón señor Kim, pero les puedo asegurar que sí soy el Dr. Changmin Shim, hijo del Dr. Jorg Shim, tu pediatra pequeña. — La niña enarcó una ceja en una prefecta imitación del gesto de su tío. — …el estará un par de semanas Washington y me pidió que lo cubriera durante ese tiempo y voy a atenderte, claro si tu papá no tiene inconvenientes en que lo haga. — dijo mirando al rubio, que solo atinó a asentir.

—Pero el Dr. Jorg dijo que estabas en África — Changmin asintió.

—Lo estaba, pero mi padre me necesitaba aquí, ¿Te molesta que sea tu pediatra? — Gabrielle negó.

— ¿Es cierto que jugabas futbol con un elefante en África? — preguntó emocionada y Changmin sonrió.

—Parece que mi padre no ha perdido su costumbre de contarle a todo el mundo sobre mí —Gabrielle negó sonriente. A Jaejoong le costaba concentrarse, el doctorcito era apuesto y su apariencia poco convencional le resultaba atrayente.

—Soy Gabrielle Kim — se presentó la pequeña extendiendo su mano al mayor. Changmin la estrechó.

—Un placer Gabrielle, yo soy Changmin Shim y seré tu doctor hasta que mi padre regrese de su viaje. — dijo tras presentarse formalmente con su paciente.

— ¿Puedo llamarte Dr. Changmin?

—Gabrielle… — reprendió Jaejoong.

—Descuide, no me molesta que me llame así, de hecho lo prefiero — dijo Changmin colgándose su estetoscopio al cuello —Veamos, qué tenemos aquí… — consultó el expediente clínico que estaba sobre su escritorio mientras  Jaejoong lo miraba desconcertado — Vaya eres una niña muy sana Gabrielle, tienes tus vacunas al día, buen trabajo papá. — felicitó separando la vista de la carpetilla y mirando al compositor, quien sintió mariposas revolotear en su estómago con tan sólo ver aquellos ojos color marron.

—…el no es mi papá, Dr. Changmin— aclaró la pequeña — Es mi tío Jaejoong y tiene un novio vampiro.

— ¡Gabrielle!

—Pero es cierto tío, es un vampiro y no me agrada. — Jaejoong la miró serio.

—Hablaremos en casa Gabrielle — indicó el compositor y la pequeña hizo un puchero.

—Dr. Changmin…

— ¿Sí?

— ¿Usted tiene novia? — Changmin negó — ¿novio?

—Gabrielle, suficiente.

—No tengo novia ni novio por el momento Gabrielle — respondió viendo a Jaejoong.

—Genial, deberías invitar a salir a tío Jae.

—Oh por Dios, no — murmuró con las mejillas encendidas el rubio — por favor ignórela, Gabrielle esta fuera de control y…

—Estoy recién llegado a esta ciudad y no conozco a casi nadie…

—Tío Jae conoce a muchas personas Dr. Changmin, él puede ser tu amigo. — interrumpió Gabrielle y Changmin sonrió.

—Gabrielle, el Dr. Shim debe estar acostumbrado a otro tipo de personas — comentó incómodo.

—Pero tú eres genial y mami dice que necesitas salir con alguien inteligente. — Changmin no pudo evitar reír ante el tono rojo que adquirió el rostro del rubio por las irreverencias de la pequeña.

—Gabrielle, será mejor que iniciemos con tu revisión — dijo sonriente, comenzando a revisar a la niña. La pesó y midió sonriendo satisfecho luego de comparar los datos de su anterior visita al pediatra. — Bien Gabrielle, todo está en orden, pesas 17 kilogramos y mides 1.08 m, serás tan alta como tu tío. — dijo guiñándole un ojo.

— ¡Sí! ¡Tan alta como tío Jae! — gritó aplaudiendo y dando saltitos. Jajoong sonrió y negó divertido, olvidando por un momento que estaba molesto con ella.

—Sí, pero debes comer muchos vegetales y frutas para que eso suceda. — Gabrielle hizo un puchero, ya que los odiaba.

—Tú tío tiene razón pequeña — señaló haciendo algunas anotaciones en el expediente de Gabrielle — Bien, hemos terminado Gabrielle, aquí tienes un caramelo.

—Naranja, mi favorito, gracias — le dio un abrazo al doctor.

—No es nada Gabrielle — le extendió una tarjeta a Jaejoong y le sonrió — Esa es mi tarjeta, por si me necesitan o quieres salir algún día a tomar algo conmigo…

—Eres el pediatra de mi sobrina.

—Técnicamente.

—Tío Jae te llamará Changmin, lo prometo.

—Vámonos Gabrielle — dijo tomando a la pequeña de la mano y saliendo del consultorio. —Adiós Dr. Shim. — se despidió serio. En otras circunstancias, habría coqueteado descaradamente con el médico, pero algo en él lo hacía sentirse cohibido y eso lo asustaba.

—Debes llamarlo tío, Changmin es lindo y me agrada.

—No lo llamaré, así que olvídalo y vayamos a casa. — Caminaron por los pasillos de la clínica y estacionamiento en silencio hasta el auto.  Jaejoong aseguró a Gabrielle a su silla de viaje en el puesto de atrás y luego se subió a la camioneta, le echó una mirada a la tarjeta del doctor que le entregó con sus teléfonos y negó, guardándola en su billetera. — Compraremos helado para tu mamá en el camino. — indicó al ver por el espejo retrovisor a su sobrina, que lo veía con el ceño fruncido.

—Como quieras… — respondió la pequeña cruzándose de brazos.

Jaejoong suspiró y puso en marcha el auto. Su sobrina podía ser muy terca cuando algo se le metía en su pequeño cabeza, justo como a él, pero Changmin no estaba en sus planes, así que la pequeña tendría que olvidarse del tema.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario