martes, 20 de enero de 2015

ROADS CROSSED EPISODE 6

Changmin caminaba en su habitación de un lado a otro, como un león enjaulado, estaba volviendo, jodidamente estaba volviendo, esa sensación que Jaejoong le había dejado después de hacerle la mamada hace dos años, esa “sensación” de que le gustaba Jaejoong, pero eso era un error, para eso había ido a ver a una psicóloga, para curarse y lo había logrado, perfectamente hasta que apareció el rubio, con esos labios carnosos que parecían haber sido creados para contener su pene.

Si, ya estaba duro de nuevo y eso que ya se había masturbado una vez, pero pensar en el rubio era inevitablemente para recordar la magnífica, perfecta y jodidamente caliente mamada que le había dado en el círculo de la muerte.

Las palabras de Loren volvieron a su mente, ella le había dicho que no estaba curado, que todo lo contrario, estaba estancado, en ese momento sinceramente no lo había entendido hasta ese momento, él no era gay, de eso estaba seguro porque no tenía ganas de hacer las mariconadas que hacían esos sujetos, ni ganas de usar tacones mucho menos, y peor aún, los hombres eran asquerosos, definitivamente, solo era Jaejoong, el problema solo era Jaejoong.

Lograba encenderlo como ninguna chica lo había hecho antes. Claro que Changmin seguía odiándolo pero no podía creer que su cuerpo reaccionara así con ese hijo de puta.

¿Por qué le había permitido a que volviera a hacerle eso? No podía explicarlo, al principio fue como revivir el nacimiento de su problema, pues lo que el rubio le había hecho hacía dos años lo había cambiado totalmente, nadie lo sabía pero el si estaba consciente de ello, y en ese momento, en el círculo de muerte Changmin se preguntó si le gustaba más que disgustarle, y al final… la duda pudo más que la razón, Changmin necesitaba saber si eso le gustaba o no.

Y vaya que le gustaba, lo había confirmado cuando su verga había soltado chorro tras chorro de semen en la garganta de Jaejoong, había sido totalmente fascinante, pues una vez que mando a la mierda todo y dejo que el rubio lo hiciera fue como rendirse ante algo, pero rendirse de una buena manera, su mente estaba en blanco solo concentrada en las sensaciones, y fue magnifico, no podía negarlo, y otra cosa… Se había dado cuenta que Jaejoong era mucho mejor dando mamadas y eso por algún motivo le molestaba, el hecho de saber que el rubio había tenido mucha “acción” después de el… no que él hubiera sido un santo pero realmente las cosas no habían sido iguales después de Jaejoong.

Estaba confundido, pero de algo estaba seguro, iba a hacerle pagar lo que le había hecho, porque de no ser por Jaejoong quizás Changmin nunca hubiera elegido ese camino, de alguna forma sentía que todo lo malo que sentía era culpa de Jaejoong y lo más fácil era castigarlo por algo que Changmin realmente no entendía.

—Changmin —este se sobresaltó asustado— hijo, ¿No has tocado un solo peso de tu cuenta del banco? —Changmin trató de calmarse al ver a su padre parado en la puerta, él era un hombre muy guapo de cual había heredado sus rasgos apuestos, sus ojos eran obra de su madre pues su padre los tenia de un negro oscuro.

—Claro que si papá… —comentó incómodamente Changmin.

—No estoy molesto hijo pero… no me voy a molestar si te los gastas un día de golpe como hacen los chicos normales de tu edad —Changmin pensó que normal no era gastar un par de millones de dólares en un día, su cuenta estaba intacta, incluso había crecido por los intereses, quizás se había duplicado y sin que el hiciera absolutamente nada más que dejarlo ahí en el banco.

Seguro su padre pensaba que Changmin era el chico más aburrido del planeta, odiaba salir en televisión, odiaba las fiestas de los niños riquillos y pagados de sí mismos, odiaba gastar dinero y odiaba todo lo que tenía que ver con el mundo de Shim Changmin el hijo del hombre más poderoso de Asia, claro hablando de dinero su padre era el que más tenia, todo había estado bien hasta que se había formado ese jodido grupo de B&W fabulosamente se le había ocurrido a su padre unir su enorme empresa con otras empresas enormes que llegarían a ser como sus pequeñas hijas o hermanas menores, fue así como se formó un grupo, los famosos empresarios y los hijos de dichos famosos, había un canal para ambos grupos, donde la gente miraba como esos niños ricos malcriados y mimados hacían un escándalo de su vida, metían en problemas a sus padres y demás cosas, ¿Cómo la gente podía ver la vida de otra persona en televisión? ¿No se morían del aburrimiento?

— Bueno… Deberías estar contento de que gaste lo que una persona “normal”  debe gastar al día ¿Sabías que hay tipos que tienen que mantener a su familia con cien dolares por día? Si papá a toda su familia —mascullo Changmin sentándose en su cama.



—Claro que lo se Hijo, y no estoy molesto, solo sorprendido, la verdad pensé que serias un chico alocado y rebelde, pero bueno resultaste ser más tranquilo —Changmin sonrió de lado, si claro, tranquilo, si su padre supiera que en varios barrios lo conocían y buscaban, si supiera que él se divertía sin dinero, en las calles, como un vagabundo.

—Bien por ti ¿no? —trato de bromear Changmin, no tenía una buena comunicación con su padre simplemente no sabía hacerlo.

—Si bien por mi… —su padre suspiró— a veces siento que fui un pésimo padre para ti, no tenemos la mejor relación del mundo de hecho no se mucho sobre ti ni tu sobre mi… y es muy incómodo decir esto pero estoy avergonzado de mí mismo.

— ¿Por qué?

—Por qué… llega el punto en el que… bueno como que me di cuenta que tengo un magnifico hijo y pensé que dándole todo podría ser un buen padre, y seguía pensándolo hasta que conocí a Víctor Hans —Changmin se envaró inmediatamente, ese sujeto era el padre de Tiffany… —Víctor me pateó el culo hoy, no hay cosa que él no sepa de su hija, me sorprendió realmente, porque ella es una chica y aun así el sabía cuál era su color favorito, cuáles eran sus prendas de vestir favoritas, se nota que es mejor padre de lo que yo lo soy, y pensé que quizás era demasiado tarde para…

— ¿Para intentarlo? —completo Changmin dejando por un momento de lado su incomodidad, su padre siempre le había tratado bien, claro que lo reñía cuando se portaba mal, pero bueno tampoco habían jugado baseball juntos como buenos amigos, hubo un tiempo en el que fueron unidos, cuando Changmin era un niño.

—Me siento tan estúpido Min, tratando de conocerte ahora que eres todo un hombre y vas a la universidad, y yo… ni siquiera sé que es lo que trata tu carrera, lo siento mucho hijo—Changmin suspiro, era incomodo hablar con su padre de esa forma, y lo odiaba pero solo era porque no estaba acostumbrado a hacerlo.

—No lo lamentes, prometo que un día hablaremos bien sobre todo esto —trató de animarlo Changmin después de todo era su padre, por más errores que este tuviera cometiendo.

—Gracias, sé que esto es incómodo para ti, y no lo negare, para mí también lo es, por que no sé qué decir o no decir para no fastidiarte, de hecho me sentía nervioso antes de venir a encararte, y ahora solo… pienso decirte toda la verdad, estoy asustado e inseguro, pero de algo si estoy seguro, eres mi hijo y te amo —su padre dio un par de palmadas en su espalda y salió de su habitación, Changmin suspiro y se dejó caer sobre su espalda, ese momento había sido jodidamente raro, pero despertó a su niño interior de alguna forma, pues su padre había pasado mucho tiempo con el Changmin niño.

Solo que cuando llegó a la adolescencia y dejo de ser un divertido niño necesito alejarse de sus padres y eso lo alejo más de su padre que de su madre, pues de algún modo su padre nunca había sabido lidiar con un adolescente, él era magnifico lidiando con niños, pero no con chicos grandes.

Cogió su celular y marco un número que sabía de memoria.

— ¿Hola?

—Loren, soy yo… necesito hablarte.

— ¿Min? ¿Paso algo? —este noto la preocupación en su voz, esa mujer era como una mejor amiga mucho mayor, y Changmin la apreciaba.

—Nada alarmante, bueno ningún accidente o algo parecido, es solo que… bueno creo que volví a enfermarme de “eso” otra vez…

                                                                  —&—

—Mim, me sorprendió que me llamaras —dijo Loren sinceramente, no se habían encontrado en su consultorio, Changmin le había pedido que se vieran en una heladería cerca de su casa, estaba seguro de que ahí nadie lo vería y con nadie se refería a Don y los demás chicos, el sabia por dónde se movían y mientras más cerca de su casa más seguro de evitar que descubrieran su identidad, la heladería tenía un jardín con pasto verde muy bien cuidado, muchas flores y pequeñas mesas con su propia sombrilla que combinaba perfectamente con la mesa de madera, era demasiado para Changmin pero de todas formas no había otro lugar para poder conversar con calma.

—Lo sé, lo siento no nos hemos visto en un par de semanas —de hecho Changmin no había podido salir a tomar un café con Loren desde que había vuelto a ver a Jaejoong hacia un par de semanas atrás.

— ¿Qué paso?

—Bueno… ya sabes volví a enfermarme…

—Espera, un segundo, ¿enfermarte? Min tu no estas enfermo —el la miro incrédula, ella perdió la paciencia en ese momento, furiosa se puso de pie y se alejó, Changmin abrió la boca totalmente sorprendido y corrió tras la mujer, no podía perderla, iba a irse a la mierda sin hablar nunca más con ella.

— ¡Loren! ¡Espera! —Changmin la sujeto del brazo ella se quedó quieta y lo miró con ternura, provocándole una sensación cálida parecida a la que su madre le provocaba cuando lo abrazaba, se sentía bien, ella acaricio su mejilla son sus manos delicadas, Changmin pensó si su muy corta barba le estaría picando los dedos.

 —Min, yo te quiero mucho, es por eso que me enfado contigo —el soltó su brazo y se quedó quiero esperando su reprimenda— volvamos, seguro que pronto nos traerán los helados.

Se sentaron nuevamente, poco después les trajeron los helados, Changmin estaba dispuesto a escuchar. Aunque no sabía si lo que le diría iba a gustarle.

— ¿Estás dispuesto a ver esto desde otro ángulo? —pregunto calmadamente ella Changmin asintió— de acuerdo, escucha Min, una persona es lo que de verdad quiere ser para vivir feliz, al contrario no es quien los demás quieren que sea, no deja que moldeen su forma de ser, a eso me refiero a que deberías dejar un poco de lado lo que los demás puedan pensar de ti y hacer lo que te salga en el momento, y lo digo enserio.

—Te refieres al chico…

—Me refiero a tu vida en general, enfréntalo Min, deja de evitarlo… ¿Lo harías? ¿Aunque sea por mí? —Changmin asintió aun que no estaba muy seguro sobre lo que quería que pensara Loren, simplemente lo intentaría y esperaba no decepcionarla.



                                                — &—

— ¿Estas limpiando este lugar? —pregunto Jessica mirando la vieja fábrica que lucía más limpia que antes, Changmin se desplomo en uno de los sillones, era agradable hacerlo y que no saliera una cortina de polvo, le había hecho limpiar a Jaejoong todo dos veces por que era claro que ese chico creído no sabía nada de limpiar, joder apenas podía agarrar bien la escoba, Jaejoong era tan inútil, solo servía para gastar dinero en ropa, fiestas y programas de televisión… además de que sabía dar buenas mamadas.

Alejo su mente de esos pensamientos para no obtener un problema entre sus pantalones.

—De hecho de eso quería hablarte…

— ¿Me dirás al fin porque me besaste? —Changmin asintió, ella se sentó cerca de él, y espero con paciencia, Changmin sabía que ella seria comprensiva.

—Escucha, confío en ti y lo sabes, te quiero mucho ¿Vale? —Ella asintió— porque lo que te lo voy a decir solo se lo dije a una persona en el planeta.

— ¿A quién?

—A mi psicóloga, nadie más que ella y yo lo sabemos, creo que debo decírtelo porque necesito tu ayuda.

—Nunca te lastimaría Min, eres mi mejor amigo —dijo ella con la voz algo compungida abrazando a Changmin y besando su quijada, apoyo su cabeza en su hombro y suspiró— somos mejores amigos, para toda la vida.

—De acuerdo. Solo no interrumpas, odio tener que hablar de ello —Changmin le contó todo lo que había pasado con Jaejoong desde hace dos años atrás hasta la deuda de vida y todo lo demás, la expresión de la rubia paso de una incrédula a una de preocupación pero Changmin no vio que su amiga comenzara a mirarlo con asco por lo que le había comentado.

— ¿Un chico te hizo dio dos mamadas?

— ¿Solo me vas a preguntar eso? —dijo Changmin exasperado, ella soltó una risita casi contagiando al chico.

—Hay tonto, es que me pareció cachondo… —él le tiro suavemente del pelo— ¡hay! Ten cuidado —chillo fingidamente.

—Quiero saber qué piensas, es en serio.

—Changmin… no pienso en nada, todo sigue igual que antes, ¿Acaso pensaste que por haberte enrollado con un chico dejaríamos de ser amigos? ¿Tan poco me conoces? —pregunto entristeciéndose.

—Yo no sabía cómo reaccionarias, es que bueno… Yo en tu lugar me hubiera golpeado fuerte por marica.

—Yo lo hice con dos chicas —declaro ella asombrando a su amigo— mucho antes de conocerte, jamás te lo conté porque no me pareció adecuado pero ahora te lo digo porque así sabrás que se cómo se siente ese miedo de ser discriminado, pero que importa ya que es tan hot ¿O no? —Changmin asintió, no podía negarlo, Jaejoong le ponía más caliente que ninguna otra chica.

—Tengo que ir a buscarlo, seguro ya está saliendo de su colegio… ¿Esperaras?

—Qué remedio —dijo ella contenta, amaba cuando Changmin le demostraba votos de confianza como ese, le hacía sentir especial para él.

                                                                  —&—



Changmin estaciono la moto de Don frente a la universidad de Jaejoong, y como siempre se dejó el casco puesto, desde esa distancia pudo ver que el rubio ya estaba en la puerta, hablando con otro rubio, Changmin sentía que conocía al otro chico de algún lado, pero no recordaba de donde, Jaejoong volteó hacia él y su sonrisa se perdió, se giró hacia el otro chico, le dijo algo y se alejó suavemente, Changmin se alisto para encender la moto.

— ¡Jae! —Changmin volvió a mirar, el rubio más alto se acercó a Jaejoong para hablarle al oído, el rubio escucho unos momentos y luego Changmin lo vio sonreír, tenía una sonrisa perfecta, la mano del chico desconocido se apoyó en la cintura de Jaejoong este seguía escuchando y asentía de vez en cuando, al final Jaejoong soltó una carcajada y le pego al otro chico en el hombro, ambos se sonrieron antes de despedirse al fin, Changmin de repente sentía ganas de vomitar, no le gustaba ver a Jaejoong coqueteando como perra, ¿Por qué? Quizás porque el rubio ya le había chupado la verga y eso lo volvía más posesivo, en síntesis, no tenía ni puta idea de por qué ver a Jaejoong con otro chico le enfurecía tanto.

Simplemente jamás se imaginó que lo que estaba sintiendo en ese momento eran celos.

—Amo —saludo Jaejoong suavemente, habían estado distanciados desde el día en el que Changmin lo humillo, la sangre de Changmin hervía ¿Cómo se atrevía a venir a ser tan respetuoso después de haberse estado coqueteando frente a sus ojos? Y después de que él le hubiera dicho que mantuviera sus pantalones puestos mientras le debiera su patética y miserable vida.

—Sube de una maldita vez, no tengo tiempo para perderlo en estupideces —Jaejoong bajo la mirada y se subió detrás de Changmin, agarrándolo apenas, Changmin arranco fuerte a propósito para obligar a que Jaejoong se aferrara a él para no caerse y funciono, Changmin sonrió de lado bajo su casco, acelero sintiéndose mejor mientras sentía el temblor en el cuerpo detrás suyo.

                                                                     —&—

— ¿Crees que está bien hacerle eso? —pregunto Jessica apenada por Jaejoong, el chico había llegado con Changmin vistiendo ropa de marca y con un bolso exclusivo de un diseñador famoso, él ni la había saludado, ella lo conocía después de todo él era Kim Jaejoong, y lo peor de todo, él se había enrollado con su mejor amigo, verlo limpiar con esa cara de total desolación le hizo sentir mal de algún modo.

— ¿Por qué? Déjalo, se lo merece —a su lado Don asintió sonriendo levemente.

—Se nota lo mucho que lo odia —dijo ella con pena, Jaejoong de lejos estaba hecho para limpiar, no podía escucharlo pero podía ver como sus labios soltaban palabras seguro de rabia por lo que estaba haciendo.
—Ese es el chiste— el celular de Don resonó en ese momento, este contesto con rapidez— ¿Hola? ¿Quién habla? Ah eres tú, no estoy en mi casa, estoy… espera —tapo el auricular con la mano— Max ¿Puede venir un chico aquí? Quiere comprar hierba.

— ¿Estás seguro de que no abrirá el pico respecto a este lugar?

—Nah, es un niño blando, tiene miedo hasta del polvo que hay aquí —Changmin soltó una risa, volteo a mirar a Jaejoong y lo descubrió mirándolo, Changmin no retiro la vista y el rubio le envió una mirada de hielo, Changmin sintió como se tensaba automáticamente, Jaejoong lo estaba mirando como a un inferior, otra vez. No podía permitirlo.

—Está bien, que venga si quiere —casi ladró Changmin poniéndose de pie y acercándose a Jaejoong, este lo miro sin cambiar su expresión pero aun así Changmin pudo notar que le intimidaba con su cercanía— ven conmigo, es una orden —le dijo Changmin apretando la mandíbula Jaejoong arrojó el trapo que estaba usando al piso y se quitó los guantes de protección antes de seguirlo en silencio.

Changmin ingresó a la abandonada oficina que tenía una pequeña ventanita en lo alto no dejando ver nada desde el exterior y viceversa, Changmin se sentó en el piso apoyándose en la pared y le señalo a al rubio el piso frente a él, Jaejoong lo miro con total cara de asco.

—Mi ropa se va a ens…

—No me interesa tu ropa, si no te sientas ahora mismo te sentaras desnudo para no ensuciarla —Jaejoong casi se arrojó al piso, se sentó tratando de no ensuciarse demasiado y arrugo su nariz disconforme al ver que su ropa ya se había manchado con polvo— bien, así está mejor, últimamente estas volviendo a ser el jodido hijo de puta que se cree el centro del universo, mi trabajo es bajarte de esa nube, y créeme que lo haré todas las veces que sea necesario, ¡Tú me debes tu patética existencia! ¡¿Entiendes?! —Jaejoong se sobresaltó, Changmin estaba realmente muy molesto y le gusto ver al rubio con esa expresión de susto, el más alto volvía a tener el control no volvería a perderlo, no volvería a dejar a Jaejoong de lado, tenía que mantenerlo bajo control o todo se le saldría de las manos.

Changmin esperó a que Jaejoong dijera algo, pero este no dijo nada, eso era bueno… al menos eso pensó porque Jaejoong parecía mucho más sumiso ahora. De repente el rubio le miro de otra forma más… Changmin casi salta hacia atrás cuando Jaejoong gateó muy felinamente hacia él, la pared en su espalda lo detuvo de hacer tal ridículo.
—Entiendo Amo, fui… muy malo —Jaejoong sonrió lamiéndose los labios, Changmin sintió como toda la puta sangre de su cuerpo iba a volando hacia su erección, Jaejoong tenía ese maldito efecto de ponerlo duro con solo un gesto de su cara, era algo que escapaba de sus manos, no podía controlarlo.

—Ya detente —le gruño Changmin cerrando las piernas Jaejoong se acercó más y se sentó frente a él, el rubio suspiro derrotado.

—Changmin, me prohibiste que estuviera con otros chicos, y créeme que te hice caso a pesar de que pude no haberlo hecho, necesito hacer algo, joder soy hombre ¿Tu no? —Jaejoong señalo su erección que se marcaba a pesar de los jeans ligeramente holgados, Changmin lucho contra las ganas de salir de ahí corriendo, prefirió mirar a al rubio como un rotwailer miraría a un gatito bebé.

— ¿No puedes hacerte una paja?

—Ya lo hice, no es suficiente, vamos… déjame hacerlo amo, sabes que va a gustarte… —Jaejoong se inclinó hacia abajo, haciéndose espacio entre las piernas de Changmin— ya te lo dije una mamada no te vuelve gay.

—Sí, lo sé, el único marica aquí, eres tu —dijo Changmin empujándolo hacia su erección que ya estaba descubierta por las ágiles manos de Jaejoong, este prefirió ocupar su boca con el pene de Changmin en lugar de contestar, gruño por lo bajo cuando el rubio bajo hasta el fondo, cerró los ojos y hecho la cabeza hacia atrás, Jaejoong lo lamía y ese maldita lengua lo estaba enloqueciendo, ya no podía pensar en nada, era demasiado perfecto, ninguna chica le había hecho perder el control así, Changmin sujeto la cabeza del rubio y empujo sus caderas hacia arriba, Jaejoong se apoyó sobre sus muslos, dejándose sumisamente follar la boca, Changmin lo vio bajar una mano para liberar su propio miembro, prefirió no pensar demasiado en eso, se concentró en el placer que estaba recibiendo su hinchado miembro, se empujó dos veces más y se corrió dentro de la boca del rubio saliéndose antes de terminar, manchándolo en los labios y el mentón.

Changmin se derrumbó respirando agitado, como un pollo recién nacido, se sentía hecho gelatina, no podía explicarlo bien, abrió suavemente los ojos para ver a Jaejoong limpiándose con un pañuelo, vio su verga que a pesar de haberse corrido seguía dura, era muy parecida a la suya… quizás ligeramente menos gruesa, cerro sus ojos de nuevo, era algo difícil de creer que acababa de recibir una perfecta mamada de un chico, un chico que tenía un pene.

Jaejoong lo había dicho, una boca era una boca, así que seguramente por eso no sintió asco al ser chupado por el rubio, pero sinceramente Changmin no recordaba haber pensado en alguna chica mientras Jaejoong le hacía eso.
Changmin se puso de pie y se arregló la ropa, no se había manchado con ningún fluido, por suerte, vio a Jaejoong imitarlo, las ropas de ambos estaban llenas de polvo pero no le importo, salieron de la oficina, en silencio sintiéndose demasiado cómodos con lo que acababa de suceder, Jaejoong levantó la mirada y se paró en seco, un chico rubio le devolvía la mirada totalmente asombrada de verlo ahí, de hecho todos los miraban de una manera extraña. Por un momento Jaejoong creyó que ellos sabían lo que habían estado haciendo.

— ¡Max! ¡¿Se pelearon?! —gritó Jessica la chica que Changmin había besado el día de la fiesta de Darío, entonces Changmin comprendió que todos creyeron que había ido a poner en su lugar a Jaejoong con un par de golpes, su peón solo la miro con arrogancia y después cambio su mirada por una de alguien que había visto un feo y asqueroso bicho con muchos pelos y patas. ¿Acaso eso eran celos? Changmin sonrió.

— ¿Jae? Wow no pensé que estarías aquí —dijo Andres, este traía los ojos rojos, seguramente Don ya le había invitado algo para fumar.

— ¿Y dónde más piensas que estaría? Imbécil —pregunto Changmin a Andres, ahora lo reconocía, recordó que ese rubio era el cliente habitual de Don, el mismo chico al que Jaejoong le coqueteaba al salir del colegio, Changmin se sentó en su sillón e ignoro al rubio mientras encendía un porro.

—Yo no sabía que pasaban hierba en este lugar, de hecho siempre paso por el sendero de aquí cerca para llegar al pueblo sin que me vean, pero nunca había venido a esta fábrica— se disculpó Andres aceptando al porro que ya pronto se acabaría de los dedos de Don.

— ¿Pasar hierba? ¿De qué mierda estás hablando? Jaejoong no viene a comprar drogas —dijo Changmin cruzando sus piernas cómodamente sobre el sillón, Jaejoong empalideció tan rápido que Changmin casi se quedó sorprendido, el chico estaba blanco, y no terminaba ahí. El rubio lo miraba con una expresión suplicante, sintió un cosquilleo en el cuerpo al ver sus labios y recordar lo que habían estado haciendo, oh si, hacer lo que estaba pensando sería lo mejor si Jaejoong seguía manteniendo esa carita de cachorro apaleado, le envió una sádica sonrisa de maldad, el rubio no se merecía su misericordia.

—No… —masculló Jaejoong, nadie pudo oírlo pero Changmin solo tenía que verlo mover sus labios para entenderlo, era el momento perfecto, iba a joderla tremendamente justo ahora.

—Kim me pertenece ahora, de pies a cabeza, el para mí vale mucho menos que un subordinado ordinario ¿Comprendido? Yo puedo hacer lo que sea con Kim, él es una más de mis cosas ahora —el rubio de ojos claro lo miraba confundido, totalmente en las nubes, Changmin bufó molesto.

— Mira Andi, para que tu loco cerebro lo entienda bien, Kim le debe el culo a Max y ahora está pagando su deuda convirtiéndose en su esclavo, o su subordinado o lo que sea, el imbécil que sigue todas sus órdenes sin chistar, ¿Lograste entender tonto?

—Eso creo… —dijo Andres mirando con extrañeza a Jaejoong mientras aceptaba el porro que Don le estaba pasando.

—Jodido estúpido —dijo Changmin sin mirarlo pero era más que obvio que las palabras iban dirigidas a Andres.
Changmin no entendía por qué recalcaba eso, quizás porque quería dejarle en claro al rubiecito ese que no podía ser tan cercano a una de sus pertenencias, le jodía y punto, el no necesitaba ninguna excusa para hacer lo que se le diera la gana, y en ese momento lo que quería era advertir a ese chico que no debía meterse con sus cosas…


Jaejoong quería morirse ahí mismo, ¡Se supone que nadie de su entorno debía enterarse! ¡¿Qué iban a decir de el?! Incluso podría joder a su padre con esa mierda, pues cada escándalo que salía de él en televisión le traían muy mala reputación a su progenitor, quien odiaba estar en el ojo de los chismes, tendría que lidiar con su padre después, como en aquella ocasión en la que las cámaras lo habían pillado ebrio con unos amigos, todos caminando abrazados y cayéndose en varias ocasiones al piso, totalmente mulas de borrachos, ¡Que metiches eran la prensa a veces! Pero esto… esto no tenía comparación con una simple borrachera… Si su padre enteraba podía declararse muerto.

Miro a Andrés, que antes había lucido confundido, ahora este solo lo miraba con incredulidad, ¡Mierda! ¡Changmin sabía que Andrés estaba en el mismo colegio que el! ¡Ese bastardo había abierto la boca apropósito! Jaejoong bajo la mirada al piso, sintiéndose totalmente acabado, claro que Changmin lo había hecho a propósito, ¡El solo le chupaba el pene! Era uno de sus trabajos como “subordinado” o mejor dicho como “pertenencia” de Changmin, era como una muñeca inflable de placer, ¿Había creído que por que Changmin se la dejaba mamar iba a comenzar a quererlo o algo así? Jamás, lo odiaba por más que dejara a su boca y lengua recorrer un lugar tan íntimo.

Jaejoong se estaba haciendo tanto daño a sí mismo, y lo sabía, ¿Por qué había ido a buscar a Changmin en primer lugar? Debió haberle hecho caso a Tiffany, era un maldito idiota, ni el mismo sabia porque había hecho todo lo imposible para seguir a Changmin, solo sabía que el día de la fiesta de Darío, necesitaba encontrarlo de nuevo, lo necesitaba tanto que dolía dentro de su pecho, y ahora estaba pagando las consecuencias.

Su celular resonó, con una melodía bastante siniestra, el tono que le había puesto a su madre por jugarle una broma, se giró y se alejó unos pasos se apresuró a contestar.

— ¿Hola?

— ¡JAE! ¡Estoy comenzando a cansarme de esto! ¿Todos los días hijo? Está bien que un día a la semana te la vayas a pasar con tus amigos… pero salir todos los días ¿Qué pasa con tus tareas?

—Mamá… tranquila, estoy bien este semestre, te lo prometo yo… iré a casa dentro de una hora.

—No Jae, fui muy blanda contigo estos días comprendo que eres mayor de edad y todo eso, pero no voy a permitir mas esta situación, quiero verte en casa ahora mismo o hablare con tu padre —ella colgó violentamente el teléfono, Jaejoong suspiro, ese día estaba siendo una reverenda mierda, ¿Lo dejaría ir Changmin más temprano ese día? Se giró regresando hacia el grupo de personas en medio de la fábrica, no perdía nada diciéndoselo, pero cuando se acercó y vio esa mirada, jaejoong lo olvido completamente, Changmin lo estaba esperando, retando a que dijera algo para volver a humillarlo, bien pues no le daría la oportunidad.

— ¿Algún problema? —preguntó Changmin arrogante, Jaejoong lo miro furibundo, apretando fuertemente los puños en sus manos, sus dientes por poco rechinaban de rabia, ¡Era desesperante tener tantas ganas de decirle unas cuantas cosas en la cara! Pero sabía que no podía hacer nada, se sentía tan inútil, pisoteado, degradado, en ese momento no se sentía el mismo, había perdido control de todo su mundo, ahora era el quien recibía las ordenes, no quien las daba.

—Ninguno amo…  —contestó con malicia, dándole un toque felino a su voz especialmente en la palabra “amo”, casi como un ronroneo, su lengua acaricio muy brevemente sus labios, él se giró entre las risitas de los demás chicos y se alejó, sin mirar la cara de Changmin, ya de más lejos se atrevió a dar un vistazo, el chico estaba enfurecido totalmente, Jaejoong podía verlo respirar agitadamente, no tenía las piernas sobre el sillón, si no cruzadas de forma casual sobre una pequeña cajita en frente a su sillón, el rubio sonrió de lado satisfecho, el también tenía derecho de humillar a Changmin un poco, al menos podía decir que el excitaba a Changmin, o este no estaría tratando de esconder su erección de los otros.

Bueno eso algo, Jaejoong podía poner cachondo a Changmin aunque este lo odiara.

                                —&—                                                                                                                            

Jaejoong odiaba cada día que tenía que pasársela limpiando ese asqueroso y maldito lugar, por más cuidado que tuviera su cabello siempre terminaba sucio, tres pares de sus pantalones más finos se habían rasgado al limpiar las maquinas ya que la tela se enganchaba en las superficies y se hacía trizas, en fin, todo era un desastre, arrojo con hastió la escoba y los demás trastes, a veces pensaba que nunca iba a terminar de limpiar ese maldito enorme lugar.

Como todos los días, se limpió lo mejor que pudo las manos y su ropa, cogió su bolso y salió de ese lugar sin despedirse de nadie, camino fuera de la fábrica unos cuantos pasos cuando unas manos lo sujetaron por detrás, de repente estaba violentamente estampado contra la sucia pared exterior de la fábrica, se escuchaban algunas ranas croando cerca.

— ¿Qué mierda fue eso? —gruñó Changmin empujando con su antebrazo el cuello de Jaejoong contra la pared, comenzando a ahogarlo con la presión en contra del muro, Jaejoong sintió un ramalazo de dolor en su garganta.

— ¿A qué te refieres? —chillo asustado cuando Changmin incremento mucho más la presión el aire comenzó a forzar su entrada a través de su garganta.

—Sabes muy bien a lo que me refiero, no vuelvas a llamarme asi con ese tonito en presencia de mis amigos, que no se te suba a la cabeza, deje que me la mamaras en la oficina sí, pero eso no significa nada ¿Comprendiste?

—Tu… me lo… pediste —jadeó Jaejoong sintiendo como su mirada se nublaba a ratos, Changmin golpeo la pared con su puño libre, muy cerca de su cabeza.

— ¡No tenías por qué decirlo de ese modo! Comprende que yo no soy un jodido marica enfermo como tú, lo que dices me da asco, no me gusta, solo cierra la puta boca de una vez, está claro que solo te sirve para algo, y eso no es hablar —Changmin escupió esas palabras en la cara de Jaejoong antes de soltarlo bruscamente, el rubio sintió como su cuerpo se iba hacia delante, apenas tuvo tiempo de poner las manos para no golpearse el rostro contra el piso, sobre sus manos y rodillas comenzó a toser como un loco, el aire entraba a raudales a sus pulmones y le picaban los ojos, le ardía la garganta y sentía que sus pulmones estaban por colapsar, las lágrimas comenzaron a caer por su rostro hasta el piso, se recostó contra la pared en la que casi había sido ahorcado y observo que Changmin no estaba a la vista, seguro ya había regresado adentro.

Respiro profundamente varias veces sintiendo como recuperaba el control de sus pulmones poco a poco, su visión se aclaró, su garganta dejo de arderle y sus latidos se ralentizaron, solo sus ojos seguían derramando amargas lágrimas, ¿Cómo había terminado así? Siendo el humillado, el desdichado, siempre había sido al revés, él era el verdugo de las personas, había humillado a muchas a lo largo de su vida, incluso había un video en youtube titulado “El rey del amor no correspondido” Donde un numero alarmante de chicas aparecían llorando y chillando, ellas salían corriendo de algún lugar mientras lloraban, todas ellas rechazadas por Jaejoong, quizás se excedía un poco en su forma de decirles que no quería nada con ellas.

Bueno en realidad amaba eso, ¿Para qué negarlo? Era una mala persona, siempre le había gustado llamar la atención, desde niño, porque su padre nunca le había prestado la más mínima atención, entonces Jaejoong trato de llamar la atención de los demás para compensarlo, cuando una chica adquiría el valor de confesarle sus sentimientos aprovechaba su momento de debilidad para destrozarlas, era seco y contundente, arrogante. Esa era la palabra correcta, el preciado objeto que era inalcanzable para gente de su calaña, era el colmo, Changmin vivía en una maldita fábrica abandonada, se vestía con ropa que parecía sacada de algún basurero y no tenía nada, pero a pesar de ser el peor partido que pudiera escoger Changmin lo tenía colgando de su mano.

Se puso de pie sin siquiera intentar sacudir el polvo de su pantalón, pero eso sí, no andaría con la cara manchada de tierra y lágrimas, saco unos pañuelitos húmedos y se limpió el rostro, iba caminando por el angosto sendero surcado de árboles para salir a la carretera.

—Jae

— ¡Mierda! ¡Andi! Mierda odio cuando me asustas así —gruño Jaejoong osco apresurando el paso, no estaba del mejor humor.

—Lo lamento Jae, yo…

— ¿Lo viste todo cierto? —pregunto de pronto deteniéndose luciendo derrotado, ¿De qué servía fingir si el chico ya lo sabía todo de igual manera? Andres lo rodeo para quedar de frente al otro rubio, Jaejoong se preparó para la humillación tensando los hombros.

—Si lo vi, solo que no entendí bien lo que te dijo Changmin… ¿Qué paso? ¿Estás bien? —Andres se veía realmente preocupado, Jaejoong sintió que necesitaba contárselo a alguien, alguien que no fuera Tiffany, alguien que también conociera el mundo de Changmin, y Andres encajaba perfectamente para ello.

— ¿Tratas de aprovecharte de un momento difícil? —bromeó Jaejoong suavemente, poco a poco se había ido acercando a Andres en la universidad, sobre todo cuando Tiffany tenía sus actividades en los clubs y no  podía pasar el rato con él, ¿Por qué no confiarle la verdad a su nuevo amigo?

—Sé que estas vulnerable ahora, pero no es que este aprovechándome, siento que necesito ayudarte, de algún modo me preocupo por ti.

— ¿Enserio no se lo dirás a nadie? —pregunto Jaejoong esperanzado.

—No lo haré, somos amigos ahora, confía en mi —Andrés poso su mano sobre su hombro, Jaejoong noto el respeto en el gesto, aunque fueran amigos ahora Andrés no se atrevía a tocarlo más fraternalmente, ya que Jaejoong era algo así como un actor famoso en su colegio y en todos lados bueno… más o menos, ya que salía mucho en televisión y a veces desfilaba para marcas de ropa importantes, pero no actuaba ni nada por el estilo. Era divertido, Jaejoong quería dejarle a Andrés la confianza que quería brindarle, así que cogió la mano de Andres con la suya aguantándose la risa ante la cara anonadada del otro chico.

—Lo primero que debes saber es que soy gay —Jaejoong lo dijo claramente, Andrés arrugo el ceño y luego sonrió suavemente, con un rubor en sus mejillas.

—Yo también, no creo que sea un problema… —pero entonces palideció— No me digas que… ¿Max te golpea porque eres gay? ¿Él es homofóbico? —Jaejoong se sintió conmovido por la preocupación que denotaban los ojitos de su amigo, suspiro y miro hacia la copa de los árboles, el cielo si tenía estrellas en esa parte de la ciudad.

—Sí y no, yo… le hice algo cuando íbamos juntos al colegio hace dos años atrás, y el jamás va a perdonármelo, está haciendo que pague totalmente mi deuda con el… algo así.

— ¿A eso se refería con que tú eras de su propiedad? —pregunto Andrés confundido, Jaejoong asintió.

—En realidad el salvo mi cuello del cuchillo de Don, y dijo que le debía mi vida, fue así como llegue a ser su… empleado.

— ¡Wow! Espera ¿Max salvo tu vida? Eso es asombroso.

— ¿Por qué lo dices?

—Max es el tipo más maldito del lugar incluso los de los otros barrios le temen, él es la razón por la que no se meten con esta zona, porque él los mantiene a raya, ¿Cómo pudo salvarte la…vida?, lo siento, es que Max realmente parece un tipo malo, no luce como alguien que salvaría la vida de otra persona.

—No lo hizo por bondad o algo así, solo lo hizo para castigarme, para hacerme vivir este infierno, es imposible que él lo hubiera hecho por simple caridad, además yo me lo busqué.

Ninguno de los dos dijo nada, soltaron sus manos y caminaron muy juntos hacia la carretera, sin notar que eran observados atentamente desde la distancia.

— Esto es muy conveniente… —declaró el sujeto más adulto, ambos miraban a los dos jóvenes rubios alejarse lentamente, no se movieron tras su escondite entre los arboles— el padre de ese chico es miembro del B&W, podríamos ganar mucho dinero si logramos colocarle las manos encima.

— ¿Quiere secuestrarlo jefe?

—No, eso sería demasiado sencillo, quiero ver que se trae Max entre manos, y que tiene que ver con ese chico, ¿Podrás hacerlo Liam? —el sujeto asintió, haría hasta lo imposible por cumplir con las misiones que le fueran encomendadas, el lema de toda la asociación era “paid with blood” Todos tenían que saber que si se metían con ellos no podían quedarse tranquilos esperando que los dejaran en paz, pues toda ofensa se pagaba con sangre sin importar cuanto tiempo pasara, Max la había jodido con el jefe, y no cualquier jefe, era el “big boss”, la cabeza de toda una pirámide de crímenes perfectos alejados del ojo de la policía, el pez más grande de ese país, el que tenía tanto dinero que podía pasar a ser parte de la asociación corporativa de B&W, pero eso no estaba entre los planes de ese ambicioso hijo de puta, Liam lo vio acariciarse una cicatriz en uno de sus pómulos, la sonrisa del jefe auguraba una pesadilla que estaba por venir… para todos aquellos que estuvieran cerca de Max.

                                                               —&—

Cuando llego a su casa su madre estaba esperándolo en la sala, ella lo miro de pies a cabeza, Jaejoong pudo ver que lo evaluaba y que no le iba nada bien por la mirada que ella puso, totalmente furiosa.

—Tu padre te espera en su despacho —dijo su madre en tono osco, su pie se movía de arriba hacia abajo en un tic nervioso, ella estaba sentada en la barra del elegante mini bar de la sala, con su vestido ceñido al cuerpo, totalmente elegante, su expresión enfurecida arruinaba la escena, al igual que una copa de cognac en su mano temblorosa.

No dijo nada, solo bajo la cabeza como un perro y camino en silencio hasta donde su padre, toco la madera dos veces y tras escuchar el seco “pasa” de su padre ingreso lentamente al despacho, una computadora de último modelo con una pantalla de cincuenta y dos pulgadas estaba apagada justo detrás de su padre, quien sentado tras su escritorio, firmaba unos papeles mientras hablaba por teléfono.

—Sí, yo lo soluciono Jarrod, adiós —Jaejoong no se sorprendió, su padre siempre estaba hablando por teléfono con Shim Jarrod, el presidente de la asociación de las empresas, su padre era algo así como el vicepresidente, o eso entendió Jaejoong cuando se lo habían explicado.

— ¿Querías verme padre? —pregunto Jaejoong envalentonándose en su arrogancia, no estaba ante Changmin, así que podía volver a ser él mismo. Su padre volteó a verlo y puso una expresión de asco, como su hubiera pisado mierda de perro con sus casimir.

—Ni si quiera lo preguntes, tu madre me contó que hace unas semanas sales de la universidad para irte sabrá Dios a donde, ¿Qué carajos hiciste para acabar así? Mira tu ropa, nunca te había visto tan sucio —Jaejoong le prestó atención a su ropa por primera vez desde que Changmin lo había pisoteado hacia algunas horas, sus jeans estaban hechos mierda, llenos de polvo y mugre, sus zapatos habían dejado de ser negros gracias al polvo que los cubría y ahora estaban grises y embarrados, y un par de hilos colgaban del cuello de su costosa camiseta de ecko destrozada, mierda, parecía un jodido indigente.

—Me caí —dijo encogiéndose de hombros irrespetuosamente.

— ¿Te caíste? Si seguramente ¿Fue una caída de un auto en movimiento? Vamos Jaejoong no soy estúpido, ¿De dónde salió esa sangre? ¿Estas metiéndote en peleas? —Jaejoong busco sangre sobre sí mismo, se había rasmillado el codo derecho al caer en el piso y estaba magullado, la sangre había chorreado del codo sobre la piel, la sangre seca sobre la piel de sus dedos le indico que se había tocado la herida sin notarlo— tienes toda la cara manchada con sangre.

Oh mierda, seguro se había manchado sin darse cuenta al tocarse con las manos sucias, ¿Por qué Andi no le había dicho nada?

— No estoy peleando papá… ya te lo dije ¡Me caí! —grito Jaejoong exasperado, estaba sintiendo muy mal por la humillación que Changmin le había hecho pasar y su padre solo lograba aumentar su tensión y malestar.

— ¡No alces la voz contra mí! ¡Soy tu padre!

— ¡Y yo ya soy mayor de edad! ¡Tengo derecho a tener algo más de libertad! ¿No crees?

—Puedes tener años que quieras  Jaejoong, pero sin nosotros te morirías de hambre, sigues siendo un mocoso, ni siquiera te interesas por los negocios de la empresa, ¿Cómo esperas ser independiente algún día? Tu madre encontró esto en tu ropa —el rubio, totalmente pálido vio como su padre le mostraba una bolsita con más o menos tres gramos de marihuana— ¿Estas drogándote? —Jaejoong solo guardo silencio se negó a hablar, era infantil fingir que su padre era invisible y mudo pero sinceramente no sabía que decirle— ¡¿Acaso estas drogándote?! ¡Contesta!

— ¡No es mío! Es de un amigo, ¿De acuerdo?

—Yo no nací ayer, escucha, este jueguito comenzó a cansarme, hoy en la tarde vacié los fondos de tus tres tarjetas de crédito, desde hoy tendrás solo lo necesario para sobrevivir, no vas a comprarte drogas con mi dinero ¿Entendiste? ¿O prefieres acabar en un centro de rehabilitación?

— ¡Ya te dije que no es mío! ¡Si no quieres creerme es tu problema! ¡Además, no necesito el dinero! Puedes quedártelo… —Jaejoong se giró para salir de ese lugar, su padre continuo hablando mientras Jaejoong lo ignoraba olímpicamente.

—Regresaras a casa apenas salgas de la universidad, Iván ira a recogerte todos los días —Jaejoong se frenó en seco ¿Iván? ¡Oh joder NO!, se giró con expresión asesina y cerró fuertemente los puños.

— ¡No quiero guardaespaldas! ¡No me gusta esa mierda y tú lo sabes!

— ¡Pues en este caso no es una jodida opción! ¡Es una maldita orden! ¡Iván te llevara y él te recogerá! ¡¿Entendido?! Estas castigado.

— ¡Estás loco! No entiendes, tengo que… — ¿Cómo mierda  iría a lo de Changmin si estaba castigado? Mierda Changmin iba a matarlo, iba a matarlo— tengo cosas que hacer.

—Bien te daré una oportunidad, dime la verdad, dime en lo que estas metido y te devolveré tus tarjetas —Jaejoong sabía que diciendo la verdad solo se hundiría en más mierda de la que ya estaba metido, así que suspiro vencido, su cuerpo temblaba de furia, ya no podía mas ¿Por qué de repente todo se había volcado contra él?

—Olvídalo, solo déjame en paz, no quiero volver a hablarte en mi puta vida… —Jaejoong salió del despacho caminando grandes zancadas hasta su elegante habitación, quería mucho a su padre, pero estaba cabreado, su progenitor no tenía la culpa pero ¿Por qué tenía que joderlo cuando estaba tan vulnerable? Solo empeoraba el calor en su pecho, incontrolable, con lágrimas cayendo por su rostro agarro un adorno chino hecho de vidrio fino, con un costo de 6.000 dólares y lo hizo añicos contra el suelo del pasillo, se sintió mejor al instante después de su pequeño acto de vandalismo, se metió en su habitación de un portazo y se encerró bajo llave, haría algo que hace mucho tiempo no hacia: echarse a llorar hasta quedarse dormido.


                                                                        —&—
—Jae, cielos te ves muy mal —Tiffany dijo viendo las ojeras de su amigo, y su piel estaba más blanca que de costumbre— ¿Qué paso? —ella lo abrazo suavemente, Jaejoong se dejó mimar mientras le contaba todo, ella nunca dejo de acariciarlo y escucharlo comprensiva, se estaban saltando las clases de finanzas, ya que Jaejoong había tenido nauseas a mitad de la clase y les habían permitido salir.

— Ahora estoy castigado, Changmin dijo que si no cumplía iba a lastimarme, o incluso a mis amigos… joder tengo que decirle a Andi que no se acerque a la villa por un tiempo.

— ¿Y por qué estabas manejando marihuana?

—Little pig siempre me la obsequia —Jaejoong se encogió de hombros— no es eso lo que más me preocupa, lo peor es el castigo, no sé por cuánto tiempo durará…

—Espero que Changmin no haga ninguna locura.

—Yo también —dijo Jaejoong suspirando, su vida había pasado de ser genial a ser una mierda en un parpadeo, por culpa de Changmin.

En la salida como siempre Andi fue a buscarlo, Tiffany estaba con él y los tres se alejaron para poder platicar, Jaejoong le dijo a Andi lo que había sucedido y que era mejor alejarse de Changmin por si acaso el quisiera tomar venganza contra sus amigos, el chico acepto y Jaejoong se sintió más tranquilo.

—Andi necesito otro favor, le prometí a mi madre que estaba bien en el semestre…

— ¿Si?

— ¿Podrías pasarme los apuntes de hoy?, no quiero joderla más en mi casa, quizás si mis notas son buenas al final me levanten el castigo, y así poder volver con Changmin —Andres y Tiffany se miraron entre ellos, preguntándose lo mismo ¿Acaso Jaejoong era un masoquista?

—Vale…

—Vayamos a tu casa Jae así los apunto yo también —propuso Tiffany, este acepto de inmediato, era mejor regresar a su casa acompañado de sus amigos que solo y furioso con su mala suerte.

Fueron hacia a salida conversando de trivialidades, Jaejoong se puso alerta, buscando la moto de Don, le costó encontrarla, no estaba cerca en esta ocasión, estaba estacionada a dos cuadras, Changmin estaba con ese viejo casco negro de costumbre ocultando su rostro, una camiseta anaranjada y un pantalón azul, Jaejoong se asustó ¿Ahora qué haría?

—Buenas tardes señor, señores —saludo Iván como correspondía a un guardaespaldas muy bien educado, como un perro adiestrado, parado al lado de una imponente limosina no muy larga pero si muy costosa, tenía que ser realista, no podía hacer nada aunque quisiera sin develar su secreto, así que ignoro a Changmin y se dirigió hacia el auto con sus amigos siguiéndolo muy de cerca.

—Vámonos Iván, tengo cosas que hacer —dijo duramente, como si el hombre tuviera la culpa de sus problemas, él era así, una perra que se desquitaba con el que estuviera más cerca. Llegaron a su casa, sus padres no estaban a la vista, subieron a la habitación de Jaejoong y se acomodaron en la mesa giratoria de vidrio que el rubio tenía en ese lugar, era hermosa, su tío se la había regalado a sus catorce años, a Jaejoong le gustaba.
—Jaejoong —su madre entró a su habitación y se mostró sorprendida al ver los jóvenes ahí, el rubio casi sonríe cuando su madre se mostró muy satisfecha al ver a Tiffany ahí, hacía algún tiempo que no la traía, y el sabia lo mucho que a su madre le gustaría verla como su novia, si supiera la verdad— no sabía que estabas acompañado.

Pero simplemente no podía ir a decirle “Mamá me gustan los penes y no  las vaginas” prefería seguir escondido, después de todo era un cobarde, Jaejoong se sentía así en ese momento, sabía perfectamente que su madre había ido a comprobar si estaba cumpliendo su castigo, le dolía la forma en la que sus padres desconfiaban de él ahora, siempre los había estado engañando con mentiras y escapadas nocturnas evitando que se enterasen, pero ahora que ellos habían visto su verdadera identidad se sentía como mierda, su máscara había caído, gracias al hijo de gran puta más grande del planeta: Changmin.

—Estamos estudiando solamente, él es Andres.

— ¿Estas en el curso de Jae? —pregunto ella amablemente mientras lo saludaba.

—En el mismo nivel diferentes salones, yo soy del salón D y Jae del F por nuestros apellidos.
—Oh bueno… que bien que estén pendientes de sus estudios, les enviare aperitivos —ella salió bastante contenta y Jaejoong se relajó un poco, al parecer tendría a su madre de su lado si quería lograr el perdón de su padre.


                                                                      —&—


Los días comenzaron a hacérsele infinitos, había querido tanto librarse de Changmin y cuando jodidamente lo había logrado no entendía por qué su tonto culo extrañaba ir a la fábrica, aun que odiaba de verdad todo lo que Changmin le hacía sufrir el al menos… Al menos podía verlo y escucharlo.

¿Acaso lo extrañaba? Joder, solo habían pasado cuatro días, no podía extrañarlo Jaejoong no se apegaba a nadie, nadie merecía ser extrañado por él, pero Changmin barría esos límites al igual que muchos otros. Tiffany tenia junta con el consejo estudiantil como vicepresidenta, y Andi tenía clases extra para el salón D, así que Jaejoong se fue solo ese día, grande fue su sorpresa al no ver la maldita limosina parqueada frente al elegante frontis de la universidad esperándolo y de paso llamando la atención de toda la universidad entera, ¡Ya no era un niño para que estuvieran yendo a buscarlo! Esta era su perfecta oportunidad de escapar, podía ir a ver a Changmin y explicarle lo que había ocurrido, aunque se metería en más problemas por eso estaba seguro… sin embargo valía la pena. De alguna retorcida manera esa teoría tenía sentido dentro su cabeza, su lado racional solo podía pensar: ¿Qué clase de victima regresaba ante su verdugo? Iba tan rápido para alejarse antes de que la limosina apareciera que choco fuertemente contra la espalda de alguien, unos brazos lo sujetaron por la cintura y lo estabilizaron sobre el piso antes de que colapsara.

— ¿Estas bien? —pregunto una voz profunda, Jaejoong sintió que le gustaba el tono semi ronco del chico, se paró derecho y asintió, escaneando a su acompañante.

—Lamento… el choque —dijo apenas, odiaba disculparse, de hecho estaba a punto de retractarse y vomitar, ¿Qué lo había poseído para pedir perdón?  Podía echarle toda la culpa al chico pero  justo en ese momento tenía prisa, por escapar antes de que la limosina llegara, tenía que irse— no te vi.

—No te preocupes, solo fue un accidente —el chico sonrió mostrando una hilera de dientes perfectamente blancos y perfectamente alineados dentro de su boca, una suave barba en forma de candado adornaba su rostro, Dios ese hombre era un sueño caliente sobre dos pies andantes, su camiseta celeste era ajustada a su hermoso tórax, delineaba cada músculo con cada movimiento, sus ojos eran claros, y tenía el pelo castaño, joder, no era de extrañarse que muchas chicas estuvieran babeando por el mientras pasaban por su lado todas lo miraban embobadas, se lo devoraban con los ojos— déjame ayudarte —el susodicho chico se agacho, confundido Jaejoong saltó ligeramente hacia atrás, entonces fue cuando noto que se le habían caído unos folios de la mano derramando sus proyectos al suelo.

— ¡Mierda! —maldijo  comenzando a recogerlos, pero solo atino a alzar unas tres hojas cuando el chico castaño le devolvió las restantes, las había recogido todas velozmente— ahm… gracias, realmente esto es algo incómodo ¿Por qué eres amable conmigo? —pregunto acomodando su folio.

— ¿Por qué no habría de serlo? —pregunto el de ojos celestes confundido.

—Hum bueno soy Kim Jaejoong, la mayoría de los hombres me odian, y algunas chicas también, ya sabes me tienen envidia —Jaejoong sonrió de lado, debajo de sus gafas de sol sus ojos libremente escanearon el cuerpo del chico, este le devolvió la sonrisa, el rubio sintió como su pene reaccionaba ligeramente, el chico era demasiado guapo para ser verdad.

—Bueno, yo no te odio, no me has hecho nada malo, por cierto, soy Liam —el chico extendió su bien formado brazo y Jaejoong estrecho la mano sin pensarlo mucho, el agarre fue firme pero suave a la vez, el rubio le sonrió a Liam coqueteando un poco con el castaño, si el chico era hetero no lo captaría, pero si estaba interesado lo notaria al instante.

—Me gusta tu nombre Liam, es lindo, como su dueño —el chico lo miro con los ojos algo sorprendidos, Jaejoong se hizo al desentendido, y lucho por no sonreír como un loco cuando vio el evidente interés en los ojos del dios griego que lo miraba de una manera que lo ponía caliente.

—No tan lindo, como el célebre Kim Jaejoong —dijo sonriente el chico, Jaejoong se sintió halagado de algún modo, estaba a punto de pedirle su teléfono cuando…

—Jae —esa era la voz de su madre— Iván tuvo que salir con tu padre, así que vine yo a buscarte en su lugar…

—Buenas tardes —Liam con toda confianza cogió la mano de su madre y la beso, Jaejoong noto asombrado que ella enrojecía y ocultaba una sonrisa, joder— me llamo Liam, soy un nuevo amigo de Jaejoong —este vio la disculpa en sus ojos, el chico castaño se rasco detrás de la nuca en un gesto tan inocente que Jaejoong supo que estaba nervioso, se veía gracioso con sus 1,88 de altura luciendo así de encogido.

—Soy Verónica, es un placer conocerte, ¿También estudias aquí? —Liam asintió, ¿Cómo es que Jaejoong nunca lo había visto antes?

—De hecho estudio, pero no como usted imagina, estoy practicando para licenciarme en profesor de biología y química, llegue recién hace tres días de la universidad de Harvard, y culminando mis prácticas recibiré mi diploma —Liam lo dijo como si en realidad no importara, Jaejoong solo estaba asombrado, nunca se hubiera imaginado que ese chico fuera ser profesor.

—Eso es maravilloso, fue un placer conocerte Liam, debemos irnos —dijo ella apenada, Jaejoong llego a creer que de verdad lamentaba no poder quedarse a conversar.

—Espero volverla a ver —dijo el besando nuevamente la mano de su madre— adiós Jaejoong —le tendió la mano, este la estrecho— cuídate —fue la última palabra, Liam le guiño disimuladamente un ojo antes de alejarse a zancadas hacia la universidad, Jaejoong vio asombrado un papelito en su mano, lo desdobló, era una tarjeta de presentación, el rubio tuvo que reírse por lo original que era, doblada parecía un acordeón pero al estirarla formaba una bonita tarjeta con el nombre completo de Liam y su número telefónico, a Jaejoong le brinco el corazón… y otra cosa, ¿Liam estaría interesado?

“No volverás a revolcarte con nadie” Resonó la voz de Changmin en su cabeza.

“Me da la regalada gana de privarte del sexo, soy tu dueño ahora, ¿comprendes?” Changmin siempre estaba de alguna u otra manera en sus pensamientos, miro la tarjeta de Liam con pena, ¿Qué estaría haciendo Changmin en ese momento? Observo su reloj, seguro estaría bebiendo cerveza y fumando porros en ese almacén de mierda, guardo la tarjeta de Liam en el bolsillo trasero, aún era un esclavo, no era libre de hacer lo que quisiera.

—Me parece genial que estés haciendo buenas amigos con el profesor, un día de estos invítalo a almorzar, o al té.
Jaejoong no contesto, solo seguía mirando tristemente a través de la ventana, su vida comenzaba a desestabilizarse ¿Qué pasaría si se desmoronaba? Quien iba a perderlo todo era Jaejoong… y Changmin tenía la culpa de que su vida ahora fuera así, y de que su estúpido corazón latiera de la forma en que lo hacía.
Espero que le guste este cap, y no desesperen que el proximo cap se viene de miedos n.n

No hay comentarios:

Publicar un comentario