martes, 20 de enero de 2015

ROADS CROSSED EPISODE 4

—Min… sabes que puedes contar conmigo… ¡¿Cuando te fallé?! —chilló Jessica con lagrimas en los ojos, estaban tan concentrados en su discusión que ninguno notó al Audi negro estacionado a un costado del camino, ni se fijaron que ese Audi comenzó a seguirlos poco después.

—Jess por favor no llores… es difícil de explicar… lamento haberte besado.

—El beso no es el problema Min, nosotros somos amigos y lo que me duele es que no confíes en mi —aclaró ella cruzándose de brazos, una lagrima recorrió su mejilla y a Changmin se le estrujo el corazón, Jessica era sin duda es la chica a la que más había querido en su vida, a pesar de que al principio ella se acercó a él solo para tratar de conquistarlo, de todos modos al final descubrieron que no había química entre ellos, de hecho Changmin comenzaba a creer que la química iba a estar fuera de sus relaciones carnales, y que solo iba a obtener de ella un placer que estaba demasiado lejos de satisfacerle por completo.

—Escucha Jess… no es tan sencillo, déjame llevarte a tu casa, estás mal.

— ¡¿Y de quién crees que la culpa?! idiota… —Jess seguía llorando con los brazos cruzados y el ceño fruncido, Changmin suspiró y no dijeron una sola palabra más hasta llegar a la mansión de Jessica, entraron por el camino empedrado hasta el hall principal que era de mármol blanco, y tenía una hermosa araña adornándolo aferrada al techo, pero Changmin lo ignoró y rodeo la edificación hacia el garaje subterráneo, dejó el coche estacionado y suspiró.

—Jess yo… ¿puedo pasar? —ella asintió fríamente, mientras secaba sus lagrimas con cuidado de no tocarse el maquillaje, subieron en silencio hasta la habitación de Jessica, Changmin  se sentó con toda confianza en su cama y ella testarudamente se sentó en la silla giratoria que estaba frente a su escritorio, moviendo sus pies compulsivamente, signo de que todavía estaba enojada.

—Min, quiero ser clara contigo, no me gustas de esa forma, es decir antes si me gustabas… pero creí que habíamos dejado en claro que entre nosotros no…

— ¡Espera un segundo! ¡Yo no te besé por eso! Sé que solo somos amigos… de hecho creí que éramos de los mejores amigos.

—Justamente por eso es que me pregunto por qué me besaste, ¿Estabas tratando de darle celos a la chica pelirroja? ¡Yo ni siquiera sabía que la conocías! ¡Cómo crees que me siento si me utilizas para darle celos y lo peor de todo es que ni siquiera me dijiste que te gustaba! Min, todo podría haber sido más fácil si me pedías ayuda directamente, así no me habrías tomado por sorpresa… sabes que yo te hubiera ayudado de todas formas…

—Jess bebé, lo sé, realmente lo sé, se que hubieras hecho lo imposible por ayudarme pero no es eso simplemente… Es muy difícil de explicar y no estoy listo para eso —Changmin se puso de pie y se acercó a ella, se arrodillo frente a sus hermosas piernas y cogió sus manos entre las suyas— te prometo que lo voy a explicar, de verdad, solo que no estoy listo… dame tiempo.

—Oh Min —ella se resbalo ágilmente del asiento hasta el piso y lo abrazó con fuerza— te amo mucho ¿sabes? Por un momento creí que nuestra amistad iba a terminar cuando me besaste…

—Lo lamento —susurró Changmin entre los mechones de pelo rubio que le hacían cosquillas en la cara, este se puso de pie jalándola consigo y sonrió al ver su maquillaje corrido, Jessica odiaba que eso sucediera— pareces un mapache —le dijo apretando una de sus mejillas, Jessica le mostró el dedo del medio aguantándose una risita.

—Es tu culpa bastardo —contestó entrando al enorme baño que tenia para ella sola y comenzando a desmaquillarse— Min ¿Aun está en pie esa invitación para ir a lo de little pig? —pregunto ella animadamente, Changmin se recostó en la cómoda cama y busco el control del televisor.

—Claro —respondió encontrándolo en el velador y encendiendo la tele. Jessica se arreglo el maquillaje y luego salió a rebuscar entre sus ropas la ropa horrorosa que Changmin le había exigido que comprara para ir a su barrio, en síntesis toda su ropa era de marca o de diseñador excepto esa ropa que había ido a comprar con su amigo en un mercado de pulgas, Jessica aun se acordaba la cara de risa de Changmin cuando ella mando a desinfectar totalmente la ropa barata antes de siquiera contemplar el ponérsela, era un jean desgastado sin marca siquiera, una blusa azul muy hermosa, Jessica la amaría de verdad si no le hubiera costado solo 15 dólares, ¡Qué horror!, y una chaqueta café que también le gustaba mucho y que le gustaría más si fuera de algún diseñador conocido.

Jessica se quito su ropa sin importarle la presencia de Changmin, su ropa interior blanca era muy sexy y ceñida su cuerpo, no era la primera vez que se cambiaba frente a su amigo y este como las veces anteriores ni si quiera volteo a mirarla, ella arqueo una ceja confundida, era cierto que eran amigos, y estaba segura con toda su alma que Changmin sentía el mismo cariño y hermandad que ella sentía por él, sin nada romántico o sexual entre ellos, pero a pesar de todo eso, Changmin debería haberla mirado aun que sea un poco, porque ella tenía un cuerpo terrible, un cuerpo de infarto y lo sabía, quizás a Changmin no…

Ella negó con la cabeza y se vistió rápidamente, agradecida que pudiera descuidarse frente a un hombre sin que este la mirara como a un pedazo de carne, siempre se había imaginado la misma escena con una hermana que nunca tuvo ya que era hija única, pero la sensación no era diferente en ese momento, después de todo Changmin y ella eran compinches, cómplices, casi hermanos si no fuera porque tenían distintos padres.

—Estoy lista —dijo ella con voz aniñada echándose al lado de Changmin— ya me puse la horrorosa ropa de pobretona ¿nos vamos? —este soltó una risita, Jessica se veía muy bien con esa ropa barata, no lograba diferenciarla de cuando usaba su ropa de marca pero ella decía que la diferencia era grande y que él estaba ciego o era imbécil cuando le mencionaba esa particular opinión suya.

—Bien, entonces vamos.

Era más que seguro que no podrían llevar al auto a esa zona o despertarían sospechas así que salieron a pie para tomar un taxi, llegaron a Village Hope rápidamente, Changmin le indico al sujeto que los dejase en la plaza principal de la villa que era donde menos solían estar sus amigos debido que la gente del lugar siempre andaba por ahí, le pagaron al sujeto y caminaron tranquilos por la calle, Jessica engancho su brazo al de Changmin mientras caminaban en dirección a la casa de little pig, no hacía mucho frío esa noche, fueron por las calles malolientes, por donde los autos ya no podían circular debido a los enormes baches que se habían hecho en el pavimento, un perro comenzó a ladrarles amenazadoramente, encerrado por una cerca de metal en una casucha barata, simplemente lo ignoraron, el pobre animal estaba frustrado por vivir una vida encerrada y ladraba así a todo el mundo que pasaba frente a su reja.

Las luces de las calles eran más pequeñas en ese lugar, no iluminaban tanto como las de la plaza, así que había un ligero espacio de sombra entre las luces de alumbrado público, giraron en una esquina donde había una cancha de básquet cercada por una malla de metal, la puerta abierta hacia un chirrido cuando el viento la mecía y a pesar de la hora y la poca luz en ella habían niños de todos los tamaños jugando baloncesto, niños negros y blancos, todos de la calle, que seguramente crecerían para convertirse en lo que eran Changmin y sus amigos… soldados del Ghetto.

—Mira eso —señalo Jessica a una criatura negra y regordeta que aleteo sobre sus cabezas— oh… eso no es peligroso ¿Cierto? —preguntó ella colándose totalmente a Changmin este soltó una risita.

—Es solo un murciélago, no hacen nada —tres casas después de la cancha de básquet estaba una casa de dos pisos, la pintura de la fachada estaba descascarada, y la polvorienta persiana metálica del garaje estaba abierta, una luz amarilla iluminaba el cementado viejo que servía de camino para meter el coche al garaje, pero como little pig no tenía coche, su garaje era como un punto de reunión entre amigos, se escuchaba un rock sonando desde adentro a un volumen razonable, ni de lejos tan podridamente fuerte como en la fiesta de Dario, mientras  Changmin y Jessica avanzaban hacia la entrada del garaje, que era separada más o menos por unos cinco metros, sus amigos los recibieron animadamente entre silbidos y gritos.

— ¡Al fin llegaste Max! Justo a tiempo para animar la fiesta —sonrió little pig poniéndose de pie para estrechar la mano de Changmin y luego chocar puños— hola Jess —saludó luego el chico a la hermosa acompañante de Changmin, ella acepto el beso en la mejilla.

—Hola Rayan —dijo animada.

—Pero mis amigos me llaman little pig —le recordó el, amable— pasen, están en su casa.

Lee y su novia se pusieron de pie para saludar, ella era una chica  muy hermosa, con un cuerpo de infarto, quizás sus labios eran un poco voluminosos y su rostro ligeramente alargado, pero a pesar de eso, Emily era muy hermosa

—Hola hermano, que tal Emi —Changmin los saludó a ambos antes de continuar saludando a las demás personas.
Emily saludo a Jessica después de Lee, besando sus mejillas, Jessica no se llevaba nada mal con esa chica pero tampoco podía decirse que eran precisamente las mejores amigas, de todas formas Emily la invito: — ¿Por qué no te sientas aquí? —Jessica se sentó al lado de la otra chica mientras Changmin seguía saludando a los demás.

— ¿Dónde está Don? —preguntó Changmin cerca de la radio, ya que no logró ver a su amigo entre la escasa muchedumbre.

—no ha venido todavía, lo llamé hace media hora pero no me contesto, seguro está durmiendo —contestó Alex un hombre que estaba cerca de cumplir los veinticinco, el más viejo del grupo, Changmin acepto el porro que este le ofrecía y le dio dos caladas agradecido, su garganta ardió ligeramente por la marihuana pero estaba acostumbrado, resistió el aire y le paso el porro a otro amigo, pudo ver por el rabillo del ojo que Jessica también tenía un porro en sus manos y después de fumarlo se lo pasaba a Emily, Changmin soltó el aire incapaz de contenerlo más tiempo, inmediatamente sintió ese sopor ligero en su cuerpo, ese relax que solo la marihuana brindaba, se sentó al lado de Jess y saco su teléfono viejo para marcarle a Don, en casa tenía como cinco teléfonos de último modelo, todos eran regalos que sus amigos o familia le habían dado en alguno de sus cumpleaños o alguna otra fecha especial, Changmin no los usaba excepto en el colegio, para aparentar.

—Hola… —se escucho una voz soñolienta.

—Hey bro, ¿Te quedaste dormido desde que me fui de tu casa? —preguntó Changmin divertido.

—Joder si, aun sigo en el sillón ¿Cuándo te fuiste? No te sentí.

—Casi a las seis, me fui a buscar a Jessica para lo de little pig, creí que ya estarías aquí a mi regreso —explico Changmin  moviendo su cabeza al ritmo del rock.

—Carajo… si no me llamabas me dormía de plano hasta mañana bro, ya voy, estaré ahí en quince minutos.

—Genial viejo… Te veo al rato —Changmin colgó el viejo celular y se lo guardo al bolsillo.

— ¿Qué te dijo Don, va a venir o no? —preguntó Lee.

—Ya viene en camino, dijo que llegaría en quince minutos así que supongo que se moverá en su máquina*, viejo —explicó Changmin agarrando el porro que Lee le pasó, aun no estaban tomando, lo que significaba que quizás no habría trago en esa ocasión, a veces solo fumaban hierba, de modo que no era necesario el trago, pero la mayor parte de las veces alguien aparecía con un par de botellas de ron y mandaba a comprar Coca cola a la tienda para mezclar.

—Debo admitir que esta fiesta es mas relajante que la de Darío —susurró Jessica en su oído, Changmin vio sus ojos, un poco rojos debido a la mota, el mismo sentía sus ojos enrojecidos, pero muy tranquilo, en paz… Disfrutando con sus amigos.

—Es mucho mejor que la otra mierda de fiesta… —Changmin se calló no queriendo recordar ciertas cosas de dicha fiesta.

— Max ¡Agárralo! —el susodicho solo vio volando fugazmente hacia él un objeto negro, a pesar del letargo en el que estaba sumido, sus reflejos estaban perfeccionados, eran más rápidos que su mente incluso, así que simplemente dejo que su cuerpo lo atrapara, descubrió que era un micrófono.

— ¡Vamos Max, canta algo! —le pidió Meter, otro de sus amigos mientras cambiaba  el CD, la música sonó llenando la habitación que incluso era algo acústica, para Changmin fue fácil seguir el ritmo y comenzó a cantar Rusty Nail, los demás comenzaron a gritar emocionados con la música, Changmin realmente tenía una voz muy potente y más fácil si había fumado antes, era más fácil hilvanar sus pensamientos estando bajo el efecto de la marihuana.

De repente alguien llegó corriendo, pegándoles a varios un fuerte susto repentino, era un chico alto y flacucho que siempre vestía ropas demasiado anchas en proporción a su huesudo cuerpo, ropas que lo hacían ver muy raro, además usaba gorra todo el tiempo incluso de noche, Changmin lo observo extrañado, Soul jadeaba y sus ojos mostraban un ligero temor, Changmin no lo entendía Soul era un chico tranquilo, así que eso le resulto extraño al igual que a todos.

— ¿Soul? ¿Qué demonios te sucedió hermano? —preguntó Alex por sobre la agitada respiración del chico.

— Es Don, ese cabrón hijo de puta se metió en problemas otra vez, muy serios problemas esta vez —explicó Soul mas recuperado, moviéndose repentinamente en dirección a la radio para apagarla— parece que quiso matar a un chico rico que le busco pleito… La policía llegó hace poco y ahora esta patrullando toda la villa —Soul llegó de dos zancadas a la puerta del garaje y bajo la persiana para ocultarlos de la calle.

— ¡Apaguen las luces! —ordenó Little Pig— jodido Don… ¿Qué rayos paso Soul? ¿Qué viste? —el chico se sentó cerca de Changmin y siguió contando...

—No lo sé exactamente, solo vi cinco patrullas estacionadas en la plaza, estaban hablando con la vieja Jung, la señora  la tiendita, ella estaba realmente histérica, la escuche decir algo sobre Don y que quiso acuchillar la garganta de un chico de plata  no es la única que lo vio, hay más personas que estaban en la plaza en ese momento y también lo vieron—Changmin maldijo entre dientes, la mayoría de la gente de los barrios bajos eran inmigrantes o personas  que conseguían una nacionalidad y vivían en los barrios pobres debido a sus orígenes latinos, pero pocos de sus amigos eran puramente latinos, la mayoría había nacido en suelo Asiático,

— “Chico de dinero” ¿Quieres decir un niño rico?— Soul asintió— ¿Y Qué mierda hacia aquí? —preguntó Changmin extrañado.

—No lo sé, hermano —dijo Soul— tampoco vi a Don cerca, solo a las personas que vieron lo que el imbécil de Don hizo.

—Joder ¿Cuántas veces le dijimos que no llamara la atención?  ¡Mierda!, voy a arrancarle los dedos si nos mete en un lío —masculló little pig molesto.

—Hay que esconder la merca —mandó Changmin con decisión, todos se pusieron de pie— solo por si acaso.

—Max tiene razón, la fiesta termino, al menos hasta que se vayan los bad boys de aquí —a lo lejos se escucho el inconfundible sonido de la sirena de una patrulla— ¡Joder!, no hay tiempo —Changmin asintió y se acercó a Emily y a Jessica.

—Emy, Jess no está acostumbrada a las bandadas ¿Podrías acompañarla al cuarto de pig? —preguntó Changmin.

—No te preocupes por eso, sabes que se que hacer —contesto la chica pidiéndole a Jess que la siguiera, Jess se detuvo un momento.

—Todo va a estar bien Jess —le dijo Changmin posando un brazo sobre sus hombros, ella negó con la cabeza.

—No me preocupo por mí, me preocupo por ti Min…

—No seas tonta, yo sé cuidarme solo y lo sabes, además voy a estar más tranquilo si estás aquí a salvo, sería un problema si nuestros padres se enteran de esto… —ella asintió obediente y entraron a la casa por una puerta interna— Hey little pig ¿Te quedas con las chicas? Están algo nerviosas.

—Claro que si hermano, nada les va a pasar… —la sirena de una patrulla se escucho particularmente cerca esta vez, todos se callaron y se quedaron estáticos mirándose unos a otros.

—No pueden entrar hasta aquí la calle es intransitable ¿O no? —susurró Lee algo nervioso, no estaba de humor para volver a la cárcel, ya había pasado dos meses ahí recientemente, cuando la policía lo había sorprendido vendiéndole droga a un ejecutivo cerca de la carretera principal.

—No lo sé, guarden silencio —ordenó little pig, increíblemente la policía había logrado entrar hasta ese lugar, a pesar de las penosas calles llenas de grandes agujeros, podían ver la luz de las sirenas por la franja que separaba la persiana de la cochera con el piso, y para el horror de todos, las luces seguían ahí quietas, no se movían, de pronto se escucharon unos golpes en la puerta de little pig, Changmin pudo sentir la tensión elevándose en el aire.

— ¡Policía! ¡Abran la puerta!

— ¡Joder! —masculló little pig sacando dos frasquitos de su bolsillo uno con un liquido verde y el otro eran gotas para los ojos, Changmin lo vio ponerse las gotas rápidamente y todo el rojo de sus ojos debido a la marihuana se fue, el otro frasquito era agua de menta, little pig hizo un par de gárgaras con el liquido y luego escupió— tienen que irse todos ahora, yo los distraeré mientras ustedes sacan la merca, no deben dejar nada —dijo entrando a la casa cuando los toques se hacían más violentos— ¡Ya voy! —le escucharon gritar.

—Bien —Changmin se puso al mando automáticamente, siempre había sido el “líder” de alguna manera, y solo porque había sido capaz de sacarle la mierda a un tipo que tenía por apodo “Konan” debido a que nadie nunca le había vencido en una pelea, claro hasta que Changmin llegó a partirle el hocico, y después de eso Konan no había vuelto a aparecerse por la villa, Changmin en ese entonces no había sabido nada del tipo, no sabía de sus antecedentes en la cárcel, ni de su intento de homicidio a un policía, solo un día común y corriente el sujeto se había aparecido frente a él y a Don para tratar de quitarle la merca a su amigo, Changmin al ver que Don estaba dispuesto a entregarla sin decir absolutamente nada simplemente le había sacado la mierda al tal Konan, ganándose sin saberlo un respeto de parte de todos los demás, ya que no se habían atrevido a plantarle cara, así que dejaban que el tomara las decisiones
— podemos salir por detrás de la casa de pig, pero tendremos que hacerlo uno por uno, y el cabrón que haga ruido puede darse por muerto, nadie lo ayudara ¿comprendido? Hay que llevar la merca por partes, la devolveremos mañana —lo bueno de conocer a todos los amigos era que Changmin sabía que nadie robaría ni un gramo de la mercadería de pig, entre hermanos se respetaban.

Todos se metieron toda la cocaína y marihuana a los bolsillos, podían oír a little pig hablando con los oficiales así que una vez estuvo todo limpio entraron a la casa y fueron por el angosto pasillo hacia el jardín de atrás sin hacer bulla, uno por uno.

— ¿Vives aquí tu solo? —Changmin escuchó preguntar a uno de los policías, mientras pasaba por el pasillo, las voces venían del estrecho recibidor.

—No señor, mis padres están en sus trabajos —fue lo último que alcanzó a escuchar antes de salir al último y cerrar la puerta con calma, luego todos en un mudo acuerdo se fueron alejando, protegidos por las sombras como gatos, a nadie le fue un problema saltar la pared y escabullirse entre la basura y el alto césped, incluso invadiendo los jardines de los demás vecinos que ni siquiera se enteraron de la invasión, Changmin se alejó y salto la cerca de madera alta de una señora vieja que vivía a dos casas de little pig, llegando al fin a la calle, luego con mucho cuidado se tumbo en la calle y se asomo hacia la acera, pudo ver la patrulla estacionada perfectamente al lado de la acera, con sus luces aun prendidas, el rojo y el azul giraban alternadamente, al parecer los policías estaban dándole demasiada lata a little pig ya que no se iban, Changmin sintió una vibración en su bolsillo asustándolo ligeramente, saco su celular sin levantarse y leyó el mensaje que le había llegado, era del numero de Jessica pero al parecer no lo había escrito ella.

“Max, los policías entraron a la casa, tienes que hacer algo para distraerlos, o se llevaran a little pig, Jess y yo estamos bien.”

Changmin soltó una maldición bastante subida de tono, ¿Cómo rayos los iba a distraer…?

—Hey Max —Changmin casi se muere de un ataque cardiaco cuando un niño pequeño se echo de panza a su lado mirando la patrulla con ojos curiosos.

—Joder Mouse, me asustaste —Changmin conocía al niño desde hacía mucho tiempo, incluso antes de conocer a Don, el niño le había ayudado una vez a sacar su culo fuera del alcance de la policía cuando había sido pescado robando, el niño era muy listo para su edad, y hacía reír a todos con sus bromas y chistes.

— ¿Qué pasa con la cana* Max? —preguntó el pequeño, Changmin observo la resortera sobresaliendo de los desgastados jeans del niño y se le ocurrió una idea.

—Mouse necesito tu ayuda —exigió Changmin sacando la reportera de su bolsillo— ¿Tienes una piedra? —Mouse saco varias piedras redonditas, justo lo que Changmin necesitaba— escucha atentamente, necesito un favor ¿Podrás? —El niño asintió valientemente— debes apuntarle a la patrulla, puedes darle en cualquier parte que quieras ¿Entendido? Luego corres como si el mismo diablo estuviera persiguiéndote —el niño puso una enorme cara de ilusión que casi hace reír a Changmin.

— ¡Claro que sí Max no fallaré! —contestó el niño emocionado.

—Mouse, espera, escúchame —le frenó Changmin— después de lazar la piedra corre por allá —indico señalando el camino contrario a la plaza— te irás a tu casa y no saldrás de ahí ¿Entendido? —el niño asintió fervientemente— de acuerdo confiare en ti, voy a ocultarme allá tras aquel contenedor de basura, cuando te haga una señal disparas y corres —le indicó Changmin antes de deslizarse entre las sombras sin hacer ningún ruido, sabía que el auto de la policía estaba blindado así que una piedra arrojada por un niño difícilmente iba a hacerle daño al vehículo, se ocultó tras el contenedor  y desde ese ángulo pudo ver a uno de los policías hablando con Little pig al parecer el otro estaba adentro revisando la casa, Changmin le hizo la seña a Mouse y el niño asintió mientras tensaba su resortera, el pequeño solo tardo tres segundos en apuntar y disparar, lo siguiente que supo Changmin era que Mouse estaba corriendo realmente rápido por donde le había dicho que lo hiciera, que el vidrio del retrovisor izquierdo estaba hecho añicos provocando un gran estruendo y que ahora estaba realmente en problemas, ¡Joder! Mouse realmente era un caso serio, le había apuntado justo a la única parte del auto que si se podía romper, ¡La única! Changmin, no perdió más el tiempo y salió como bala de su escondite, sin mirar atrás corrió con rapidez, las cosas a su alrededor se convertían en borrones a ratos.

— ¡Hey alto ahí! —escuchó la voz potente del policía, pero Changmin no se iba a detener, seguro el hombre estaría corriendo tras él, ojala no estuviera en tan buenas condiciones como para alcanzarlo, cuando había corrido tres cuadras escuchó la patrulla acelerar violentamente, antes de girar hacia la plaza pudo ver a uno de los policías, algo lejos, pero todavía corriendo hacia él, mierda, mierda y mas mierda ¿Habiendo tantos policías obesos justamente tenían que perseguirle los que si estaban en forma?, iba a tener que esforzarse más si quería escapar, la patrulla no avanzaba tan rápido debido a los baches de la horrible calle, sin embargo sus poderosas llantas lograban atravesar los baches en los que otro vehículo se hubiera atorado, Changmin corrió una cuadra y se metió a un estrecho callejón, el callejón era muy largo y se asemejaba a un laberinto debido a los edificios y casas viejas, este lo conocía perfectamente y una de sus salidas era a la plaza, Changmin se metió como una rata entre las sucias paredes, rápidamente pudo llegar al esquina que lo guiaría hasta la plaza, de hecho pudo ver fugazmente los árboles secos y las feas bancas cuando giró, corrió con rapidez y salto sobre unas cajas con fruta podrida que los comerciantes desechaban ahí, el impulso le ayudo a saltar una gran malla de acero que separaba el callejón por la mitad, pero algo pasó entonces, algo que fue demasiado rápido para asimilarlo, lo único que alcanzó a ver Changmin fue un par de ojos negros que lo miraban asustados y entonces cayó con fuerza sobre otro cuerpo que hizo de colchón para él, Changmin sintió como todo giraba dentro de su mente por unos instantes ¿Qué demonios había pasado?

—Ouch… —escuchó una débil voz debajo de él, Changmin abrió los ojos para encontrarse frente a frente, a centímetros prácticamente, de la cara de Kim Jaejoong, por un momento Changmin pensó que estaba alucinando o quizás estaba dormido y todo eso era un sueño extraño o que se había golpeado la cabeza cuando escapaba de los policías y ahora veía alucinaciones, ¿Qué demonios hacia Kim Jaejoong debajo de su cuerpo?

— ¿Tu…? —jadeó Changmin pero entonces escucho una sirena y recordó de quien estaba escapando, habían voces atrás en el callejón y estaba seguro de que había despistado a los policías durante unos valiosos segundos, segundos que estaba perdiendo ahí mientras observaba la mueca sexy y adolorida de ese bastardo.

Changmin se puso de pie y ni siquiera supo porque pero jaló del otro chico y comenzó a correr como loco.

—Que… ¡Espera! —pero Changmin no hizo caso, solo sujeto el brazo de Jaejoong con fuerza y siguió corriendo arrastrando al otro chico junto con él, salieron a la plaza, la gente se arremolinaba alrededor de la tienda de la vieja Jung y como estaban al otro costado nadie los vio al estarles dando la espalda, Changmin corrió hacia la izquierda por una calle iluminada, escuchaba el jadeo del rubio y rogó porque a al rubio no se le acabara el aire ni las fuerzas para seguir corriendo, el estaba acostumbrado pero seguramente ese idiota teñido no lo estaba.

Changmin conocía el camino así que se metió a un descampado, pero entonces las luces de la policía alumbraron tras ellos, Changmin volteó asustado para ver dos patrullas entrando al descampado, maldijo en su interior y retomo su alocada carrera, joder ¿Por qué tenía que pasarle eso a él? ¿Por qué? ¿Acaso se lo merecía? Si, era malo a veces, pero nunca le había hecho daño a otra persona, ni había matado a nadie y solo se metía con los de su tamaño y hasta con personas más grandes, entonces ¿Qué carajos estaba pagando?

—Hey espera… podemos tratar… de hablar con ellos —escuchó la jadeante voz del imbécil, pero no le hizo caso y aun no sabía porque su mano seguía firmemente ajustada al brazo de “ese”… Changmin giro detrás del descampado donde había una calle, una de las mas decentes de la villa, cruzando estaban los campos de cultivo, de hecho era una casa grande y bien construida donde todos los que se vivían la vida sembrando se reunían dentro, alrededor de dicha casa había una muralla de madera tenia la altura suficiente para llegar al cuello de una persona,  Changmin la salto sin problemas pero el otro… definitivamente no podría.

—Rápido sube al basurero yo te jalo —le dijo apurado señalando un basurero pequeño de metal, podía oír claramente las sirenas acercándose.

—Es que yo… no creo que pueda —murmuro Jaejoong dubitativo, entonces Changmin perdió la paciencia, repentinamente lo jaló de las axilas hacia arriba el rubio soltó un chillido espantado y cayó con fuerza sobre Changmin al otro lado de la cerca justo a tiempo pues un segundo después los policías invadieron dicha avenida, Changmin tenía que admitir que el chico había subido de peso desde hace dos años ya que su cuerpo le había quitado todo el aire de sus pulmones al caerle encima, pero una vez recuperado, Changmin se giró para quedar completamente encima de Jaejoong y tapo su boca con una mano, se aplasto lo más que pudo contra el caliente cuerpo del otro chico y aguanto la respiración para escuchar, las patrullas se habían detenido con un chirrido.

— ¿Por dónde se fueron? —escuchó una voz y varios pasos, Changmin afianzo su agarre sobre la boca del rubio mientras las botas de los oficiales hacían ruido cada vez que se acercaban mas a la cerca— creo que se metieron entre los cultivos…

—Jodidos vándalos del infierno, hace frío en esta zona de la ciudad —escucharon decir a otro oficial, una luz de linterna se encendió encima de ellos, pero al estar pegados a la cerca no los alumbró directamente, si no a los cultivos que estaban unos metros a su derecha, Jaejoong se removió debajo de Changmin pero este afianzo su agarre sobre su cuerpo para que el bastardo dejara de moverse, cuando al fin logró inmovilizarlo surgió otro problema, algo duro se clavó contra la cadera de Changmin, este dejó de forzar a su cuello a mirar hacia arriba y bajo la vista, sus ojos se encontraron con los enormes ojos de Kim Jaejoong, la luna los hacía brillar de una manera interesante, parecían grandes y acuosos, un rubor cubría sus mejillas, delatándolo, Changmin se sorprendió mucho en ese momento Jaejoong seguía deseándolo, si, ese bastardo le había causado un enorme y jodido dolor de cabeza hace dos años, y Changmin aún seguía causándole enormes y jodidas erecciones. Eso podría ser provechoso… Pero definitivamente no en ese momento, en cuanto los policías se largasen de ahí…

— ¿Crees que será cierto Callaham? Ya sabes, eso de que unos niños ricos vinieron hasta aquí… —Changmin arqueo una ceja interesado, ¿Ósea que los policías habían venido por culpa de la mariposa que estaba bajo el? ¡Mierda! ¡Eso por poco le cuesta un par de años tras los fierros* a little pig…! ¡Ese bastardo hijo de perra de Km Jaejoong estaba realmente en grandísimos problemas!

—La señora de aquella tienda dijo que uno de los vándalos que viven por aquí quiso acuchillarlo… Realmente debe ser un tipo peligroso como para que ella se haya negado a dar su nombre o algún dato más sobre el criminal —dijo el tal Callaham, los pasos de los policías se alejaron bordeando la extensa cerca, mientras estos seguían buscando entre los sembradíos, Changmin podía sentir cada respiración que el rubio  ejecutaba, el aire frío entrando a través de sus dedos y luego el aire tibio saliendo de los pulmones del teñido, quizás si Jaejoong no hubiera tenido una erección tan obvia clavándose bajo el hueso de su cadera Changmin no hubiera comenzado a excitarse también, habían tantos “quizás” que tal vez nunca podría explicar.

Mierda, los policías seguían ahí y Changmin no podía moverse a menos que quisiera revelar su ubicación, lo que significaba que Jaejoong se iba a dar cuenta de su erección si o si, pero Changmin jamás, nunca, nunca iba a mostrarle de nuevo su lado débil a nadie y mucho menos a Jaejoong que ya lo había visto derrumbado, ya que ese lado asustado que lo había gobernado mientras el rubio le hacia una mamada a la fuerza, era culpa de ese mal nacido hijo de perra, por culpa de Jaejoong, Changmin obtuvo ese lado aterrorizado de que pudiera llegar a gustarle ser un marica, en ese momento prefería hacerse al valiente y demostrarle a Jaejoong  que ya no le tenía miedo como cuando estaban en el colegio, ahora Changmin tenía el mando, y tenía la ventaja de saber que si quería, podía hacer añicos a la persona que respiraba agitada bajo el peso de su cuerpo.

Con esa decisión tomada no había nada más que hacer que enfrentarlo, tenía una erección debido a un chico, si, pero eso no lo convertía en marica, Changmin se movió ligeramente para que su erección quedara justo sobre la de Jaejoong, hábilmente se hizo campo entre sus piernas, los ojos negros se abrieron sorprendidos, las manos de Jaejoong se clavaron en sus costados empujándolo, pero Changmin era jodidamente más fuerte, y no se movió ni un milímetro.

—Mmmp —Jaejoong trató de decir algo pero Changmin afianzo su agarre sobre sus labios y movió sus caderas hacia delante, Jaejoong cerró los ojos inmediatamente atacado por el rubor, realmente no podía estar más rojo, la misma sensación de placer recorrió a Changmin haciendo pulsar su pene dentro de sus pantalones, estaba malditamente furioso, ¿Por qué ese imbécil con cara de mujer fea podía excitarlo hasta ese punto? Por dios ese peinado le quedaba horrible, y la barba mal rasurada era fatal… pero aun así, aun con esa cosa colgando entre las piernas Jaejoong lograba lo que ninguna chica había podido los últimos dos años: excitar a Shim Changmin hasta ese punto.

—Shhh —susurró Changmin al oído de Jaejoong— quédate callado, ya sé que esto te gusta, jodido maricón —Jaejoong seguía rojo, parecía a punto de hacer combustión espontánea,  incluso pensaba que el chico se había olvidado de los policías, ¿Tanto lo afectaba su cercanía? ¿Tanto lograba descontrolarlo? Changmin sonrió, una sonrisa malvada, no sabía que jodidos hacía Kim Jaejoong en su zona pero el peor error que pudo haber cometido en su vida fue ir a ese lugar, sin saberlo Jaejoong había firmado su sentencia, a manos de Changmin, este volvió a restregarse con más fuerza, el rubio cerró los ojos fuertemente y algo muy parecido a un gemido salió de sus labios, ahogado por la mano de Changmin, sus sentidos estaban alerta, como los de un gato, escucho atentamente en la oscuridad pero las pisadas de los policías se iban alejando, el pecho de Jaejoong era oprimido por el cuerpo de Changmin, si a un principio le había costado respirar seguramente ahora estaría batallando enserio por hacerlo, Changmin podía imaginárselo, debía ser difícil respirar con algo presionando su pecho, sin dejar que sus pulmones se expandiesen, y con una mano cubriendo parcialmente su nariz y su boca, además de la jodida erección claro… por Dios sería tan fácil matarlo en ese momento, sin dejar espacio a sus pulmones para hincharse de aire, solo unos segundos de presión en su cuello y ese maldito imbécil era historia, un cadáver frío y rígido de un niño rico que no valía una puta mierda…

Pero por alguna razón eso es lo último que Changmin quería hacer, en cambio utilizó su mano izquierda para apoyarse en el piso y no aplastar tanto al flaquito, mientras la derecha continuaba firmemente sobre la boca de Jaejoong, apagando los sonidos sexis que salían de su garganta esbelta, seguro Jaejoong estaba incomodo, las piedras debían estar clavándose en su espalda y de seguro aun sentía dolor en el lugar donde Changmin le había pegado horas antes, justo entre el estomago y el vientre, el punto más sensible de una persona en esa zona del cuerpo, definitivamente pelear en las calles no era solo pelear y ya, era casi como un deporte disciplinario, siempre saber qué puntos son los más débiles, y otros trucos que a veces aseguraban una victoria en una pelea callejera…

Changmin utilizó su rodilla para abrir mucho más las piernas de Jaejoong, este soltó un sonido ahogado de sorpresa, pero Changmin no le dio tiempo de reaccionar y comenzó a frotarse mucho más duramente contra el rubio, de una manera salvaje y casi dolorosa, sus huevos le habían estado doliendo dentro de su ropa interior por culpa de ese idiota y ahora este iba a pagarlo caro, el placer era intenso de una manera inestable, Changmin podía sentirlo, estaba batallando contra el placer que sentía, ese cuerpo que temblaba debajo suyo lo afectaba de sobre manera aun que no quisiera admitirlo, ¿Cómo podría haberse imaginado que Jaejoong se vería tan erótico en esa situación? Con el pelo despeinado y sucio debido a la tierra, sus ojos fuertemente cerrados y su cara tan roja, su pecho bajaba y subía rápidamente, como si el aire se hubiera agotado en el mundo, y su espalda se curveaba de una manera felina, realmente… Changmin amaba descubrir esas cosas, descubrir el control que podía llegar a tener sobre ese orgulloso y jodido bastardo que no se doblegaba ante nadie hasta que Changmin apareció en su vida, él sabía muy bien que para el rubio en especial no había nada más importante que su orgullo, siempre idolatrándose frente a todos en el colegio… y después de dos años eso no había cambiado, Jaejoong seguía creyendo ser el centro del universo, y solo Changmin podía convertirlo en gelatina, eso era grandiosamente gratificante.

—Mmmm no… —murmuró Jaejoong entre los ajustados dedos de Changmin.

— ¿No? —pregunto este con malicia, acercando sus labios a la oreja de Jaejoong para susurrarle directamente en su canal auditivo, sin dejar de moverse un segundo sobre su cuerpo, sintiendo como su polla dura e hinchada batallaba en un restregón salvaje con la del rubio— pero si lo estas disfrutando tanto… ¿Por qué debería parar? ¿Vas a correrte jodido marica de mierda? ¿Vas a descargarte en tus calzoncillos solo con mi pene frotándote? —Changmin descendió su cabeza hasta el cuello de Jaejoong, utilizando la mano que le cubría la boca para empujar su cabeza hacia atrás y tener más campo y acceso— vamos Jaejoong, córrete —ordenó Changmin con un gruñido y mordió la aterciopelada piel que cubría el cuello del rubio, escuchó el fuerte gemido que este soltó para ahogarse en su mano, mientras su espalda se arqueaba, y ajustó la fuerza de su mordida cuando sintió a su pene manchar sus propios calzoncillos, casi al mismo tiempo en el que Jaejoong lo hizo, Changmmin sintió el sabor metálico de la sangre en sus labios, había provocado un pequeño raspón en el cuello del rubio  con sus dientes que rápidamente se tornaba en un rojo oscuro, cuando la pequeña herida se lleno de sangre de nuevo Changmin la lamió con fuerza, bebiendo de la esencia de del rubio, de su sangre “noble” como un ladrón que ansia lo que el rico tiene, solo que lo que Changmin ansiaba no era dinero… Changmin quería apoderarse de Jaejoong de tal manera que este nunca más pudiera ser libre, quería cortar sus blancas alas y verlo sufrir detrás de los barrotes, hacer que añorara desesperadamente su libertad…

Los pasos de la policía volvieron a escucharse, pero en dirección a las patrullas, las puertas de los autos se cerraron y con las sirenas encendidas se fueron alejando en dirección al pueblo, no era la primera vez que la policía venia a la villa, Changmin sabía que darían un par de vueltas por el barrio haciendo escándalo con sus autos y luego se marcharían, después de todo ¿Por qué esforzarse más por un lugar tan decadente como ese?

Ignorando olímpicamente la húmeda viscosidad dentro de sus pantalones Changmin se puso de pie ágilmente, Jaejoong no tenía por qué enterarse de que él también se había corrido, sacudió sus ropas ligeramente, después de todo ya se había acostumbrado a andar cubierto de tierra, se volteó esperando ver al teñido de pie y se sorprendió de verlo aun recostado en el piso, temblaba ligeramente y aunque cubría su rostro con su antebrazo Changmin alcanzo a vez fugazmente como una lagrima dejaba un invisible recorrido por su mejilla, quizás le hubiera gustado burlarse del rubio o creer que era ridículo que estuviera llorando, pero por algún motivo no abrió su boca, sus labios se sellaron y de alguna extraña y retorcida manera su pulso estaba latiendo de una manera distinta a la que solía hacerlo…

—Ya párate de una vez, voy a sacarte de aquí —ordenó bruscamente Changmin mirando alrededor, todo estaba vacío, si cruzaban los sembradíos saldrían al bosque que separaba la avenida del pueblo, escucho el sonido que Jaejoong provocaba al ponerse de pie y sacudirse la ropa, no quiso voltear pero el jodido chico parlanchín de repente se había quedado mudo y debido al mutismo fue que Changmin se volteo, aunque había sacudido su ropa del polvo y la tierra, aun seguían notándose los lugares donde más se le había ensuciado la ropa, su pelo seguía sucio, traía un paquete de pañuelos desechables en una mano y con la otra se limpiaba el rostro, joder que niño mas metrosexual— si ya acabaste de maquillarte, muñequita, mueve tu culo, tenemos que salir de aquí —lo apuro Changmin, Jaejoong guardo el papelito usado en el bolsillo de su jeans y le lanzo una mirada cargada de odio a Changmin, quien le sonrió en respuesta.

— ¿No vas a golpearme? —preguntó desafiante el rubio, Changmin tenía que admirar eso, aunque Jaejoong sabía que no tenia oportunidad contra él seguía retándolo de esa manera.

—No vales la jodida pena, ¿Si te asesino que gano yo? Nada, si algún día me contratan para volarte el cerebro y me ofrecen una buena suma de dinero con gusto lo haré, ahora veámonos —Changmin se volteó y comenzó a caminar sin importarle si Jaejoong lo seguía o no, más bien Jaejoong lo hizo, el sonido de las pisadas detrás de él se lo confirmo a Changmin, bordearon toda la cerca y tuvieron que saltarla del otro lado del sembradío, los árboles se alzaban oscuros y altos frente a ellos, Changmin se preguntaba si la nenita tendría miedo de entrar, dio unos pasos sin escuchar que Jaejoong volviera a seguirlo pero poco después este lo hizo, Changmin conocía todo ese lugar de memoria así que salieron rápidamente a la carretera, unos metros por detrás del letrero de bienvenida que adornaba el camino hacia la villa, Changmin se giró para decirle al rubio que no quería volver a ver su cara nunca más en su puta vida y que si volvía a ese lugar realmente iba a matarlo, pero el sonido del motor una moto vieja lo distrajo, antes de que pudiera hacer algo Don se parqueo cerca de ellos y bajo de un salto de la moto, Changmin vio que la mirada de Don iba de él hacia Jaejoong. Y que la furia se dibujaba en los orbes oscuros de sus ojos.

—Tu jodido hijo de perra, ¡Llamaste a la policía cabrón! ¡Voy a matarte! —Don se lanzó hacia Jaejoong que retrocedió un par de pasos asustado, pero entonces  Changmin lo detuvo, Don, pasmado miraba absorto la mano de Changmin sujetando firmemente su muñeca, evitando que rompiera la cara de ese bastardo en dos— Max… no me digas que conoces a este hijo de puta…

—Lo conozco —dijo Changmin desafiante, sabía que Don lo enfrentaría de ser necesario pero a una pelea honrada, sin trucos, y que definitivamente el le ganaría, y no quería llegar a eso con su amigo, pero tampoco parecer un débil ante Don— ese bastardo es el que me jodió la vida hace dos años… —Changmin le había dicho a Don que un mal nacido le había jodido la vida, y aun que Don había preguntado muchas veces que era lo que había hecho para cabrearlo tanto, Changmin nunca se lo confeso, por miedo a su reacción si le contaba la verdad.

— ¿Ese…? ¿Y qué jodidos hace aquí? —preguntó Don más centrado, al menos había dejado de apretar sus puños con amenaza.

—Eso no importa, lo que importa es que ahora…  —Changmin dejo de mirar a Don sin soltarlo, y fijo sus ojos en los del rubio, con toda la fuerza que pudo imprimir en su mirada, porque en ese momento, las palabras que iba a decir eran lo más serio que había dicho en toda su vida, los ojos de Jaejoong le devolvían la mirada, como un cachorro resignado ante el macho alfa, tratando de esconder su miedo con desafío, pero Changmin podía leer esos ojos, y sabia en ese momento que Jaejoong estaba totalmente dominado por el, por su mirada y su sola y simple presencia, Changmin dicto las palabras que sentenciarían a Jaejoong a partir de ese momento:
 — …ahora el tiene una deuda de vida conmigo, a partir de hoy el me pertenece…



*Cana= Policía
*Maquina= Min se refiere a la vieja moto de Don.
*Tras los fierros= se refiere a los barrotes de la cárcel.

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