El castigo impuesto por Jaejoong a su sobrina había sido catalogado por todos como excesivo, ya que no solo le retiró todos los artefactos tecnológicos a los que tenía acceso durante dos semanas, sino que durante igual tiempo no tendría derecho a comer postre, golosinas y comida rápida. Jinhee tras conocer la travesura de su hija, se mostró de acuerdo con el castigo y prometió no interferir con el cumplimiento del mismo, sin embargo, ninguno de los dos adultos contaba con el hecho de que para Gabrielle, el castigo era lo de menos, porque se había salido con la suya, su tío Jae saldría en una cita con Changmin y eso la hacía feliz.
Jaejoong y Changmin habían logrado hacer un hueco en sus agendas y programado su salida para el miércoles de esa semana. El joven médico dejó en manos del compositor la elección del lugar al que irían, ya que él tenía varios años viviendo en Dublín. El rostro de Jaejoong asustado por la pequeña Gabrielle, le parecía una de las cosas más tiernas que había visto en su vida y a cada rato se encontraba pensando en él.
— ¿Dr. Shim? — indagó una enfermera entrando al consultorio del joven médico, que se encontraba estudiando el caso de uno de sus pequeños pacientes. Changmin levantó la mirada y vio a la enfermera interrogante.
—Gladys — instó.
—Lo esperan en neonatología, el pequeño Charlie está listo para abandonar la incubadora. — Informó y Changmin sonrió ampliamente y enseguida se puso en pie.
—Esa es una gran noticia, sus padres deben estar muy felices — dijo poniéndose su bata y colgándose su estetoscopio al cuello — vamos, no los hagamos esperar más tiempo.
—Claro, el Dr. Jorg también ha estado muy pendiente de Charlie, no ha dejado de llamar ni un solo día preguntando por su evolución.
—Lo sé, papá ama a estos niños y se preocupa por ellos como si fueran sus propios hijos — comentó mientras caminaban por el pasillo.
—Usted es igual a su padre doctor, se preocupa por estos niños y eso es clave importante en sus recuperaciones. — Changmin sonrió.
—Si tuviese un hijo, me gustaría que lo trataran bien y lo hicieran sentir seguro. — señaló.
Cuando tuvo que elegir una especialidad a seguir, Changmin se decidió por la pediatría, pues desde pequeño había visto la forma tan familiar y amistosa con la que su padre atendía a los niños y eso lo había llevado a fijarse la meta de ser como él, ya que lo admiraba y sobre todo le encantaban los niños.
— ¿Sabe? cuando tenía su edad me hubiese gustado tener las cosas tan claras como las tiene usted. —este sonrió.
—Hay algunos aspectos de mi vida en las que no las tengo tan claras Gladys y por favor, ya deja de tratarme de usted me haces sentir viejo. — dijo mientras esperaban el elevador.
—Okay Changmin — sonrió — Yo también me divorcié hace poco — comentó la mujer mirando los números del elevador— así qué no te preocupes, el dolor de la separación pasará y todo volverá a ser normal. — Changmin la miró unos segundos y luego asintió. La verdad era que desde hace unas semanas no había pensado en su ex esposa, inclusive se había quitado el anillo de matrimonio que por costumbre solía llevar.
—Hoy saldré con alguien que me interesa… — confesó.
—Espero que no sea la rubia chillona que estuvo preguntando por ti. — Changmin negó divertido.
—No, es alguien muy diferente a ella, Gladys. — la mujer sonrió.
—Awww, mírate nada más, te brillan los ojos de solo pensar en tu cita. — Changmin se sonrojó y bajó la mirada. — no tienes que avergonzarte, es tierno, los chicos de tu edad solo piensan en sexo y se olvidan del romanticismo.
—Lo sé, pero la persona que me interesa es difícil de impresionar.
—Mejor aún, cuando la conquistes disfrutarán más de su relación.
—Tal vez… — musitó y luego dio un largo suspiro. No estaba seguro de nada con Jaejoong y tal vez era prematuro tratar de rehacer su vida junto a un hombre, sin embargo, no podía negar que era inusual el interés que el chico despertaba en él, ya que desde los diecisiete años no se había sentido atraído por un hombre. Changmin había tenido claro desde los quince años que era bisexual, cuando descubrió que le gustaban ambos sexos por igual.
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Mirar las manecillas del reloj durante el día solo le había ocasionado ansiedad a Jaejoong. Le parecía ser el blanco de una conspiración en la que incluso las horas habían decidido pasar demasiado rápidas. En más de una ocasión, el rubio estuvo tentado a llamar a médico y cancelar su cita “no cita”, pues algo en Changmin lo hacía sentirse incómodo e inestable y eso no era bueno para alguien como él, por lo que pasó gran parte del día refugiado en el estudio junto a Andres y Yoochun, intentando aparentar normalidad y pretender que era un día normal, pero su paz se vio interrumpida por la llamada de Jinhee recordándole su compromiso de esa noche y que debía prepararse para el mismo. Yoochun y Andres lo obligaron a irse a casa luego de escuchar su conversación telefónica, ganándose un par de miradas asesinas de su parte.
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El compositor y productor se probó casi medio guardarropa antes de decidir no darle más importancia de la que tenía a su dichosa salida con Changmin, así que tomó unos jeans desgastados que usualmente solo usaba para ir al estudio, una camiseta negra con el estampado de un caravela en ella, zapatos deportivos y su vieja chaqueta de cuero. Se sentía ansioso y eso lo molestaba, pero después de la broma de Gabrielle y lo condescendiente que había sido Changmin al respecto, no le quedaba de otra que ir con él a tomar unas cervezas a uno de los Pub´s de la ciudad. Le dio un último repaso a su imagen cuando pasó frente al espejo del pasillo y revolvió un poco su cabello, obteniendo un aspecto aún más descuidado. Bajó a la sala y enseguida se encontró su hermana y sobrina, quienes estaban esperándolo.
— ¿Qué sucede? — preguntó después de notar las miradas reprobatorias de ambas féminas.
— ¿Tío, en serio piensas ir vestido así a tu cita? — cuestionó Gabrielle viendo a su tío con ambas manos en la cintura como hazas. Jaejoong enarcó una ceja
—Sí — respondió serio.
—Pero tío, luces como uno de esos señores que piden dinero en la calle, debes cambiarte y usar una de tus chaquetas bonitas para salir con Changmin.
—Me gusta la chaqueta que llevo puesta Gabrielle.
— Pero esta vieja, fea y gastada.
—Me gusta y punto.
—Mami dile algo, tu eres su hermana mayor— suplicó la pequeña tirando del suéter de su madre. Jinhee sonrió y se acercó a su hermano dándole una mirada crítica reparando en que aparte de su vestimenta informal y cabello revuelto, llevaba una barba de por lo menos tres días.
—Por cómo vas vestido parece que no quieres que esto funcione — comentó viéndolo maliciosamente. Jaejoong bufó
—Solo vamos a ir a un pub a beber unas cervezas, que yo sepa no existe una vestimenta formal para acudir a un lugar como ese, además les recuerdo que sí estoy obligado a ir a esa cita es por culpa del teatro que armó Gabrielle... — Recriminó y Jinhee negó divertida, al ver como su hermano se estaba sonrojando. Tenía una actitud extraña e inusual en él, como si el solo hecho de pensar en el médico lo pusiera nervioso y eso le pareció adorable.
—Con Daniel te vistes mejor
—Daniel es un modelo, siempre que salimos nos toman fotos, no puedo andar vestido como ahora cuando salgo con él. — justificó.
—…el no es lindo como Changmin — Protestó Gabrielle cruzándose de brazos y haciendo un adorable puchero.
—Eres demasiado pequeña para decir ese tipo de cosas, Gabrielle. — advirtió.
—Claro que no — replicó la niña, ante la mirada seria del mayor.
—Jae, ya déjala, yo me encargaré de ella, ahora vete o llegarás tarde — Jaejoong suspiró y asintió resignado, mientras su hermana le acarició la mejilla con ternura.
—Mañana vendrá Andres, necesito que lo conozcas y vayas ideando un buen look para él, si todo sigue como hasta ahora sacaremos su disco para el otoño — dijo tratando de desviar la atención de su hermana.
—Okay, pero necesito escuchar su música antes.
—Bien, ya debo irme, no es correcto hacer esperar a la gente
—No, no lo es — sonrió Jinhee.
—Buena suerte tío. — deseó la pequeña abrazándose a las piernas del rubio, quien le acarició la cabeza y asintió.
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Jaejoong le había enviado el día anterior un mensaje de Whatsapp, con la dirección de The Brazen Head, un pub alejado del centro de la ciudad y cercano a los muelles de Liffey, frecuentado mayormente por los locales que preferían disfrutar de una joya de la arquitectura medieval dublinesa y alejarse del bullicio propio de los pub´s del centro frecuentados por cientos de turistas y fanáticos de la cerveza.
Con la puntualidad característica de los coreanos, el joven médico llegó al lugar un par de minutos antes de la hora pactada, lo que le permitió disfrutar de la música tradicional irlandesa que interpretaba una banda en vivo y repasar cada uno de los cuadros que decoraban las paredes. Vio como un grupo de amigos en una mesa en la terraza reían y cantaban alzando sus vasos de cerveza y no pudo evitar sonreír nostálgico, al recordar a sus amigos en corea. Se acercó a la barra y tomó asiento, enseguida una joven que atendía la barra se le acercó, para atenderlo, Changmin le devolvió la sonrisa y pidió una cerveza. Necesitaba hacer algo mientras esperaba al compositor, quien ya tenía veinte minutos de retraso. La idea de marcharse cruzó su mente por unos minutos, pues era evidente que el rubio lo había plantado, sin embargo, decidió esperarlo un poco más y durante ese tiempo disfrutar del lugar y su buen ambiente.
—Aquí tiene su cerveza — dijo la rubia extendiéndole su vaso de cerveza. Changmin agradeció y le sonrió, haciéndola sonrojar. — ¿Está de paso por la ciudad? — preguntó viendo al apuesto coreano, quien negó.
—No.
—No lo había visto antes por aquí y conozco a la gran mayoría de los que vienen a este pub —Changmin sonrió ante los intentos de la joven por entablar una conversación con él.
—Eso es porque acabo de mudarme, pero el lugar es agradable, tal vez regrese…
—Oh, eso sería grandioso, soy Melannie, pero todos me llaman Mel — le ofreció su mano a Changmin, quien la estrechó educado.
—Mucho gusto Melannie, yo soy Changmin.
— ¿Viniste solo o esperas a alguien? — preguntó un poco más animada Melannie y Changmin estaba a punto de responder cuando sintió una mano en su hombro.
—Me esperaba a mí — intervino Jaejoong mirando serio a la joven, quien hizo una mueca simulando una sonrisa.
— Lamento la demora Changmin, tuve unos inconvenientes en el estudio — se disculpó, la verdad era que había estado dando vueltas por la ciudad, procrastinando su encuentro con Changmin, pero pasada casi media hora decidió ir a The Brazen Head, esperando que el medico se hubiese marchado luego de esperarlo tanto tiempo. Cuando entró en el lugar y caminó hacia la barra tras descubrir que el doctorcito no se había marchado y que hablaba animadamente con una de las chicas de la barra, que le coqueteaba “descaradamente”.
—No hay problema Jejoong, me alegra que ya estés aquí. — dijo sonriente. Jaejoong le devolvió la sonrisa y luego miró a la rubia.
—Querida, una cerveza por favor — pidió con un tono que rosaba en la molestia. La joven asintió y fue por lo pedido. — Vayamos a una mesa Changmin, las barras son solo para esperar a compositores impuntuales — bromeó y el más alto soltó una risita.
—Aquí está su cerveza, señor — indicó remarcando la última palabra Melannie y Jarjoong le sonrió desafiante.
—Gracias… Melannie — dijo tras leer la pequeña placa en la camisa de la rubia e indicándole a Changmin que lo siguiera hasta una de las mesas del fondo.
— ¿Cómo está Gabrielle? — preguntó con interés el joven médico cuando ambos estuvieron sentados frente a frente.
—Sigue castigada, pero creo que el castigo nos está afectando más a Jinhee y a mí — respondió encogiéndose de hombros.
—Suele pasar eso, los niños tienen el poder de controlarnos a los adultos. — Jaejoong asintió
—Y sumando el hecho que Gabrielle es demasiado perspicaz para su edad, en ocasiones no sé si estoy haciendo las cosas bien con ella, tal vez necesite un padre de verdad y no a un tío que intenta llenar ese vacío. — manifestó dándole un trago a su cerveza. Changmin le tomó la mano que tenía sobre la mesa y la apretó levemente, causando que Jaejoong sintiera el latido de su corazón acelerarse con ese contacto.
—Lo estás haciendo bien o por lo menos no peor que cualquier padre comprometido con sus hijos — le guiñó un ojo al rubio, en un gesto de complicidad y simpatía.
—Sí… — Jaejoong guardó silencio por unos segundos deseando con todas sus fuerzas poder fumarse una cigarrillo en esos momentos tan tensos.
—Este lugar es genial, me gusta mucho su ambiente…— comentó Changmin tratando de retomar el ánimo de la charla.
—Según los dublineses este es el pub más antiguo de la ciudad, incluso la leyenda local señala que Robin Hood se casó aquí. — contó el compositor.
—Vaya, eso le acaba de agregar una estrella más a este lugar… ¿Puedo preguntarte algo?
—Sí
— ¿Qué hace alguien como tu viviendo en Dublín? — cuestionó el doctor, pues lo poco que conocía de Jaejoong le daba la impresión de que era un hombre de mundo, de esas personas a las que les atraen la grandes ciudades y los centros nocturnos. Jaejoong lo miró unos segundos y luego soltó un suspiro.
—Jinhee y yo necesitábamos un lugar para comenzar de nuevo y que fuera adecuado para criar a Gabrielle. Mi madre siempre contaba lo feliz que fue aquí cuando era pequeña — Changmin sonrió. — Ya respondí, así que ahora respóndeme tú la misma pregunta, ¿Qué hace alguien como tu viviendo en Dublín? — Changmin lo miró a los ojos y luego asintió.
—Me divorcié, hace poco, mi ex se quedó con la casa y todo lo demás — Jaejoong lo miró sorprendido— no es tan malo, no después de lo que pasó— sonrió triste dándole otro sorbo a su cerveza.
— ¿Qué...? — Vio el rostro de Changmin y negó — olvídalo.
— ¿Quieres saber qué fue lo que pasó? — preguntó el doctor sonriendo de medio lado.
—No tienes que contármelo, es tu vida privada y yo solo soy un extraño…
—No eres un extraño, nos estamos conociendo... — dijo y guardó silencio por unos segundos — ella… me engaño con su instructor de yoga, decidí volver más temprano a casa ese día, quería darle una sorpresa por nuestro aniversario y… el sorprendido fui yo, la encontré en nuestra propia cama con su amante… — Jaejoong se sintió indignado y maldijo a la mujer por haberle hecho semejante daño al joven médico.
—Lo siento — dijo sincero el rubio y Changmin asintió haciendo un mohín.
—La esperé en la sala hasta que terminara su sesión de sexo, escuché masoquistamente cada jadeo y gemido que escapó de su boca y como gritaba el nombre de su amante al llegar al orgasmo — contó mientras el compositor sentía cada vez más ganas de vomitar. — La expresión de su rostro cuando me vio sentado en el sofá fue inolvidable… se puso tan pálida que creí que se desmayaría y su amante solo salió corriendo como alma que lleva el diablo…
— ¿No pensaste en matarlos? – Changmin negó.
—No, solo fui a la habitación e intenté ignorar el nauseabundo olor a sexo y traición, empaqué mis cosas, mientras ella no dejaba de llorar y suplicarme que la perdonara, pero ya era tarde… le pedí el divorcio y salí de esa casa llevando conmigo sólo mis objetos personales, a mi perro y un corazón roto… — relató con amargura.
— ¿Puedo preguntarte cómo conociste a esa mujer? — Changmin asintió y sonrió, nunca antes había podido hablar sobre su fracaso matrimonial con tanta franqueza y facilidad con alguien, a sus padres y amigos les había dicho solo que él y su ex esposa se habían distanciado y habían decidido divorciarse…
—La conocí cuando tenía diecisiete años, ella trabajaba en la peluquería donde iba siempre a cortar mi cabello y no lo sé, me pareció una mujer exótica, cambié mi look por ella, nos casamos apenas cumplí la mayoría de edad y contra la voluntad de mis padres… — reflexionó un segundo — En esa época yo era demasiado estúpido y crédulo, afortunadamente no eché todo a perder y continúe con mis estudios de medicina. A veces pienso que siempre me engaño… Rin era una mujer mayor y yo me enamoré como idiota de ella.
—Rin... — musitó Jaejoonog.
—Sip, Rin Sommer
—Tiene nombre de prostituta barata, sin ofender…— Changmin río sonoramente, al recordar que su madre había dicho lo mismo en una ocasión en la que discutieron por ella…
—Te agradará mi madre — Jaejoong enarcó una ceja — tienen mucho en común…— el rubio suspiró y paseó su vista por el concurrido pub y de pronto se quedó viendo pensativo a unas chicas que estaban junto a la barra en la que minutos antes ellos habían estado.
—Puedes ir con ellas si quieres— dijo decepcionado el médico al observar la actitud distraída de su acompañante.
— ¿Qué?
—Las chicas, no me importa si las prefieres...
—Me acosté con la morena hace un tiempo y no logro recordar su nombre — confesó y Changmin lo miró interrogante— no me gusta repetir en la cama… — Bebió el resto del contenido de su vaso.
—Así que después de todo sí vives como una estrella de rock — bromeó el galeno.
—No exactamente, me hacen falta los millones que ganan.
—Pero tienes a las grupies.
—Las tengo — concedió mirando su vaso y el de Changmin vacíos.
—Pidamos otra ronda o ¿prefieres beber otra cosa?
—Otra ronda estará bien — dijo ya más relajado, después de conocer un poco más a Changmin, quien le hizo una seña a uno de los camareros para que les trajera más cerveza.
— ¡Jaejoong! — llamó la morena desde la barra tras reconocer al compositor.
—Demonios — murmuró el rubio, viendo cómo se acercaban hasta su mesa las chicas.
— ¿Querido por qué no me llamaste?
—Nunca llamo a nadie, sobre todo si no lo recuerdo — la mujer lo vio indignada
—Dijiste que fue increíble lo que paso entre nosotros y que había sido placentero. — reclamó.
—Siento el mismo placer cuando me masturbo y no por eso recuerdo las veces que lo he hecho… — respondió cínico.
— ¿Es por Daniel, cierto?
—No tengo que darte explicaciones— dijo con fastidio, sacó su billetera y dejó un par de euros sobre la mesa — vamos Changmin, este lugar ya perdió su encanto... —dijo levantándose y yéndose del lugar, el doctor lo siguió sin emitir palabra mientras las mujeres los veían con rencor.
— ¿No crees que fuiste algo grosero con ella? — se atrevió a cuestionar Changmin, cuando ambos estuvieron en fuera del pub.
—No, ella se lo merecía, le dejé claro que lo nuestro era cosa de una noche, solo sexo y nada más. — Changmin asintió.
— ¿Quién es Daniel?
—El único que ha repetido en mi cama…— respondió. Tratándose de otra persona la respuesta hubiese sido un “no te importa”, pero luego de la confianza que Changmin había demostrado al contarle sobre su fracaso matrimonial, no podía negarse a responder una pregunta como esa.
—Un afortunado —Jaejoong trato de no darle importancia.
—Solo es alguien que se adapta a mis necesidades sin cuestionarme nada, eso es todo.
—Tengo un poco de hambre ¿te parece si vamos a comer algo? — preguntó Changmin, pues no quería que su cita terminara tan pronto.
—Fue un largo día Changmin y sinceramente no creo que sea la mejor compañía en estos momentos.
—Ok… — suspiró Doctor.
—Almorcemos mañana. — se apresuró a decir luego de ver la cara de Changmin.
— ¿A la 1:00 p.m.?
—Perfecto, pasaré por ti a la clínica.
—Bien ¿quieres que te lleve?
—No hace falta, traje mi auto.
—Ok, te veré mañana Jaejoong — se despidió dándole un abrazo, aspirando su olor natural mezclado con su perfume.
—Seré puntual. — Prometió Jaejoong — Hasta mañana.
—Descansa Jaejoong y salúdame a Gabrielle.
—Lo haré, adiós — se despidió yendo hasta su auto, mientas Changmin hizo lo mismo. Una nueva cita había sido planeada y esta vez había sido el compositor quien la había propuesto. Camino a casa, Jaejoong repasaba cada momento de su breve cita con Changmin y no pudo evitar reprocharse por ser tan estúpido, se estaba comportando como un adolescente indeciso, por un lado quería alejarse de doctorcito y pasar la página y por otro lado quería seguir conociéndolo más.
Llegó a su casa sigiloso, tratando de hacer el menor ruido posible y fue directo a la cocina, pues necesitaba comer algo dulce con urgencia. Abrió el congelador y buscó un bote de helado de vainilla y malvaviscos.
— ¿Que haces aquí? — preguntó Jinhee parada justo detrás de Jaejoong, haciéndolo pegar un brinco por el susto.
— ¡Demonios Jin, no hagas eso!
—Lo siento, pero ¿qué haces aquí? — volvió a preguntar, viendo como su hermano dejaba el bote de helado sobre la mesa de la cocina.
—Vivo aquí ¿recuerdas? — Jinhee rodó los ojos
—Sé que vives aquí tonto, es solo que pensé que no volverías tan pronto — Jaejoong la vio unos segundos y luego fue por un par de cucharas — Jae, no me dejes así, dime que pasó, ¿es un tonto? Vamos dime algo.
—Solo charlamos y bebimos un poco, nada que un par de amigos no hagan.
— ¿Amigos? — preguntó escéptica
—Sí, amigos, me contó que se divorció hace poco, así que aún está en la zona de duelo
—Oh...
—Sí, por lo demás es agradable y puedo sostener una conversación inteligente con él... — Jinhee lo miraba con atención y luego sonrió ampliamente — ¿por qué sonríes?
—Gabrielle tenía razón ¡Te gusta!
— ¡No!
—Oh, vamos Jae, no me mientas, tus ojitos brillan y… awww estas sonrojado
—Estaba bebiendo y aquí hace calor, es lógico que esté sonrojado… — justificó, pero su hermana se limitó a dar vueltas a su alrededor igual a como hacía su sobrina cuando estaba feliz. —Estás loca… — murmuró comenzando a comer de su helado.
—Lo estoy, pero de felicidad, mi hermanito encontró un chico lindo e inteligente que lo hace sonrojar — siguió canturreando.
—Come un poco de helado, creo que tienes una bajada de azúcar y estas alucinando. — Jinhee rio y lo abrazó con fuerza.
—Estoy feliz por ti hermanito, dale una oportunidad a Changmin, tal vez sea lo que necesitas para ser feliz.
—Soy feliz… — Jinhee negó y le dio un beso en la mejilla.
—Pero quiero que seas más feliz — tomó la otra cuchara sobre la mesa y comenzó a comer helado.
— ¿Pintaste tu cabello de rosa?
—Sí, ¿te gusta?
—Luces linda.
—Quiero dar una imagen moderna ahora que comienzo a tener trabajos serios — Jaejoong asintió. Era la primera vez que Jinhee y él trabajarían juntos en un proyecto tan importante y estaba ansioso, quería centrar su atención en eso y tratar de olvidar el millón de preguntas y dudas que lo atacaban cuando pensaba en Changmin.
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