martes, 20 de enero de 2015

ROADS CROSSED EPISODE 5

—Joder… aún estoy temblando, eso fue lo más estúpido que hicimos en nuestra vida entera, incluso más estúpido que tener sexo más de dos veces con la misma persona —Tiffany se acarició los brazos tratando de calentarse del frío.

— ¡Ouch! —Jaejoong salió de su ensimismamiento cuando la enfermera que limpiaba la herida de su cuello presionó de más.

—Lo siento muchachito, pero la herida está llena de tierra. ¿Dónde demonios te ensuciaste así? —le recriminó la mujer observando su ropa polvorienta y rasgada en algunos lugares, las mejillas de Jaejoong tenían barro por donde sus lágrimas habían caído hace algún tiempo atrás, dejando un rastro negro sobre la blanquecina piel.

   De hecho, estaba sintiéndose como si hubiera retrocedido el tiempo hacía dos años, cuando había conocido a Changmin, un encuentro de dos personalidades muy distintas pero iguales a la vez. Jaejoong creía poder dominar a las personas con las que se relacionaba, y así era, nunca nadie había ido contra su voluntad, siempre hacían lo que él quería; quizás por su dinero y su apellido o porque salía en televisión y en revistas, no lo sabía, pero él tenía el control absoluto de todas las situaciones… Lamentablemente, aparecía Changmin y lo ponía todo de cabeza.

   Jaejoong jamás se hubiera rebajado a perseguir a nadie que besase a una chica delante de él… Simplemente le hubiera valido mierda, hubiera borrado su contacto del celular y se hubiera conseguido otro, pero no era cualquiera, era Shim Changmin, ese chico rudo y pandillero, del cual se había enamorado. Y aunque ahora su rostro y su cuerpo estaban más tentador era como si esos dos años nunca hubieran pasado, como si Jaejoong aún fuera ese  chico que se había enamorado de un joven criminal. Su corazón latía rebelándose a su conciencia, pues cada vez que la imagen de Changmin aparecía en su cabeza era suficiente para que su ansiedad aumentara, al igual que su ritmo cardíaco, y otras reacciones físicas que Jaejoong prefería ignorar.

   La enfermera puso un vendaje blanco bastante notorio sobre su herida y dio por finalizado su trabajo, las heridas de sus rodillas y brazos ya estaban desinfectadas. Jaejoong agradecía que el maldito infeliz de Don no le hubiera hecho otra herida en el cuello con su cuchillo, ¿cómo se supone que iba a salir en televisión con una herida horrible en el cuello? Joder…

—listo, eso es todo, deberían tomar un taxi si han bebido…

—no se preocupe estaremos bien —le dijo Jaejoong altaneramente saliendo del lugar. El Audi estaba estacionado afuera, en el parking del hospital, se apresuraron a entrar y el joven  subió la calefacción del auto para entrar en calor. Tiffany arrancó hábilmente sin hacer mucho ruido y se alejaron en dirección a la carretera, Jaejoong abrió la cajuela del auto donde tenía tres cajas de chicles de menta para eliminar el tufo, sacó dos y le pasó uno a su amiga; tenía miedo, había visto al padre de su mejor amiga perder los estribos una vez y aunque era un hombre ingenuo y muy calmado realmente daba miedo cuando se enojaba, Jaejoong solo podía rogar no estar metido en demasiados problemas.

—Fanny —dijo Jaejoong entonces mirándola seriamente— ¿Por qué aún nadie nos llamó? Ya sobrepasamos mucho el toque de queda —dijo rebuscando entre los bolsillos, estaba seguro de que el padre de Tiffany era capaz de llamarles apenas pasara un minuto del toque de queda. Alarmado, Jaejoong descubrió que su celular no estaba con él en ese momento.

—rayos mi celular está muerto —dijo la peliroja presionando la tecla para encender el aparato, la pantalla brillo unos segundos y luego volvió a oscurecerse— es inútil, no hay batería.

—Mierda… ¿Dónde deje mi celular? —masculló Jaejoong molesto buscando en el auto como un loco, entonces lo recordó, su celular había estado con él hasta el momento en que Changmin había aparecido. Recordaba que el aparato se le había caído del bolsillo justo cuando este le había golpeado en el estómago, y después con la furia bullendo en su pecho sencillamente se había olvidado de recogerlo, seguramente seguiría en esa habitación oscura en la casa de Darío— ¡mierda! —gritó Jaejoong furioso estampando su puño contra la tapicería del auto.

— ¿Qué ocurre?

—Mi celular está en casa Darío —Jaejoong notó como la chica palidecía muy ligeramente, seguro que su padre los había estado buscando y como ellos no contestaron el teléfono, de seguro en ese momento estaría histérico.

—joder… ¿Qué hacemos? —preguntó ella confundida.

—nada. Vamos a tu casa, ya es tarde…

—pero…

—todo es mi culpa, no debí obligarte a perseguir a Changmin, yo estaré castigado, tu no…

— ¿No tengo que pasar por eso? —Completó ella, Jaejoong asintió— pásame mi ropa, no me voy a rendir tan fácilmente — ordenó completamente convencida.

   Jaejoong jaló la mochila con la ropa de Tiffany y fue sacando las prendas mientras ella hábilmente se las ponía sin dejar de conducir, pronto ella estaba vestida tal y como había salido de su casa hace muchas horas atrás. Aún quedaba un buen camino por recorrer hasta su casa, pero el silencio les invadía, los nervios les mantenían callados. Jaejoong no pudo evitar que su mente divagara, perdiéndose en el paisaje urbano que observaba a través del vidrio del auto, todos esos sentimientos que por años había tenido dentro, ocultos, bien contenidos, ahora salían como el agua filtrándose por un orificio, demasiado tarde para tratar de detenerlos.

   Los ojos de Changmin estaban anclados en los suyos, a pesar de mantener aún a su amigo sujeto por la muñeca, era como si sólo existieran ellos dos. Jaejoong sintió la fría brisa nocturna mover su pelo de un lado a otro y el sudor de su espalda, y cuello, comenzó a enfriarse causándole una incómoda sensación; pero no podía prestar atención a todos esos detalles porque simplemente, en ese preciso momento, todo su universo se reducía a ese hombre que lo miraba de una manera tan posesiva pero a la vez con tanto… odio.

— ¿Qué… mierda… acabas… de decir? —preguntó Don atónito, liberando su mano del agarre de Changmin, Don se veía tan impresionado que incluso Jaejoong llegó a creer que se había olvidado de su presencia.

—Don…

—Max, justo ahora estoy dudando de que seas tú mismo, ¿acaso algún extraterrestre dominó tu cuerpo? ¡Acabas de decir que le salvaste la vida! ¿Por qué lo hiciste?

— ¿Por qué no habría de hacerlo? —preguntó Changmin con tranquilidad.

—pues porque… tu me dijiste que odiabas al bastardo que había arruinado tu vida. Perdóname Max pero yo jamás le salvaría la vida a alguien que me jodió la vida…

—eso es sencillo, simplemente le salve la vida porque dejarlo morir era demasiado bueno para él —declaró Changmin mirándolo con una sonrisa que realmente no significaba nada bueno, al menos el rubio lo vio así.

—Francamente estás loco, ahora entiendo porque odias al hijo de puta —Don se volteó a mirarlo— es toda una “princesa” —Jaejoong frunció el ceño y apretó los puños en posición desafiante. — ¿Lo ves? Es por esas tonterías es que casi te mato hace un rato, realmente los niños ricos no saben respetar a sus superiores… — un cuchillo brilló, afilado entre los dedos de Don, en la mano que Changmin no le había sujetado. Joder, Jaejoong no podía creer que el tipo hubiera sacado su cuchillo sin que él siquiera lo hubiese notado.

— ¿Casi lo matas? —Preguntó Changmin divertido— eso hubiera sido interesante, sólo que armaste un gran alboroto Don… metiste en graves problemas a Little pig.

—lo siento hermano, sabes que yo siempre trato de controlarme en público, pero este maldito imbécil logró pasar la barrera… Mi paciencia tiene un límite —Don guardó ágilmente la navaja en su bolsillo y le enseñó el dedo del medio a Jaejoong— hey, tu vida será un infierno… incluso me alegro de no haberte matado… marica.

— ¡Cállate! —gruñó Jaejoong hirviendo de rabia, Don no le hizo el menor caso.

—tendrás que enseñarle modales a tu perro nuevo Max, disfrútalo… ah y tráelo de vez en cuando a la villa, quiero divertirme viéndolo lamer el piso por donde caminas con esa lengua aristocrática que tiene en el hocico —. Don se dio media vuelta en dirección a su moto, arrancó y el viejo aparato giró con rapidez en dirección a la villa, alejándose.

   La viscosidad en sus pantalones estaba empezando a molestarle de verdad, Jaejoong sentía como toda la tela se embarraba con su leche a cada movimiento que hacía, pero no iba a poder evitarlo, al menos no hasta que Changmin lo dejara en paz…

—Te ves horrible —escuchó frente a él. Cuando alzó la vista, Changmin estaba mucho más cerca, Jaejoong frunció el ceño.

—Al menos me veo mejor que tú  —declaró el rubio cruzándose de brazos, el frio estaba comenzando a ser un problema, pero al parecer a Changmin no le afectaba dicha temperatura.

—realmente nunca vas a aprender a controlar tu carácter de mierda, quizás me habría acercado a ti en el colegio si no hubieras sido tan ostentoso, engreído y estirado como lo eras, simplemente tenía ganas de partirte la cara y bajarte de tu nube de presunción…claro, además si te gustaran las vaginas en lugar de los penes.

— ¡Cállate! ¡Tú no sabes nada de mí! 

—Ni me interesa saberlo —Changmin se pegó totalmente a Jaejoong  y más rápido que un rayo su mano derecha voló hacia su cabeza, los largos dedos se enredaron dolorosamente en el trozo de cabello rubio, se lo jaló hacia atrás provocando que Jaejoong soltara un grito de dolor y sorpresa. El níveo cuello quedó al descubierto cuando Changmin tiró hacia atrás, el agarre en su pelo era firme y doloroso, el rubio realmente quiso morirse o que la tierra se tragara a Changmin porque, justo en ese momento, estaba sintiendo como su pene saltaba ante la atención… debido a  que el más alto estaba respirando sobre su cuello, dejándole sentir su tibio aliento en distintos lapsos— ¿Acaso te das cuenta de lo que eres? Tú, justo aquí y ahora, no eres nadie.

  Jaejoong  tuvo que morderse la lengua con fuerza para no gemir como una puta, cuando Changmin pasó ásperamente su lengua por la adolorida mordida que le había dejado hacía unos instantes. El dolor no fue suficiente incentivo para hacerle olvidar que quien estaba lamiendo su cuello era Shim Chanmin, era como si el dolor no existiera, sólo el placer y la expectativa. Changmin subió lamiéndolo por su barbilla, los ojos de Jaejoong se entrecerraron ligeramente cuando el agarre en su pelo se volvió más cuidadoso y Changmin se acercó a sus labios, su aliento caliente  golpeándole la piel. Changmin nunca había estado tan cerca de besarlo,  el rubio nunca había probado el sabor de sus labios; en realidad quizás nunca le había interesado, al menos no al principio cuando creyó que podría olvidarse del mas alto, cuando pensó que la idea de Tiffany era la solución a su problema, porque Jaejooong quería dejar de pensar en Changmin, quería dejar de depender de su recuerdo para poder disfrutar de sus encuentros en paz, Jaejoong aún recordaba ese sentimiento desesperante de querer quitarse a ese maldito idiota de la cabeza y no poder lograrlo… hasta ese momento, nunca se había emocionado tanto con un chico como con Changmin, pero creía que le pasaría igual que con los otros, que con un par de revolcones se le quitaría el capricho…

   Pero desgraciadamente en esa ocasión había ocurrido todo lo contrario, Jaejoong no se sintió satisfecho, en realidad lo único que había sentido es que necesitaba más de lo que había obtenido sin permiso. 

   Su necesidad por Changmin le hizo tener esos horribles cambios de actitud, acababa totalmente enfurecido cuando una cita sexual era frustrante debido a que el maldito chico con el que estaba cogiendo no era Changmin. Así se había ganado esa reputación con los chicos, todos sabían que si llegaban a coger con él sería un logro de una sola vez en la vida…

—justo ahora… —el aliento de Changmin lo trajo de nuevo a la realidad, estaba tan cerca que era imposible verse firmemente, sólo podían sentirse— pensaste que iba a besarte ¿cierto? —Changmin se alejó de golpe y cuando soltó a Jaejoong este perdió brevemente el equilibrio, sus piernas estaban algo débiles por algún motivo…

—Eso… eso no fue gracioso —murmuró suavemente el rubio, había sido una cruel broma, hizo todo lo posible para que Changmin no se diera cuenta de lo dolorosa que había sido su broma para él… resistió al ardor tras sus parpados, ¡no iba a llorar!, y mucho menos frente a Changmin, agradeció que éste no le escuchara murmurando, o si es que le escuchó no llegó a entender ni una sola palabra.

—Si supieras en el hoyo lleno de mierda en el que acabas de meterte no estarías tan tranquilo teñidito, ahora me debes tu patética y miserable vida, que para mí no vale nada pero supongo que tú le tendrás mas aprecio.

— ¿De qué demonios hablas? Tú nunca me salvaste la vida… ¡Tú quisiste cortarme el cuello! —dijo Jaejoong exasperado, no supo si fue coincidencia pero en ese instante la herida de su cuello comenzó a dolerle irregularmente.

— ¿Qué no te das cuenta? Esto no es Hollywood, aquí no te mueres con efectos especiales y sangre de mentira, aquí te arrancaran los ojos de la cara y te llenaran el estómago de plomo antes de que te des cuenta, ¿Crees que Don se hubiera contenido si no lo hubiera detenido? ¿Qué crees que lo hubiera frenado de abrirte el estomago y llegar a tus entrañas?

   Jaejoong abrió los ojos sorprendido, en realidad no había pensado mucho en ello pero… ese día casi le abren la garganta ¡Y dos veces! Quizás la conmoción le había hecho olvidar del asunto, pero cuando creyó que Don iba a matarlo en esa plaza le entró un terror doloroso en el cuerpo. Jaejoong, ahora que pensaba seriamente en eso, ese sujeto llamado Don, que no lo conocía de nada, hubiera sido capaz de matarlo, incluso antes de que reaccionara, joder… 

¿Entonces si le debía su vida a Changmin?

—si me odias… ¿entonces por qué lo detuviste? —preguntó el rubio abrazándose a sí mismo ligeramente.

—oh, no te preocupes por eso, pronto estarás deseando que no hubiera detenido a Don, tienes una deuda de vida conmigo… si realmente valoras tu vida tienes que cumplirla.

— ¿y qué mierda es eso de la deuda de vida? 

—Significa que harás todo lo que yo diga como un perro… 

— ¿Qué? ¿Acaso estás loco? —Jaejoong lo miró totalmente descolocado… Él jamás, JAMÁS, en su vida hacía lo que los otros querían, no era esclavo de nadie.

—Realmente… una deuda de vida hecha en las calles es así, a menos que no valores tu apestosa vida deberás cumplirla…

— ¿y si no lo hago qué?

—Don ya sabe lo de la deuda de vida, es cuestión de tiempo para que los demás se enteren. Si no la cumples tu única opción es salir del país, si se enteran que tu padre tiene toda la pasta que tiene te utilizarán para sacarle hasta el último centavo y asumo que acabarás viviendo en un sitio peor que este… 


—Creo… que has estado viendo mucha televisión… —declaró Jaejoong abrazándose fuertemente la cintura, quizás para protegerse del frío o de la mirada de Tom.

—Yo creo que tú no entiendes cómo funcionan las cosas por aquí. No es igual que en la televisión, aquí hay leyes que se cumplen, leyes de la calle, y lamentablemente tu apestoso trasero ahora me pertenece, no puedes escapar de tu destino. ¿Qué harás para impedir que vayan tras tu cabeza? Don nunca olvida un rostro y está muy enojado por lo que sea que le hayas hecho, si no cumples conmigo entonces no hay nada que le impida abrirte el estomago con alguno de sus cuchillos —Jaejoong tragó en seco, todo eso era verdad, bueno… Estaba más que claro que ninguno de los amigos de Changmin podría burlar a la seguridad de su “casa”; su padre había hecho poner el sistema anti robo más caro y ridículo de toda la ciudad, había trampas por todos lados que comenzaban a funcionar a partir de las doce de la noche, ni siquiera ellos mismos podían salir al jardín después de esa hora por temor a ser víctimas de su propia seguridad… Había una manera de llegar a la casa sin activar las trampas, de todas formas ese no era el problema, el maldito problema era que Jaejoong no se iba a quedar en su casa encerrado para evitar que vinieran a matarlo, ni en un millón de años…

—No puedes confiarte con Don, te atrapará en el momento menos esperado —dijo Changmin como si leyera su mente. Definitivamente era cierto, Jaejoong iba a muchos lugares, a muchas discotecas, ya sean comunes o de ambiente, también iba a muchos eventos, fiestas, cumpleaños de gente famosa, de hecho casi nunca estaba en su casa, ¿cómo demonios iba a evitar que le destrozaran la cabeza? Quizás si contrataba un guardaespaldas… Desechó rápidamente la idea, difícilmente podía estar tranquilo con gente extraña a su alrededor; además, ¿Qué haría en sus escapadas nocturnas? ¿Decirle al guardia que se despertara a la una de la mañana para salir a escondidas de la casa? Definitivamente no.

— ¿tengo opción? —preguntó irónicamente. Quería destrozar cosas, gritar, golpear a Changmin, no soportaba no salirse con la suya, era un sentimiento abrasador como tragarse un montón de carbón prendido al rojo vivo… Changmin sonrió de lado, disfrutando de la sumisión del rubio y este se daba cuenta de ello, Changmin  era un maldito que amaba estar por sobre los demás, seguramente estaría regodeándose por haberlo dominado y echarle en cara todo su dinero, que en esa ocasión no le servía de nada, ¿estaría disfrutando de ver al pobre dominando al rico? ¿De ver al poderoso caer ante el débil? A estas alturas ya no distinguía uno del otro.

—definitivamente no la tienes… ¿Qué vas a hacer? ¿Huirás?— Jaejoong negó con la cabeza, y con todo el dolor del mundo pronunció su sentencia:

—tengo una deuda contigo… permíteme cumplirla —la voz le temblaba, no le hablaba de usted ni a sus padres y hacerlo con Changmin fue como tragarse un vaso lleno de ácido, pero si no hacia las cosas bien realmente le iría peor, tenía que ser serio, esto no era un capricho, era su vida la que estaba en peligro, y siendo sinceros prefería vivir a los pies de Changmin que morir a mano de otro…

—Buena elección… —dijo Changmin sujetándolo repentinamente por la barbilla— se un buen perro y quizás algún día me canse de tu asquerosa cara, entonces te dejaré ir —cuando Changmin lo soltó Jaejoong sintió como si una tonelada de cemento estuviera sobre él, su cuerpo trastabilló levemente hacia delante. Changmin  se alejaba con las manos en los bolsillos en dirección al bosque, lo vio sacar su celular y marcar un número de memoria, mientras más se alejaba mas difícil era escucharlo, pero aun así Jaejoong alcanzó a oír algunas palabras.

—Si linda, ya voy por ti, espérame justo donde estas Jess…

   Justo cuando Changmin desapareció entre los árboles se dejaron ver las luces de una patrulla, Jaejoong rápidamente se escondió detrás de un enorme tractor que estaba desechado en medio del pasto espeso, la patrulla pasó sin notarlo. El rubio pudo ver que sólo un policía iba en ella y no se parecía a los sujetos que habían estado persiguiendo a Changmin… ahora que se ponía a pensar en ello ¿Por qué diablos Changmin lo arrastró con él? Jamás lo comprendería…

   Asustado se escondió cuando escuchó el motor de otro auto, pero no era patrulla, de hecho reconoció inmediatamente el ronroneo de su Audi… Salió de su escondite para ver a Tiffany acercándose, le hizo una seña con la mano y ella se estacionó rápidamente a su lado, en su rostro se notaba la preocupación, el enojo y el miedo al mismo tiempo.

   Después de eso Jaejoong le había explicado todo lo que había pasado, él jamás le ocultaba cosas a su amiga y ella una vez mas no dijo nada, simplemente le ofreció su apoyo incondicional.

   Sea lo que sea que fuera a pasar a partir de ahora, después de haberse perdido a sí mismo a manos de otra persona, Jaejoong sólo podía arrepentirse de haber ido tras Changmin.

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— ¿Y bien? ¿Qué demonios pasó chicos? ¡Son las tres de la madrugada! —Jaejoong se sentía peor que cuando su propio padre le regañaba, bueno… es porque no le tenía tanto respeto a su padre como al de Tiffany, su padre era más bien buena onda, el respeto estaba ahí pero no era una relación tan formal, por así decirlo.

—Lo siento… Señor Hans —pronunció Jaejoong torpemente, pero no sabía que más decir. Fue un momento incómodo en el que se quedó sin palabra y el padre de Tiffany comenzó a mover sus labios para decir algo pero entonces un sollozo les interrumpió, Jaejoong se volteó alarmado y sorprendido hacia su amiga y mirándola con reproche aprovechando que el señor Hans no lo veía.

—papi… pasó algo horrible, querían… querían  —ella se deshizo en un histérico llanto pero a la vez sin dejar de parecer un pequeño conejito herido, inmediatamente su padre se acercó a ella para acariciar su pelo.

— ¿Qué pasó mi vida? —preguntó él con la voz aguada. ¡Joder! Jaejoong quería vomitar, Hans quería tanto a su hija que también se ponía a llorar si la veía mal, lo que él  no sabía es que Tiffany lo estaba actuando todo… Jaejoong bien que la conocía.

—unos chicos comenzaron a golpear a un amigo… fue tan espantoso papá, eran como diez chicos contra uno solo, Jae se metió a defenderlo —Hans se giró hacia el rubio asombrado, notando por vez primera sus heridas y vendajes.

—oh Dios mío, ¿estás bien Jaejoong? —preguntó preocupado.

—S… Sí señor, estoy bien —dijo entrando en su papel, con un poco de suerte zafaban.

—algunos mas se metieron a la pelea para ayudar a Jae, pronto todo se volvió una confusión de golpes y gritos, todos se golpeaban, el me protegió y nos fuimos al auto, llame a la policía para indicarles la dirección para que vinieran a parar el disturbio, justo en ese momento se acabó mi batería…

—por eso tu teléfono estaba apagado… Dios, hija mía que susto me diste, menos mal que fue un malentendido…pero ¿Por qué Jaejoong no contestaba su teléfono? —este pensó rápidamente.

—Después de la pelea fuimos a un hospital para que me atendieran —comenzó— después de curarme fue cuando busqué mi celular para llamar a mi padre, pero no pude encontrarlo, supongo que se me ha caído en medio de la disputa.

—De acuerdo, es entendible, pero ustedes deben comprender que algo así es muy serio, Jaejoong pudo haber salido muy malherido, no volverán a ir a una de las fiestas de ese tal Dario, es peligroso ¿comprendido? —ambos asintieron como cachorros regañados, al parecer Hans se conmovió por ello y decidió perdonarlos totalmente— es muy tarde, suban a dormir, yo hablare con Erick, le explicaré lo ocurrido, muchas gracias por proteger a mi niña Jaejoong, eres un buen chico —el rubio le dio una sonrisa actuada y subió junto Tiffany a la segunda planta, Jaejoong se quedaba muy a menudo a dormir así que ocupaba la habitación justo al frente de la de su amiga, incluso tenía algo de ropa en ese lugar. Al principio, Jaejoong se preguntó por qué Hans no desconfiaba de él, ¿no pensaba que él era capaz de pasarse al cuarto de Tiffany y hacer cosas? Luego descubrió que la casa estaba plagada de cámaras y que no era bueno confiarse, pues estaban bien escondidas; seguro que Hans los vigilaba de ese modo, pero como Jaejoong jamás haría nada malo con Tiffany no tenía motivos para temer.

—uf!! Menos mal, y hasta te ahorraste tener que explicarle a tu padre —dijo ella sonriendo, Jaejoong también lo hizo, de la que se habían librado… pero él todavía permanecía metido en una muy grande…

—Buenas noches linda —le dijo el besando su sien derecha, ella le devolvió el beso cerca del mentón y se metió a su habitación. Jaejoong la imito, se quitó la ropa sucia y se entró a bañar, el agua mojó el vendaje que recientemente le habían colocado, después de ceder ante el agua el trapo cayó de su cuello, este maldijo, había olvidado esa cosa, seguro que ahora no podría pegarla de nuevo, pero bueno la herida no le molestaba ni le picaba.

   Salió de la ducha y se miró a un espejo, su cara estaba intacta, su estómago tenía un color rojizo anaranjado que se pondría más oscuro con el tiempo, en su brazo habían marcas de dedos que fuertemente lo habían presionado, sus rodillas estaban rasmilladas, al igual que sus codos, tenía un montón de heriditas en la parte posterior de sus brazos donde las piedras le habían raspado cuando Changmin… También estaban las heridas de su cuello, el corte que era una herida que parecía una pequeña boquita justo en el lado izquierdo de su cuello, rojita, no era muy larga, solamente algo profunda y al lado derecho estaba esa mancha roja, incluso podía ver algunas líneas que los dientes de Changmin le habían dejado, un pequeño rasponcito de donde Changmin obtuvo unas gotas de su sangre.

   Por alguna razón eso le ponía cachondo, pero estaba demasiado cansado incluso para masturbarse y mucho menos después de que Changmin le hubiera hecho correrse en sus pantalones; maldición, ¡que humillación! Pero si Changmin le había hecho eso… ¿era porque ya no tenía asco? Realmente no sabía que pensar de eso, se quedó dormido deprisa entre las limpias sábanas, no quería pensar en nada en ese momento.

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— ¡Hey Jae! Hay un chico preguntando por ti en la entrada —le dijo Lance alcanzándolo, este lo miro confundido.

— ¿un chico? ¿Quién mierda es? —Lance se encogió de hombros suavemente.

—parece un maldito pandillero ¿Ahora coges con la escoria Jaejoong? —le preguntó Lance molesto, el rubio le mandó una peligrosa mirada que puso en su lugar al chico. Jaejoong se lo había cogido un par de meses atrás y, como a todos, le había advertido que él no se involucraba sentimentalmente, el chico aseguró entender y estar de acuerdo pero el rubio sabía que en realidad Lance quería algo con él… Usualmente se ponía lame botas a su alrededor, y trataba de llamar su atención.

—Escucha, tú y yo follamos hace algún tiempo y ahí quedó ¿comprendido? No somos novios, no somos amigos sexuales, es más ni siquiera somos amigos, conocidos y no más y si sigues jodiendo alrededor mío perderás también eso, ¿se comprende?

—No entiendo nada de la mierda que me dices —declaró fieramente el chico alejándose enojado, Jaejoong alcanzó a notar como sus ojos se aguaban ligeramente, era una pena, Lance era un chico agradable; de hecho, de todos sus ligues (los que lograba recordar, claro) Lance era el que más le había gustado, tanto en la cama como con su personalidad especial, de verdad a le habría gustado ser amigo de Lance pero toda esperanza murió cuando el chico se había atrevido a pedirle una cita… después de eso Jaejoong dejo de ayudarle con sus tareas y ya no hablaba con él, sólo lo saludaba cortésmente.

Era su regla de oro, nunca involucrarse.

—mira sus brazos, está tan… es un sueño…

—Mejor mira su moto, que se está cayendo a pedazos —dijo otra chica haciendo una mueca de desagrado.

— ¿será un ex convicto? —preguntó la primera totalmente emocionada con la idea, Jaejoong la vio desabrocharse tres botones de la blusa y arreglarse el pelo de manera coqueta— Amanda… que importa su ropa o su moto, mientras tenga ese cuerpazo.

¿De quién mierda estaban hablando?

—No le has visto la cara, podría ser un maldito deforme o un nerd… quizás tiene problemas de acné

— ¡Ay, no seas aguafiestas! Si no se saca el casco es porque es un tipo muy misterioso.

— ¿Cómo sabes si no lo conoces?

—solo lo sé y ya…

   Jaejoong se alejó de ellas rápidamente, su conversación le provocaba jaqueca ¿Quién mierda era el tío caliente que tenia a todas las chicas del instinto mojando sus bragas? Un bocinazo horrible le hizo cubrirse los oídos, era espantoso y agudo, giró molesto para mandar a la mierda al hijo de puta de la motito, entonces se congeló.

   Su camiseta negra sin mangas dejaba al descubierto dos fuertes brazos, eran perfectos a pesar de algunas cicatrices visibles; un torso magnifico, como tallado a mano por un artista, Jaejoong agradeció que la camiseta no ocultara las curvas que delineaban los músculos del pecho y abdomen; un pantalón azul oscuro ligeramente ancho cubría las piernas no dejando apreciar con detalle su forma; el casco verde oscuro ocultaba la cara del tipo pero el rubio podía saber quién era sin verlo, nada más con sentirlo u oler su aroma; Changmin le hizo una seña simple con los dedos indicando que se acercara, pensó en correr pero… no tenía sentido.

   Se había olvidado, al menos conscientemente, de que cualquier día aparecía Shim Changmin buscándolo para reclamar su deuda, pero sabía que su subconsciente había estado esperando por ese momento y ahí, tres semanas después de que Changmin le hubiera salvado la vida, estaba ahí, sentenciándolo a su condena.


Jaejoong caminó como si una gruesa cuerda invisible estuviera anudada a su cintura, y Changmin estuviera jalando de ella, en menos de lo que espero estaba al lado de la vieja motocicleta de Don, Changmin no se sacó el casco pero a esa distancia el rubio ya pudo ver sus ojos a través del cristal oscuro. Jaejoong jamás imagino que Changmin lo iría buscar a su universidad, pero sabía que lo había hecho simplemente para demostrarle lo mucho que podía controlarlo, ni siquiera sabía en qué universidad estaba Changmin o es más ni siquiera estaba seguro de que asistiera a una.

 —Sube —fue la seca orden.

 —No… tenias que venir hasta aquí —murmuro Jaejoong nervioso, no sabía cómo comportarse con Changmin después de lo de la deuda, ¿Qué haría ahora?

 —No me hagas repetirlo. Sube. Ahora. —Jaejoong sintió como la rabia comenzaba a bullir en su pecho, no estaba acostumbrado a que nadie lo mandoneara ni siquiera si este alguien era Changmin, su mueca cambio a una de fastidio y cruzo los brazos.

—No tenias por que venir aquí, bastaba con que me llamases y ya… ¿Qué tal si alguien me descubre?

—Ese no es mi jodido problema, y por si lo has olvidado las reglas aquí las pongo yo, así que ¿vas a subir o voy a tener que subirte a la fuerza? —pregunto Changmin con arrogancia, torciendo sus sexys labios en un gesto perfectamente arrogante, Jaejoong sintió que se derretía por dentro pero de ningún modo iba a demostrarlo. Sin embargo sabía que si no obedecía sería mucho peor. Se acerco al escultural cuerpo de Changmin y subió detrás de el en la motocicleta, después le enviaría un mensaje a Tiffany por no esperarla… se sujeto de la cintura de Changmin solo agarrándolo lo necesario, no quería que lo vieran siendo demasiado cercano con un hombre él era supuestamente el perfecto heterosexual exitoso y además joven al que un 99.9% de la población femenina deseaba.

Pero estar tan cerca de Changmin y no tocarlo… automáticamente su mente regreso hasta aquella noche donde este lo había condenado, donde casi había muerto dos veces y donde se había corrido escandalosamente en su ropa interior gracias a un heterosexual frustrado que había sido abusado por un homosexual loco.
Si claro, después de pensar en ello días enteros Jaejoong llego a la conclusión de que Changmin nunca hubiera hecho algo así si fuera en realidad un macho heterosexual como pretendía ser, ¿Qué tipo de sujeto se restregaría su pene con la de otro tipo siendo homofóbico? mientras se alejaban de la universidad rápidamente Jaejoong se tambaleo peligrosamente un  par de veces, Changmin conducía como un maldito lunático, metiéndose entre los autos y haciendo maniobras peligrosas, era una buena oportunidad para confirmar sus sospechas, llevo sus manos hasta el firme abdomen y se sujeto pegándose totalmente a la espalda del otro chico, como si fuera un intimo abrazo, lo sintió tensarse feo durante unos segundos en los que creyó que Changmin lo botaría de la moto, pero después de unos instantes nada paso y este siguió conduciendo como si nada, Jaejoong suspiro aliviado y apoyo su frente en el hombro de Changmin, ¿Por qué le permitía acercarse tanto si le causaba repulsión? El rubio realmente no lo entendía.

Salieron a calles más lejanas y solitarias, mientras más lejos del centro de la ciudad había menos gente, pues habían menos restaurantes y centros comerciales y demás cosas, estaba oscureciendo y las luces del alumbrado público comenzaron a prenderse a pesar de que aun no oscurecía por completo, Jaejoong soltó un gritito asustado cuando Changmin se salió abruptamente de la carretera y se metió por un estrecho camino de tierra, rodeado de árboles, la moto alzaba una tremenda polvadera a su paso, y las piedras sueltas del camino la desestabilizaban peligrosamente pero aun así Changmin no aminoró la marcha.

De pronto Changmin paro, el rubio seguía aferrado a él y algo asustado por que nunca en su vida había ido a esa velocidad, ni mucho menos en una moto, el polvo seguía ensuciando el aire aun después de que hubiesen frenado.

— ¿Dónde estamos? —pregunto Jaejoong soltando a Changmin al darse cuenta que se había aferrado a él como una niña asustada.

—El círculo de la muerte —contesto el más alto— quería estar en un lugar… solitario.

— ¿Y eso por qué? —pregunto Jaejoong algo indeciso, Changmin se bajó de la moto indicándole que lo imitara.

—Tengo un par de cosas que aclararte —Changmin empujo la motocicleta detrás de unos arbustos y la dejo apoyada contra un árbol, acto seguido cogió al rubio de la muñeca fuertemente y tiró de él, entraron entre los árboles, Jaejoong iba tropezando con las  ramas y maldiciendo que comenzaba a oscurecer, era difícil ver entre la escasa luz que apenas se filtraba entre las ramas.

— ¿Este es? —pregunto asombrado cuando llegaron a un claro descubierto de arboles, la luz del atardecer aun se veía en el cielo, el pasto era más verde en ese lugar donde el sol le llevaba todo el día, habían muchas grandes piedras acomodadas estratégicamente, a Jaejoong no le costó imaginarse a muchos chicos igual a Changmin sentados sobre las piedras alentando a dos que peleaban en el centro del claro, porque habían manchas secas de sangre sobre el pasto y pedazos de botellas rotas de cerveza dispersos por algunos sitios.

—Si, es este… —contesto Changmin apoyándose contra una enorme roca que tenia al menos dos metros de altura— acércate aquí.

— ¿Vas a golpearme? —pregunto el rubio sin miedo y casi desafiantemente acercándose tal y como Changmin le había indicado.

— ¿Es que acaso quieres que lo haga? ¿Eres una especie de masoquista que se excita con el dolor? —Changmin lo jalo sujetándolo del cuello de su camisa pegándolo pecho a pecho, Jaejoong se sujetó inestablemente de los hombros de Changmin, este sonrió de lado— marica.

—Oh ya cállate —bufo el rubio casi rodando los ojos, Changmin no le hizo caso.

— ¿Qué sucedió con el respeto hacia tus superiores? —Le dijo Changmin suavemente, al estar tan cerca Jaejoong pudo escuchar y sentir cada palabra contra su piel estremeciéndolo— ¿acaso ya no recuerdas como me hablaste aquella noche que salve tu patética vida? —Changmin lo soltó de golpe empujándolo hacia atrás, este se tambaleo y lo miro con los ojos desorbitados.

—Tu…

—No me gusta cómo suena ese “tu”, que tal si lo cambias por “mi señor” —Changmin lamió con su lengua sus labio, casi inconscientemente Jaejoong hizo lo mismo.

— ¿Estás loco? Yo no pienso decirte mi señor… es una estupidez.

—Estoy de acuerdo, mejor llámame “amo” —Changmin arqueo una ceja— porque eso es lo que soy ahora que tu culo me pertenece, eres como el perro sarnoso que recogí de la calle por pena, yo soy tu jodido amo ahora ¿entiendes maldito hijo de perra? —Changmin le cogió fuertemente del pelo lastimándolo ligeramente.

—Esta bien… entiendo —jadeo Jaejoong rindiéndose— eres mi… amo —un pedazo de su alma se desmorono cuando pronuncio esas palabras. En ese momento dejo de ser un poquito Kim Jaejoong.

—No luzcas tan patético, no hay nada que puedas hacer, tu no conoces nada de mí, sin embargo yo sé todo sobre ti, se dónde vives y con quienes, sé a qué hora estas solo y como escapas los fines de semana de tu casa para ir a revolcarte con otros chicos como la perra que eres —Jaejoong abrió los ojos sorprendido, esas semanas había estado escapándose, si, pero no había podido estar con chicos seriamente, siempre que intentaba algo, la imagen de Changmin lo jodía todo, así que a lo máximo que había llegado, habían sido a unos restregones superficiales que no eran suficientes para llegar al orgasmo.

— ¿Has estado siguiéndome? —pregunto totalmente indignado.

—Por supuesto, tenía que saberlo todo sobre ti para tener una ventaja.

—Eres… oh mierda… —Jaejoong se llevó las manos a la cabeza y peino con sus dedos su pelo rubio hacia atrás, en un gesto de desesperación, esto iba a ser más difícil de lo que creía.

—No hagas un drama de esto, me fastidias jodidamente, mierda tengo ganas de abrirte la garganta ahora mismo, debería matarte, desde ahora me trataras como un perro a su amo, lamerás el piso por donde camino y menearas la cola como un buen chico, ¿Comprendes? —Jaejoong asintió de mala gana, Changmin apreso su brazo y lo apretó hasta lastimar ligeramente al rubio, pero este comprendió que el agarre iría aumentando si no se apresuraba a hablar.

—Comprendo… —Changmin lo miro advirtiéndole con la mirada, Jaejoong bajo los ojos al piso y se resignó—…amo.
—Así está mejor, baja de tu pedestal de oro Kim, aquí no vales nada —Changmin lo miro con burla, y el rubio no pudo evitar enfurecerse y se irguió con toda su altura, aunque por mucho que quisiera llegar a la altura del maldito que tenía frente le fue imposible, ese día tenía unas botas con un taco de tres centímetros, pero le era absurdo llegar a pasarlo, Changmin pareció darse cuenta de lo que hacía el rubio pero eso no lo amilano, de hecho Jaejoong comprobó que lo había enojado con semejante desfachatez— arrodíllate —le ordeno secamente, el rubio sintió como todo su cuerpo se ponía rígido negándose a moverse— ¡Arrodíllate ahora! ¡O te arrancare los ojos con esto! —Changmin le mostró la navaja de mariposa que manejaba de manera experta, Jaejoong se arrodillo sobre el césped y espero.

— ¿Qué quieres que haga ahora… amo? —pregunto suavemente pero con cierto matiz desafiante en su voz.

—Quédate ahí, abajo es donde pertenecen las alimañas como tú —dijo Changmin con tranquilidad, Jaejoong sintió como su sangre hervía de furia, si no hacia algo pronto iba a estallar, tenía que hacer algo para joder a Changmin o se iría a la mierda justo en ese momento.

— ¿Quieres que vuelva a chupártela? —pregunto Jaejoong de golpe acercándose un poco a la entrepierna de Changmin que quedaba justo a la altura de su cara.

— ¡No! —grito Changmin alejándose hasta que su espalda choco contra la enorme roca— ¡De ninguna manera digas mierda como esa! ¿Entendiste? No soy una mariposa gay como tú.

— ¿Entonces te gustan las chicas? —pregunto el rubio como un tonto acercándose disimuladamente hacia Changmin quien no lo noto, este solo lo miraba como si le hubiera salido un tentáculo rosa de la cara.

—Es obvio, imbécil —contesto hastiado.

—Entonces no veo el problema —Jaejoong se acercó a la cremallera de Changmin pero antes de poder siquiera tocarlo tenía dos manos sujetando con tremenda fuerza sus muñecas, Changmin era sorprendentemente fuerte, el rubio soltó un gemido de dolor mientras sus ojos se cerraban, sorpresivamente Changmin lo soltó en ese momento y se hecho para atrás sobre la piedra.

—Mierda, no hagas cosas como esas, ¿eres imbécil o qué? No me gustan los jodidos hombres, maldito marica… —Jaejoong frunció su nariz molesto, casi haciendo un puchero por no haberse salido con la suya, pero no iba a reclamar, prefería utilizar lo que mejor se le daba en el mundo: psicología.

—Changmin… Amo —susurro coquetamente— no necesitas mirarme, solo cierra los ojos e imagínate que soy una chica… se siente igual, después de todo una boca es una boca sea de quien sea.

—Estas jodidamente loco —negó Changmin con la cabeza, Jaejoong volvió a posar sus manos sobre el vaquero de Changmin y desabrocho el botón del mismo, se sorprendió de que este no lo detuviera, quizás… sus sospechas eran ciertas, no se atrevió a hablar ni a mirar hacia arriba, cualquier cosa podía joderlo todo, cualquier error podía arruinarlo todo— espera… mierda ¡detente! —dijo Changmin firmemente cuando el rubio ya había bajado su cremallera, no entendía que había hecho hasta ese momento, todo parecía ir bien… ¿entonces?

— ¿Hice algo mal amo? —pidió Jaejoong lamiéndose los labios, Changmin puso su mano sobre sus pantalones para que no se cayeran pero no volvió a asegurárselos como Jaejoong creyó que haría.

—No utilices esa palabra dándole una connotación sexual.

—Pero tú me dijiste que te llamara así, amo —continuo ronroneando con su voz aterciopelada.
—Si lo hice maldito, pero desde el punto de vista de un esclavo y de su amo, tu eres un simple subordinado, a eso me refería… no involucres tus fantasías de maricas en esto… —Jaejoong negó suavemente con la cabeza.

—Amo… cierra los ojos y déjame darte placer —murmuro el rubio pegándose a él, Changmin no pudo reaccionar, el aliento de Jaejoong golpeaba justo sobre su entrepierna, Changmin volvió a querer empujarlo pero el rubio permaneció firme en su lugar— esto no te hace gay, es solo una mamada, todos los hombres disfrutan de una mamada, sea quien sea que se las esté dando, eso es normal —Jaejoong metió sus manos dentro de los pantalones de Changmin y se quedó sorprendido al encontrarlo tan duro… si Changmin ya estaba duro a esas alturas es porque realmente tenía que haber “algo”, si no, no hubiera esa reacción, mas Jaejoong no dijo nada, porque si decía algo al respecto ya podía ir dándose por muerto, ni miro a la cara de Changmin, mantuvo su cabeza hacia abajo, utilizo sus dedos largos para bajar la ropa interior justo lo necesario para deslizar su pene fuera, no pudo evitar jadear asombrado, era mucho más grande de lo que la recordaba la ultima vez, era perfecta, Jaejoong la acaricio casi con reverencia, Changmin aún no decía nada.

Saco la lengua y lamió fuertemente la punta de la verga de Changmin, no solía dar muchas mamadas, era muy rarísima la ocasión en la que se tomaba esas molestias, pero como era un hombre al igual que Changmin sabía muy bien que hacer para volverlo loco, y en efecto lo sintió retorcerse y ahogar un gemido, casi sonríe pero eso era algo difícil de hacer considerando lo que traía en la boca, se la metió un poco más adentro sin dejar de acariciarla con su lengua, Changmin soltó un gruñido muy bajo y gutural que casi ni se escucho, era como si le diera vergüenza hacer bulla, o quizás era por la persona que le hacia la mamada.

Había estado conteniéndose pero no podía mas, su propia verga pulsaba dentro de sus pantalones, realmente no pudo más y dejo de luchar contra esa necesidad de tener toda esa carne hasta adentro, engullo a Changmin de un solo golpe, sintiendo como la punta golpeaba suavemente su garganta, era fácil para Jaejoong resistir las arcadas, así que volvió a repetirlo, y esta vez sí escucho un ronco gemido provenir de arriba, unas manos se aferraron a su cabeza manteniéndolo fusionado con ese delicioso pene, el rubio sujeto con una mano la cadera de Changmin y con la otra la base se su pene, comenzó a chupar realmente con ganas, su mano voló rápidamente a sus pantalones y los abrió con urgencia haciendo a un lado la ropa interior.

—Joder, voy a venirme —mascullo Changmin sorprendiéndolo, Jaejoong libero su pene y la de Changmin para decir:
—Por favor, hazlo en mi boca amo.

Changmin gruñó salvajemente mientras Jaejoong volvía a chuparlo como si la vida se le fuera en ello, Changmin empujaba contra el sin soltar su cabeza, podría decirse que empezó a follar su boca, el rubio sintió como el otro empujaba hasta su garganta y comenzaba a correrse, y el casi sin haberse tocado también comenzó a hacerlo manchando el césped con su semen, trago todo sin dejar escapar nada, nunca tragaba simplemente le daba asco pero el semen de Changmin fue diferente, era más dulce que los otros y de alguna inexplicable manera menos desagradable.

Changmin retiro su pene aun algo dura de su boca y rápidamente se abrocho los pantalones, Jaejoong lo imito con rapidez y se puso de pie como si nada, sacudiendo el pasto y la tierra de sus ropas, se giró hacia Changmin inocentemente.

— ¿Qué cosas querías conversar conmigo amo? —de repente se sentía cooperativo, Changmin lo miro con furia unos segundos, se acercó a él y lo sujeto del mentón con fuerza, marcando la piel de su quijada con su mano.

—Bien, estas son las reglas, siempre te dirigirás a mí con respeto, cuando yo lo quiera dejaras lo que sea que estés haciendo y traerás tu culo hasta donde yo quiera, harás todo lo que yo diga que hagas, si digo que te vistas como la mujer maravilla lo harás ¿entendido? —Jaejoong asintió suavemente aun con el agarre de Changmin sobre su rostro— ah… y no volverás a revolcarte con nadie.

— ¿Qué? —Jaejoong estaba atónito.

—Me escuchaste, si te sales de casa en la noche no te atrevas a revolcarte con ningún jodido chico, porque yo me enterare y te cortare las pelotas para hacer dos lindos pendientes con ellas, para que los uses el día de tu funeral —el rubio abrió la boca sorprendido, no había notado que un poco de saliva y semen se habían colado por las esquinas de sus labios se limpio con el dorso de su mano.

— ¿Puedo preguntar por qué… amo?  — murmuro a la defensiva.

—Por qué se me da la regalada gana de privarte del sexo, soy tu dueño ahora, ¿comprendes? Y más te vale respetar eso si quieres seguir vivo.

—Escucha se que te debo la vida y sé que… bueno que odiaste lo que te hice hace dos años, pero ¿Realmente es motivo suficiente para que me hagas esto? —pregunto Jaejoong algo triste mirando a su acompañante quien mantuvo su expresión seria y neutra para disgusto del rubio.

— ¿Te parece poco que un marica te la chupara sin tu permiso? Sinceramente tu eres el único que me ha hecho perder los estribos, nunca nadie más lo había logrado, lo que significa que jodidamente estas en problemas conmigo, y aun no siento que hayas pagado ni un poco tu deuda, creo que lo más conveniente sería que te mantuvieras obediente.

—Lo más conveniente para ti, ¿entonces eso es todo? ¿Tengo que esperar a que se te dé la gana de dejarme ir? —Changmin sonrió con malicia.

—Exacto, y te aconsejo que tengas paciencia pues eso no sucederá en mucho tiempo…



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Jaejoong nunca había estado en un lugar como ese, era una especie de fábrica abandonada, era enorme, estaba llena de polvo y telarañas, en medio del enorme y abandonado lugar habían varios sofás viejos, mesas, colchones en el piso y al centro un enorme contenedor de metal del cual salían unas flamas del fuego que calentaban el lugar, Changmin se derrumbó en uno de los sillones del cual salió algo de polvo debido al acto, Jaejoong vio con fijeza los colchones y de pronto se sintió mal ¿Changmin vivía ahí?

— ¿Qué estamos haciendo aquí? —pregunto Jaejoong.

—Solo esperar… —Changmin cruzo las piernas sobre una de las mesas que estaban al lado de un sillón, coloco sus manos como almohada bajo su cabeza y señalo hacia la izquierda con la cabeza— pásame una lata de la nevera.

Jaejoong observo una pequeña nevera portátil, se acercó para abrirla y descubrió que lo único que habían dentro eran latas de cerveza así que cogió una se la lanzó a Changmin quien la atrapo ágilmente, el rubio se sorprendió de su rapidez.

— ¿Piensas que golpeándome con una lata de cerveza te dejare irte? —pregunto Changmin arqueando una ceja mientras abría la lata y le daba un sorbo, Jaejoong se acercó un par de pasos y se sentó en un sillón individual.
—Tienes buenos reflejos ¿Alguna vez jugaste beisball? —pregunto el rubio ignorando la pregunta de Changmin.

—siéntate aquí —indico Changmin a los pies del sillón que el ocupaba, una alfombra verde algo raída cubría el piso, el chico más alto arrojo un viejo almohadón y lo señalo, Jaejoong suspiro resignado y rodó los ojos antes de ir a sentarse a los pies del sillón, Changmin estaba recostado justo encima de el a lo largo del mismo— en primaria jugué en las ligas infantiles, me gustaba mucho el beisball, luego fui perdiéndole el interés —Jaejoong se sorprendió al oírlo contestar, pensó que no lo haría.

—Tú… ¿Vives aquí? —preguntó el rubio algo dubitativo, quizás Changmin se enojaría por su pregunta.

—Si —escucho decirle.

— ¿Qué paso con tu familia? —Changmin se removió un poco, Jaejoong se giró para verlo acomodarse de espaldas mirando al techo.

—Todos tienen una historia que contar, de por qué están donde están, yo no la tengo… —dijo entonces, Jaejoong se rindió, no iba a intentar preguntar de nuevo, después de todo Changmin y el no eran amigos, solo eran… dos extraños que estaban ligados por una estúpida deuda, Changmin era un extraño del cual se había enamorado.

—Lo siento mucho —dijo de pronto el rubio después de unos minutos en silencio donde solo se escucho al viento golpear las viejas ventanas y algunos grillos cantando.

— ¿De qué hablas?

—No suelo disculparme, jodidamente odio hacerlo, pero… bueno no me había dado cuenta de que había “destruido tu vida” cuando te hice lo que te hice aquel día, yo… estaba cabreado porque tu no eras como los demás, simplemente no te rendiste a mí y bueno eso me saco de mis cabales —Jaejoong sonrió tristemente— tu rechazó fue como una obsesión para mí y bueno, llego al punto en el que te obligue a hacerlo, pensé que lograría olvidarme de que habías pisoteado mi orgullo una vez hubiera tomado venganza, bueno… para dejar de pensar en ti a cada momento, eso era realmente fastidioso —Jaejoong agacho la cabeza, un golpecito en su hombro le hizo voltear, Changmin lo miraba fijamente.

— ¿Y funcionó? —Jaejoong se sonrojo rápidamente, no pudo evitarlo, sus ojos y los de Changmin estaban tan conectados en ese momento que parecían atraídos como imanes, un golpe sordo corto la escena de raíz, el rubio volvió a agachar la cabeza y Changmin se sentó seriamente sobre el sofá indicándole a Jaejoong que lo hiciera a su lado, este se levanto del piso y se sentó al lado de este.

—Hey Max dejaste mi moto hecha mierda ¿tenias que ir por donde había más tierra para ensuciarla? —Don apareció con una botella de ron y otras dos de soda— ah trajiste a tu mascota, que bueno, podrías hacer que lave mi moto mientras lo observamos sería divertido verlo quejándose por romperse las uñas.

—Max, adivina que traje para ti —dijo otra voz un chico bajito y con una cara aniñada entro a la sala, Jaejoong pensó automáticamente que tenía entre veintitrés y veinticuatro años, tenía unos impresionantes ojos verdes— ¿tu quien eres mano? Preguntó el chico al ver a Jaejoong por primera vez, el rubio pudo notar como el chico lo inspeccionaba, el solía destacar sobre todas las demás personas así que estaba acostumbrado a ese tipo de atención.

—Es el nuevo perro de Max —contesto Don desplomándose en un puf, una capa de polvo se alzo con violencia, pero se fue disipando poco a poco— por culpa de este pinche marica es que vino la policía la anterior vez…

— ¿Enserio? ¿Tú los llamaste? —el chico lo miro con rabia, Jaejoong pensó que se veía como un conejito enojado, no daba mucho miedo.

—No fui yo quien los llamo, el comenzó a lanzarme toda clase de mierda y la gente se asusto y llamo a la policía, yo no hice nada… —explicó el rubio señalando suavemente a Don con su cabeza.

— ¿Eres uno de esos niños que gasta mil dólares en una cámara fotográfica y la bota a la basura el día siguiente porque salió otra mejor que cuesta más caro? —Jaejoong arqueo una ceja— niño riquillo me refiero a que tienes dinero hasta para limpiarte el culo, mira tu ropa de marca ¿Cómo es que alguien como tu acabo siendo la perra de Max?

—hey no lo hagas sonar como algo enfermo —advirtió Changmin a su amigo antes de tomar otro sorbo de su cerveza.

—Max sinceramente se nota a leguas que es un amante de los penes, no es mi culpa —se encogió de hombros Jaejoong se cruzó de brazos, el bajito era algo insolente.

— ¿Tienes algún problema con que yo sea gay? —pregunto el rubio con las pelotas bien puestas, Changmin se atraganto con su cerveza a su lado, el rubio sonrió.

—Traes las bragas bien puestas, tienes cojones a pesar de que te gustan los penes, compartiré esto contigo —el chico le paso una pipa de vidrio que tenía algo verde que le óleo a marihuana, Jaejoong la había probado un par de veces, pero nunca a ese nivel— puedes llamarme little pig, es mi apodo.

—genial, diría que es un buen apodo para ti —el rubio dijo cogiendo la pipa y el encendedor que le ofrecían.
— ¿Tú también lo crees? Entonces no tienes tan mal gusto… solo deberías vestirte un poco más normal ¿Cómo soportas tener tus huevos dentro de esos pantalones tan jodidamente ajustados?

—No tiene huevos —dijo Don, Changmin soltó una carcajada, Jaejoong frunció sus cejas.

—Puedo mostrártelos si quieres, son más grandes que los tuyos —declaro el rubio hacia Don, esta vez fue little pig quien soltó la carcajada.

—Esa estuvo buena, bueno dale préndete, que nosotros estamos esperando —Jaejoong acerco la pipa a su boca, prendió el encendedor y aspiro, inmediatamente le ardió la garganta pero era bueno aguantando la respiración, sus ojos se humedecieron un poco, soltó el humo lentamente pasándole la pipa a Changmin que fumo antes de que esta se apagase.

—Esta es buena —mascullo Changmin con su voz distorsionada debido a que aguantaba la respiración para retener el humo dentro de sus pulmones, le paso la pipa a Don.

—Tu sabes hermano, yo consigo de lo mejor —en diez segundos puntuales el efecto ya estaba en el cuerpo del rubio, sintió sus músculos relajarse y se quedaba estático escuchando lo que los demás decían sin hablar, solo escuchando.

— ¿Hey? ¿Rubio estas bien? —little pig trono sus dedos frente a su cara, Jaejoong se espabilo de inmediato, el chico soltó una risita— estas colgado, y eso que solo te fumaste una.

—Hace tiempo que no lo hacía —se excusó Jaejoong encogiéndose de hombros.

—De verdad Max, no entiendo ¿Por qué no estas sacándole la mierda? Tu dijiste que lo odiabas —Don estaba tranquilo bebiendo una cerveza la autentica curiosidad reflejándose en su cara.

—Tengo mis jodidos motivos —contesto, Jaejoong se recostó contra el respaldar del sillón, el letargo lo invadía suavemente.

—Hey muchachos, ya llegué —se escuchó la voz de un sujeto, el rubio vio a un hombre moreno alto acercarse, tenía la pinta más “criminal” que hubiera visto hasta ahora, llevaba anchas ropas, lentes y gorra a pesar de que era de noche, y un par de cadenas colgaban de sus anchos pantalones.

—Lee amigo, justo a tiempo —saludo little pig su voz sonó chistosa pues estaba reteniendo el aire, le paso la pipa a Lee que aspiro sin problemas una cantidad impresionante de humo, Jaejoong lo vio aguantar la respiración mientras estrechaba la mano de Changmin y la de Don antes de sentarse en uno de los colchones y soltar una nube de humo, el chico tosió violentamente un par de veces y se aclaro la garganta.
—Esa mierda esta buena —declaro recostándose con tranquilidad— ¿Quién es el tío boy? —pregunto señalando con un gesto al rubio.

—exactamente aun no entiendo a que se refería Don con que él era tu perro, creí que eran amigos —dijo little pig vaciando la pipa y guardándosela en un bolsillo, al instante Jaejoong lo vio sacar un paquete de blonds*, y los cargo con marihuana, envolvió el blond y lo selló ágilmente, luego comenzó a hacer otro.

— ¿Crees que él tiene la pinta de ser mi amigo? —Dijo Changmin recostándose y poniendo sus pies sobre las piernas Jaejoong, este no dijo nada, estaba colgado como había dicho little pig— solo está pagando una deuda conmigo…

—Ah genial… tienes una mucama, pídele que ordene mi habitación, mi madre esta jodiendo con eso otra vez.

—Donde esta tu señora, es raro verte sin ella —le dijo Don con suavidad, Lee se encogió de hombros.

—Dijo que no tenía ganas de venir, creo que está embarazada o algo así…

— ¿enserio? —pregunto little pig asombrado acabando el cuarto blond y dejándolo con los otros tres.
—yo que sé, dame uno, lo necesito —el chico le paso un blond y Lee comenzó a fumarlo, sus ojos se achinaron rápidamente, este saco su celular y un pequeño parlante cuadrado del bolsillo, los enchufó dejando que sonase la musica— ¿acaso tu no apareciste ayer en televisión? —menciono de repente Lee, Jaejoong sintió como Changmin se tensaba, pero este no dio ninguna otra seña de incomodidad solo se mantuvo callado.

—No lo creo —dijo Jaejoong suavemente, ¿Qué tal si lo secuestraban para pedir una fortuna?

—No tienes por qué ponerte a la defensiva, el rollo que tengas con Max no es mi problema, es solo que no creí jamás ver a un niño rico por estos lugares, y nada menos que a los pies de Max —el rubio suspiro y miró a Changmin que solo estaba recostado moviendo su cabeza al ritmo de la música.

—Soy Kim Jaejoong —dijo entonces para todos los presentes— salgo en un par de programas de televisión —Lee asintió.

—Soy Lee Nuters, tú debes ser el rubio al que Don quería matar el otro día —el chico soltó una risita— nunca tientes el carácter de Don… es algo violento.

—Hombre gracias —sonrió Don pagado de sí mismo.

Se pusieron a fumar y hablar de cualquier cosa, pronto Don comenzó a servir el trago mezclado con soda, mas el efecto de la marihuana los chicos estaban pronto sonrientes y hablando tonterías, pero relajados al fin y al cabo.

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— ¿Qué tal si limpias este desastre? —preguntó Changmin horas más tarde cuando solo quedaban ellos dos, Jaejoong observo el lugar, seguía igual que antes, solo que con algunas latas vacías y vasos dispersos, además de mucha ceniza de cigarrillos y otras cosas.

—vale, pero tendrás que dejarme llamar a un par de personas, empezando por mi madre, debe estar histérica…

— ¿No entendiste cierto? Dije limpia todo el lugar —Jaejoong dejo de prestarle atención a su teléfono y se giro para ver a Changmin, y luego inspecciono todo el lugar con detalle, era una enorme fabrica el techo debía estar a unos 15 metros del suelo, a los costados bordeando las cuatro paredes había un extenso balcón industrial que utilizaban para mantener en perfecto estado las maquinas, que en ese momento no tenía ninguna función pues las enormes maquinas ya no estaban en el lugar, solo algunas pequeñas que se alcanzaban perfectamente con una escalera, y por ultimo al lado de la enorme puerta, había una oficina cuadrada, ¿Changmin le estaba pidiendo que limpie TODO eso? Tenía que ser una maldita hija de perra broma.

— ¿Por qué? —Jaejoong gruñó.

—Eres más terco que un maldito perro, te dije que no puedes dirigirte a mí de esa manera, yo no soy tu amiguito, yo soy tu puto amo, ¿pensabas que pagar una deuda de vida es chupar un pene y pasarla bien en la fiesta? Bienvenido a la realidad, la cruel realidad significa que yo digo algo y tú lo haces o te mato ¿Entendido? —Changmin le miro con una mirada… el rubio sintió que se congelaba por esa mirada cargada de odio, ¿en que había estado pensando cuando creyó que Changmin ahora estaba pensando en la posibilidad de que le gustasen los hombres? O siendo sincero consigo mismo, sopesando la posibilidad de que el pudiera gustarle a Changmin, era ridículo.

—De acuerdo amo —dijo con los dientes rechinando de la rabia— apagaré mi celular para que no me llamen mis padres…

—Oh ya cállate, el papel de la víctima no te queda en absoluto, ahora puedes irte después de limpiar la mierda que dejaron mis amigos, mañana iré a traer tu culo de la universidad y continuaras limpiando, limpiaras día tras día si es necesario hasta que este lugar brille de limpio, ahora ponte a trabajar.

—Si a…

— ¡En silencio! —Changmin se puso los audífonos en los oídos y le subió todo el volumen, Jaejoong podía escuchar el Rock desde donde estaba parado a unos metros de Changmin, cogió la bolsa que Don había traído con las botellas de trago y refresco y junto ahí toda la basura, joder se sentía tan humillado, sintió que sus ojos le picaban pero no iba a llorar, no le daría ese gusto a Changmin, nunca había limpiado nada, en su casa siempre estaba todo limpio, el se quitaba la ropa y la arrojaba por cualquier sitio, al día siguiente la prenda aparecía reluciente en su armario como por arte de magia, ¿Cómo podía el saber algo de limpiar? ¡Nada!

La bolsa contuvo todas las latas y las botellas que los amigos de Changmin habían conseguido, Jaejoong la amarró y salió del lugar sin mirar al chico recostado en el sillón, dejo la bolsa de basura a un costado de la puerta y se metió entre los árboles, la naturaleza había invadido esa vieja fábrica, los árboles llegaban casi hasta la entrada principal, pronto salió al camino de tierra por el que habían llegado, camino hacia la derecha donde sabia que estaría la carretera de ahí cogería un taxi y maldeciría a Changmin con todas sus fuerzas, ese lugar era tenebroso, no entendía como las personas como Changmin caminaba en un lugar tan oscuro y raro como ese… bueno ellos debían estar acostumbrados.

—Hola —Jaejoong gritó, sorprendido repentinamente su  grito sonó casi como un ladrido, se giro de golpe para toparse de cara con un chico… wow, no parecía alguien pudiera caminar usualmente por un lugar como ese, el rubio se fijó en las marcas de sus ropa, eran de marca al igual que su propia ropa.

—Joder, me asustaste —dijo rascándose la nuca algo molesto, no había escuchado pasos ni nada ¿Cómo no haberse asustado? —la próxima ten más cuidado, ¿Quién eres? —el chico rubio no se inmuto por su actitud desagradable, le sonrió y alargo su mano.

—Me llamo Andrés, ¿Y tú eres…? —Jaejoong estrechó su mano y se dispuso a mentirle.

—Soy Darío Ryan —Jaejoong se detuvo a observar al chico un segundo, era apuesto, no tanto como Changmin pero estaba mucho mejor que sus amigos.

—Un placer conocerte, Jaejoong —el rubio soltó la suave mano como si quemara y se asustó— voy en la mismo universidad que tu, es natural que no me conozcas, es más normal que todos te conozcan a ti.

—Escucha… esto, ¿Te preguntaras que hago aquí? —el chico rubio se encogió de hombros.

—Te preguntaras lo mismo de mí, mira Jaejoong no diré nada a nadie de la universidad, porque si lo hiciera también descubrirían que vengo aquí a comprar drogas, esto nos conviene a ambos— Jaejoong  abrió grandes los ojos, sorprendido de la revelación.

— ¿Vienes aquí a comprar droga?

—Pastillas, hierba y algo de pollo, ¿No quieres inhalar algo? Don me vendió lo mejor de lo mejor —el rubio arrugo su nariz.

—No le hago a eso, además Don es un hijo de perra —Andrés se tensó a su lado— ¿Qué?

 — ¿Estás loco? ¿Quieres que te asesine? No digas cosas así hermano —Jaejoong torció la boca.

—Yo ya se lo dije en la cara.

— ¡Joder! ¿Y cómo mierda sigues vivo? Don asesina a sangre fría a los que no lo respetan— el rubio se encogió de hombros.

—No es la gran cosa, Changmin o Max como le dicen acá lo puso en su lugar —Andrés a su lado se atoro y Jaejoong se asustó de que el chico se estuviera ahogando— ¿hey que mierda te pasa eres asmático o algo así? —Jaejoong palpo en sus bolsillos para ver si había algún inhalado pero no había nada, de paso pudo sentir que el cuerpo del chico era una obra de arte, muy bien formado, el pelo corto le quedaba genial, militar pero a la vez incontrolable.

— ¿Conoces a Max? ¿De verdad? —pregunto el chico cuando se hubo recuperado, sus ojos también eran hermosos.

—Lastimosamente —masculló el rubio.

—Joder yo no me meto con los pesados, Don le tiene miedo a Max, ¿sabías que Max le gano en una pelea a Konan?

— ¿A quién?

—Konan, un narcotraficante que traía kilos y kilos de marihuana cocaína y otras delicias —ese sujeto manejaba una mafia entera de personas, además de armamento sofisticado, no me refiero a las pistolitas que manejan Don y los otros, esos son juguetes al lado de las ametralladoras que manejaban los hombres de Konan, y él se metió en este territorio, todos los chicos estaban cagados de miedo, Konan era un pez grande entre peces pequeños, el les daba la hierba para que ellos la vendieran, era como su papi. Max no le tuvo miedo y le saco la mierda a puño limpio, después de eso Konan se olvidó de este barrio y Max se convirtió en una superestrella o algo así, hasta la gente le agradece por haberlos librado de ese narco, fue épico.

Jaejoon jamás había imaginado que Changmin tuviera ese estatus en su grupo de perdedores, Changmin vivía en una maldita fábrica abandonada mientras él dormía en una cama de diez mil dólares y jugaba en sus costosos aparatos eléctricos, se podría decir que él era más que todos esos cabrones pero justo en ese momento Jaejoong se sentía en la base de la pirámide del estatus, se sentía como la mierda del último peldaño mientras Changmin se sentaba en su trono y lo miraba desde arriba, justo lo que Jaejoong había hecho con Changmin y con muchas otras personas, si se sentía así no le gustaba estar del otro lado de la moneda, lo odiaba.

— ¿Nos movemos juntos hasta la ciudad? Te invitare un fume —ofreció Andrés quien comenzó a sacar hierba para ponerla en una pipa muy delgada, que parecía un lapicero, muy ingenioso así nadie sospechaba que era una pipa, Jaejoong ya había fumado mas marihuana que en toda su vida entera esa noche, pero aun así acepto la pipa, le dolía demasiado la actitud de Changmin después de que él había creído que este podría ser amable con él, era totalmente decepcionante.

Esa noche Jaejoon
 Recibió un castigo de parte de su madre por haber llegado a las dos de la madrugada de la de la universidad.



*Blond: Es una hoja que se utiliza para envolver tabaco y fumar un puro, solo que aquí lo rellenan con marihuana en lugar de tabaco n.n.

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